El olvido que aún no somos

Quizás no seamos hoy tan diferentes a como fuimos ayer. Quizás solo nos hayamos olvidado de entonces. Por eso las fotografías antiguas poseen una fuerza superior incluso a la de cualquier descubrimiento; poseen la fuerza de la memoria recuperada, lo que fuimos y aún somos, nuestra propia fuerza. Ese numeroso grupo familiar que posa endomingado y serio una mañana de 1915 en Viniegra de Abajo bien podría ser la familia de cualquier riojano. Ese pastor curtido que bebe de su cuerna mientras hace un descanso en la Sierra de la Demanda podría ser el bisabuelo. Esa escena de cuando la guerra, con un pelotón de mulas avanzando penosamente entre la nieve y el barro en las inmediaciones de Haro, es la guerra de todos.

Celebraciones populares, escenas de las labores cotidianas de una Rioja rural e incluso esa extraordinaria imagen bélica: la vida hace un siglo. La Casa de la Imagen inaugura este viernes (a las 19 h.) la exposición '40 últimos hallazgos', que recoge un resumen de nuevas incorporaciones a su archivo fotográfico y documental. El grueso de la muestra lo integran cuatro nuevos fondos fotográficos fechados entre 1890 y 1940. Y se completa con nuevas digitalizaciones de archivos, de entre los casi dos millones de «artefactos fotográficos» que componen la colección de la Casa de la Imagen, antes Cámara Oscura, que este año cumple y celebra cuarenta de un inestimable empeño.

«Desde 1982 hasta hoy –señala Jesús Rocandio–, seguimos reconstruyendo la historia de la La Rioja a través de sus fotografías. Hoy, con motivo de nuestro cuarenta aniversario, queremos mostrar una serie de imágenes no publicadas». Por ello han preparado esta sorprendente exposición, que recoge fotos de principios del siglo XX de Mansilla de la Sierra, Viniegra, Ortigosa de Cameros, San Millán de la Cogolla y aspectos de la vida y el trabajo en los años 30 en Zaldierna, Briñas, Cuzcurrrita, Nájera, Haro y Logroño.

Es obligado en este caso el capítulo de agradecimientos : «A la familia Briones, que custodió durante generaciones las placas de Rufino Matute en Viniegra. A Joaquín Matute, de Mansilla de la Sierra, que ha salvado los restos de un naufragio con las emocionantes imágenes de su abuelo Antonio Matute. A Pablo San Juan, que encontró y nos ha cedido un magnífico archivo de un fotógrafo valenciano que viajaba por La Rioja en los años 30 del siglo pasado. A Antonio Tejero, por su incansable búsqueda de originales en Ortigosa de Cameros. Y a Pedro Merino, prior del monasterio de San Millán, que nos dio todas las facilidades para restaurar, ordenar y digitalizar el archivo fotográfico que custodia la orden de los Agustinos Recoletos en el monasterio de Yuso. Estas son las principales fuentes de la exposición, a las que se suman otras cedidas por particulares, y el resultado de la investigación en curso en nuestro archivo de la Casa de la Imagen».

Esta muestra es continuación de '40 joyas de la fotografía riojana', que Cámara Oscura ha celebrado el pasado mes con fotógrafos más conocidos. Ahora es el turno de las imágenes inéditas, esas que despertarán las que todos tenemos en algún rincón del desván de los recuerdos. 'Ya somos el olvido que seremos', dice Borges. Pero quizás, solo quizás y gracias a trabajos como este, todavía podamos ser memoria, al menos por un tiempo.

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