En una de las barras del exterior del escenario una mujer con su hija pequeña esperaban su turno para pedir minutos antes del concierto. «Póngame un gin-tonic y unas Papa Delta para la niña». Así, sin miramientos. Que una noche es una noche ... y venía Malú a un festival de música (o algo parecido) que se llama 'Actual' y que tiene de sobrenombre, escenario de culturas contemporáneas. Así que había que echar la casa por la ventana y celebrarlo por todo lo alto. Niños y adultos. Muchos niños. Muchos adultos. Muchos sentados. Pocos de pie.
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Eso sí, no tantos como el día anterior donde no cabía un alma y abrieron hasta la última fila de las gradas para el público. Esta vez cualquiera se podía pasear con tranquilidad por la pista y saludar al Presidente de La Rioja, familia y amigos que se encontraba en uno de los laterales sin quitarse la chaqueta en ningún momento; al consejero de Cultura que disfrutó del concierto sin descanso; al cantante riojano Jorge García que charlaba con quien le paraba alegre tras su actuación….o a grupos de 'amigas y a amigos' con sus móviles haciéndose toda clase de selfies, hablando como si estuvieran en un bar dando la espalda al escenario.
Porque una vez más, el público logroñés hizo gala de su 'saber estar' en los conciertos. Ese postureo tan típico de quién va para que se le vea más que para escuchar lo que está sucediendo en el escenario.
Aunque hay que decir que Malú tampoco lo puso fácil. Con un sonido demasiado alto, con acoples en algunas canciones lo más normal era hablar alto. Y coger oxígeno. Que ya lo decía ella al presentarse en la tercera canción (recordemos, clásica fórmula de los grupos. Al tercer tema… hay que decir un ¡Hola! y agradecer la presencia al personal. Vetusta Morla lo hizo igual. Malú no iba a ser menos). Pues eso, que ya lo decía Malú «Necesitamos ese óxigeno de Reyes que está tan cerca esta noche y que espero de todo corazón, conseguirlo».
Y vaya si lo consiguió. Tanto que le soplaba en la cara. Como las más grandes del pop, un cañonazo de aire no para de moverle el pelo durante casi todas las canciones.
Quizá fue demasiado oxígeno para un público un tanto paradito y preocupado más de sus cosas. Sólo con canciones populares de su repertorio conseguía animar el cotarro y que levantaran los brazos y cantaran. Eso sí. En cuanto acababa la canción, todo el mundo sentadito de nuevo a esperar el siguiente hit.
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Que de esos, hubo unos cuantos… Sonaron los clásicos de siempre el 'Invisible', el 'Ahora tú', 'Blanco y Negro' los «featuring» con Pablo Alborán, Alejandro Sanz (vídeo incluído) y su compañero de la tele Antonio Orozco…momentos en los que no defraudó a sus fans y dejó claro que en esto de la música, ella sabe cosechar éxitos.
Los niños y adultos se fueron viniendo arriba conforme avanzaba el concierto. Y el pabellón se vino abajo dentro de un orden cuando sonaron las primeras notas de uno de sus temas más conocidos 'Toda'. Esa canción de Malú con una letra bastante denigrante para la mayoría del público femenino que allí se congregaba y que daba cosica ver como madres incitaban a niñas pequeñas a cantar a pleno pulmón junto a ellas estrofas como «Te abriré las puertas del alma de par en par, dispuesta a hacer todo a tu voluntad, dispuesta a hacer todo lo que te de la gana. Que me importa !!! Toda. De arriba abajo. Toda entera y tuya. Toda aunque mi vida corra peligro… haz todo lo que sueñes conmigo…»
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Y más vale que cuando se presentó allá por Noviembre Actual, se firmó un acuerdo para evitar el lenguaje y el comportamiento sexista. Por eso, suponemos que la siguiente canción que ofreció Malú a pleno pulmón y que responde al título de «Que nadie calle tu verdad», un tema para apoyar a las mujeres que sufren la lacra de la violencia machista, sería para contrarrestar. Pero la verdad es que quedaba un poco rara la combinación.
Tras más de dos horas de concierto, Malú fue cerrando la válvula de óxigeno con una sobresaliente interpretación de su canción más popular y desgarradora 'Aprendiz' que explicó emocionada que en breve cumple 21 años junto a ella. Ahí dejó ver todo su potencial y consiguió callar a casi todo el público narrando el dolor que supone amar y no ser correspondido.
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Por eso, para cerrar el concierto con mejor sabor de boca cambió las tornas y habló otra vez de amor correspondido. Pero no de un amor carnal. Pidió amor para todos. Para niños. Para mayores. Para los sentados. Para los que estaban de pie. Un amor «del bueno del que nos hace feliz». Y tras estas declaraciones tan metafísicas cantó 'Como una flor' canción dedicada al amor sin condiciones ni sexo. Aquí siguió al pie de la letra la firma del acuerdo del festival. Cumplidora fue y convenció a los presentes de un concierto de un festival (o algo parecido) que se celebraba en Logroño.
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