Unos actores se desnudan en el set de una serie japonesa, frente a un coordinador de intimidad, en 2023. AFP
Coordinadoras de intimidad

Un nuevo oficio para las escenas de cama del cine español

Las secuencias sexuales cuentan ahora con mujeres especializadas en el respeto de los límites de actrices y actores, con los que hacen ejercicios y coreografías antes del rodaje

Sábado, 27 de julio 2024, 13:02

Dos novias hablan sobre la fantasía de tener un trío con otra mujer, una amiga se ofrece a ser la tercera, se citan esa misma noche. Besos, caricias, tres torsos, seis brazos, seis ojos que se cruzan la mirada. El espectador percibe lo que sucede ... aunque en la pantalla no se muestra sexo explícito. Ni siquiera un beso con lengua. El 'threesome' de la serie 'Smiley', disponible en Netflix, se rodó con la ayuda de una coordinadora de intimidad, una figura nueva en las producciones españolas que intervienen en las escenas de sexo para garantizar la seguridad de los intérpretes. «En la escena donde teníamos que hacer un trío había muy poquita gente», recuerda Meritxell Calvo, actriz de 'Smiley' y protagonista de la serie 'Delta'. «Se pacta todo lo que se hace. Nosotras hablamos de cuáles son nuestras barreras. Hacemos un ejercicio que se llama 'semáforo', en el que te señalas parte de tu cuerpo y les pones una luz. Verde significa adelante. Ámbar, que no me molesta que me toques allí pero no quiero que me muerdas, aprietes o chupes. En la roja están las zonas a evitar, en las que no doy mi consentimiento para que se toquen».

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Después de hacer el 'semáforo' viene el «acercamiento». Los intérpretes se tocan durante el ensayo. Un brazo, el cuello, un pecho, el vientre. Se roza, se aprieta lo permitido. «Nos tocamos en sitios que las 'coach' de intimidad van marcando o que tú propones», dice Calvo, que comenzó su carrera en el teatro, después del instituto. «En 'Delta' a la otra actriz le dije: tienes el pelo precioso, ¿puedo tocarlo? Y ella me respondió: Sí, sin problema. Antes, muchas veces llegabas y nunca te habías tocado con el otro. No te habías dado ni un abrazo ni un beso en la boca. Y en el rodaje esta persona desconocida que sólo ves de lunes a viernes en el trabajo te estaba metiendo mano. Ahora, a tu compañera ya las has tocado de alguna manera. Lo que siempre ha sido muy estresante para los actores se hace más fácil. Da mucha tranquilidad. Se establece un pacto que no está escrito».

R. C.

Una vez que las pautas están claras se empieza con la «coreografía». «Siempre con los directores, hacemos un camino por el que van a pasar esos cuerpos y tomamos decisiones creativas», define Tábata Cerezo, cofundadora de Intimact junto a Lucía Delgado, coordinadoras de intimidad en tres temporadas de 'Élite', 'El cuerpo en llamas' o 'Zorras', entre otras producciones. «Lo que encontramos en el guion para estas escenas son frases como 'hacen el amor' o 'tienen sexo'. Una línea que puede tener millones de posibilidades. Nosotras armamos una coreografía para que los actores sepan qué se va a hacer, dónde estará la cámara, cómo trucar el sexo simulado, qué prendas para la protección genital usarán...».

Sin contacto

Las coordinadoras de intimidad, que son todas mujeres en el mundo cinematográfico español, constituyen un nuevo oficio que cala poco a poco en las producciones nacionales, sobre todo de la mano de las grandes plataformas de 'streaming'. «Nosotras mantenemos la seguridad de los intérpretes durante todo el proceso de producción, no sólo de las escenas que tienen connotaciones sexuales, también de otro contenido íntimo, como bañar a un niño o una consulta ginecológica», explica Rebeca Medina, que ha trabajado en películas como 'Cosas de chicos' y series como 'Veneno' y ahora en 'Física o química, la nueva generación'.

