El obispado de Calahorra se escuda en el temor al robo para no facilitar información

Hasta ahora, el obispado de Calahorra había dado la callada por respuesta, amparándose en los posibles robos posteriores. Este mutismo, sin embargo, ha despertado las sospechas tanto en Tortosa, como en Morella (de ahí la carta), e, incluso, en el propio Cenicero, donde algunos vecinos comentan que algunas de las piezas pudieron sufragar parte de las obras del altar mayor y la sacristía, reconstruidos en 1965.

Según consta en el Boletín Oficial de septiembre de 1840, el 'tesoro' incluía: «Custodia dorada con diferentes labores, diez y seis cabecillas de ángel sembradas en los rayos, dos santos en el pie, dos angelitos sueltos, cuyo peso total asciende a treinta y seis libras y media castellanas (Una libra de la época equivale a 460,093 gramos). Un incensario compuesto de tres piezas unidas con tres cadenas, de peso de tres libras una onza y media. Una bandeja hecha a martillo, de tres libras cinco y una y media onzas. Una naveta o navecilla (vaso incensario) labrada con su cuchara para poner incienso, de peso de una libra y catorce onzas. Un cáliz de plata sobredorada, labrado, de una libra y catorce onzas. Otro idéntico de una libra y diez onzas y media. Otro idéntico de una libra once onzas y media. Una patena y una cucharilla, de tres onzas y media. Un copón labrado con su caja y cubierta dentro, suelta, y la cruz de la Trinidad con un Cristo, todo de plata, de tres libras y once onzas y media. Una caja labrada para los santos óleos, sobredorada, con su cruz metida en su correspondiente bolsa, de una libra y tres onzas castellanas».