¿Por qué está triunfando Leticia Sabater? Un sociólogo trata de explicarlo

Tras su debut como figurante en 'Un, dos, tres...', como azafata en la Vuelta Ciclista a España y como 'chica Hermida', la imagen de Leticia Sabater se popularizó en la década de los noventa en programas infantiles y juveniles, donde la polivalente presentadora desplegaba su arrolladora energía en números musicales, juegos y concursos, tablas de aerobic, clases de cocina... Su evolución alcanzó al público adulto en 2002, participando a partir de entonces en realities, en platós televisivos y en puntuales incursiones en el cine y el teatro.

Su trayectoria musical, en la que actualmente está centrada, siguió la misma pauta; primero orientada a los más jóvenes y, a partir de 2011, en los adultos con títulos que hablan por sí solos ('La salchipapa', 'Titi cómeme el toto', 'Toma Pepinazo' o 'Trínchame el pavo') y de más que dudosa calidad musical. Temas que se han convertido en canciones del verano, que se escuchan en fiestas populares y chiringuitos de playa, y que llenan las peñas, plazas y cualquier escenario que programe a Leticia Sabater. En La Rioja, lo 'ha petado' en las fiestas de San Mateo, y antes lo hizo en Calahorra, San Asensio, Treviana, Casalarreina o Rincón de Soto.

Durante 40 años, esta catalana del 66 ha conseguido mantenerse en el candelero, hoy aferrada a un aspecto juvenil logrado a golpe de retoque y prótesis, y haciendo gala de una ordinariez sin límites y unas más que dudosas cualidades artísticas. ¿Cómo se explica entonces su 'éxito'?

Para el sociólogo y profesor de la UR Sergio Andrés Cabello, el fenómeno Leticia Sabater «no es algo nuevo, siempre ha habido una gran atracción por lo friki y lo bizarro, como los famosos 'freak shows' de las ferias en EE UU, pero sí es cierto que en los últimos diez años se ha visto amplificado y viralizado por internet y las redes sociales».

También se repite la misma paradoja: quienes critican (en este caso a Leticia Sabater) luego están ahí, a pie de escenario. ¿Su motivación? «A menudo para reírse y mofarse, porque es la frikada y porque es el lugar donde hay que estar porque va a ir todo el mundo. Es complejo, pero ahí estamos».

Si este tipo de espectáculos hablan de nosotros como sociedad, también lo hace la televisión, redes como X, lo que consumimos en internet... comenta Andrés Cabello, al tiempo que reconoce que con Sabater «estamos en un nivel que se me escapa». «¿Somos por ello una sociedad mejor, peor? –se pregunta–. Esa es la pregunta del millón».

La promotora musical Virginia Bezares, al frente de Promociones Iregua, no acaba de entender la apretada agenda de Leticia Sabater, que aventura puede deberse a la falta de otra oferta musical en los pueblos, «porque a otros sitios no puede ir con música enlatada».

Sobre su éxito, continúa aventurando. «Quizá por el tirón de la televisión y porque su público solo quiere evadirse de sus problemas, pasarlo bien. ¿Que si yo la programaría? Si me lo piden, la llevo, pero motu propio no sé si lo haría». Eso sí, subraya, «todo el que sube a un escenario merece mi respeto».

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