Secciones
Servicios
Destacamos
Escribo esta columna el lunes 7, diez días después del inicio de la invasión de Ucrania. Ya se acercan a dos millones el número de personas desplazadas, básicamente mujeres y niños, que han de abandonar sus casas, sus posesiones, su vida de siempre por la ... fuerza de los violentos.
Un niño de once años, uno de los muchos miles que han tenido que huir, ha recorrido solo nada menos que mil kilómetros hasta llegar a Eslovaquia y encontrarse con unos familiares cuyas señas llevaba escritas en el dorso de una mano, como las antiguas chuletas de los chicos para pasar como fuera los exámenes. Y a apropósito de este chiquillo, debo resaltar que el papa Francisco ha agradecido vivamente el trabajo de los periodistas que «para garantizarnos la información han arriesgado sus vidas y así nos han permitido estar cerca del drama de muchas personas y de la crueldad de esta guerra».
Dia sí y día no, desde el momento de la invasión, asistimos con dolor y con angustia a la dramática situación a la que más de cinco millones de ucranianos se están viendo abocados por la criminal ambición de un mandamás ruso, con ademanes de grandeza, fuera del tiempo y fuera de nuestro mundo.
Al pueblo español y al pueblo riojano en concreto le están llegando al alma los miles de casos desesperados de familias que, de la noche a la mañana, se han visto separadas, rotas, desplazadas, con cientos de heridos, de muertos y, lo que tal vez sea peor, desaparecidos.
Y nuestra gente, la gente buena, que la hay en todas partes y más aquí en La Rioja, se está volcando en prestar toda la ayuda humanitaria que está al alcance de sus manos. Lo mismo sucede en toda Europa: miles de voluntarios salen para allá con vehículos particulares cargados con ropa, comida y medicinas para echar una mano y traerse para acá a los que puedan. Un aplauso agradecido para todos ellos.
Los estados y los gobiernos están involucrados en la resolución del probablemente mayor problema que viviremos en el siglo XXI; también las asociaciones benéficas y culturales. Personalmente somos muchos los que a través de las parroquias estamos intentando ser de alguna utilidad. Otros muchos lo hacen a través de Cruz Roja y similares.
¿Qué es lo preocupante? Lo preocupante en mi opinión es que esto va durar mucho y nos podemos cansar de hacer el bien, de ayudar. Y –Dios no lo permita– podemos amoldarnos con una situación injusta, dramática, de sometimiento de un pueblo por otro, fruto de la arbitrariedad y de las ambiciones políticas bastardas e injustas.
Cáritas española, previendo con toda lógica que esta calamidad va ir para largo, ha realizado una aportación inicial de 100.000 euros a Cáritas de Ucrania para la financiación de diferentes intervenciones de emergencia. Y lo más importante, repito, puesto que la cosa va ir para largo, ha abierto dos cuentas bancarias para canalizar la solidaridad de los españoles que son:
CaixaBank: ES3121005731750200266218
Banco Santander: ES8800496791712116009428
Bizum: 00089
Animo a mis lectores a donar a Cáritas-Ucrania lo que buenamente puedan.
El papa Francisco está sumamente preocupado, como lo estamos todos, y de forma reiterada está ofreciéndose para intermediar y ofreciendo personal del Vaticano para ayudar a resolver la situación. De hecho ha mandado a dos cardenales, uno a Bielorrusia y otro a Ucrania, expertos en situaciones conflictivas entre países y expertos en resolver situaciones de refugiados en masa.
El escenario de la invasión –cualquiera sabe cómo hay que llamar a esta situación– es cada día más alarmante, y eso a pesar de los esfuerzos diplomáticos que ya no se sabe si se siguen dando. El papa está llamando a Ucrania «un país mártir» y está pidiendo a todo el mundo «que prevalezca el sentido común puesto que se trata de una guerra –con todas las letras– que siembra muerte, destrucción y miseria»
No nos podemos acostumbrar a lo que está pasando. Habremos de seguir ayudando. No los podemos dejar solos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.