Greta Felici de Filming Intimacy

«Nosotras no vamos a vigilar el rodaje y no nos deben ver como policías. Nosotras somos mediadoras»

«Con cuidado de no ser invasivas, conseguimos que las escenas de intimidad cuenten exactamente lo que quiere transmitir el director de manera convincente y facilitamos la comunicación con los intérpretes», prosigue Medina. «Por ejemplo, para una simulación de cunnilingus mostré cuatro proyectos diferentes, con los límites que tenían la actriz y el actor, para construir los planos. En la coreografía trabajamos con técnicas de enmascaramiento, para que no se vean las protecciones que les ponemos. Somos un brazo más dentro de la prevención de riesgos laborales». Las productoras se cubren así las espaldas ante posibles demandas por agresiones sexuales o abusos de poder.

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La coordinadora de intimidad Rebeca Medina con una actriz antes de grabar una escena íntima. R. C.

Estas «prendas de modestia» y protectores para evitar el contacto entre las pieles son pezoneras, tangas invisibles, envoltorios de genitales e incluso una especie de copa protectora de hockey para mujer. «En 'Smiley' hay una escena en que me daba el lote con una compañera en el almacén y ella me tenía que meter la mano en el pantalón y hacer ver que me masturbaba», recuerda Meritxell Calvo. «Yo no notaba absolutamente nada, porque aparte de mi ropa interior llevaba un protector durísimo, que por mucho que ella apretara no hacía nada en mi sexo. Estaba completamente protegida, Más tranquila, podía dedicarme a actuar y estar por la secuencia».

Abusos de antaño

Las coordinadoras de intimidad se abren paso con unos honorarios que pueden estar por encima de los 2.000 euros mensuales en una producción mediana, según una fuente del medio audiovisual. Pero todavía enfrentan resistencias en los viejos esquemas. «Nosotras no vamos a vigilar el rodaje y no nos deben ver como policías», aclara Greta Felici, parte del equipo de Filming Intimacy junto a Maitane San Nicolás, que han trabajado en 'Reina roja', 'Consagración de la primavera' o 'Cristo y Rey', entre otras. «Nosotras somos mediadoras. Por ejemplo, si una actriz no quiere enseñar el pecho».

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las coordinadoras de intimidad Lucía Delgado y Tábata Cerezo, de IntimAct; Rebeca Medina y Greta Felici de Filming Intimacy. R. C. / Q. Santamaría.

¿Las 'exigencias de guion' no están reguladas por contrato? «Hay series que se empiezan a rodar con dos capítulos escritos y faltan seis, o actores que no están al tanto de las secuencias de intimidad. Además no es lo mismo un plano corto, que sólo interesa el rostro y no hay necesidad de que esté desnuda la persona, que uno general, en el que sí».

Tábata Cerezo de Intimact

«Nosotras armamos una coreografía para que los actores sepan qué se va a hacer, dónde estará la cámara...»

Antes de que irrumpiera este oficio para evitar los posibles abusos de poder, acudir al rodaje «era jugártela, esperar que todo fuera bien», asegura Calvo, que siempre solicita la contratación de una coordinadora de intimidad. Las malas experiencias tienen una «reina de las desgracias»: la agresión real de Marlon Brando a Maria Schneider, que grabó Bernardo Bertolucci en 'El último tango en París'. «Conocemos anécdotas de violaciones que han quedado grabadas y gente que lo ha pasado muy mal, y tú no quieres ser una de esas personas», dice Calvo.

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Besos de verdad

En la serie de 'Nacho' de ocho capítulos, sobre los inicios de un actor porno en Atresplayer, hay unas 200 escenas de sexo. Coordinadas por Rebeca Medina, que tiene una carrera como actriz de tres décadas, destaca «una secuencia 'hard core', en la que trabajamos con una actriz porno y dos actores que no eran porno. En la obra, al protagonista, Nacho Vidal, le hacen un casting donde se ve cómo pega y escupe a una mujer... fue muy demandante. La actriz estaba acostumbrada a ese contenido pero los otros actores, no. Tuve que hacer una labor muy fuerte de estar con ellos, tomarnos un té, hacer que rieran y charlaran».

Rebeca Medina

«Para una simulación de cunnilingus mostré cuatro proyectos diferentes, con los límites que tenían la actriz y el actor»

Todas las secuencias de sexo son fingidas, excepto en algunas producciones independientes que optan por lo explícito. «Si hubiera algo de verdad, sería porno», mantiene Medina. «El sexo es simulado y el desnudo puede ser implícito o explícito. Sin embargo, los besos son de verdad y la lengua incluida en el beso casi nunca, solo cuando es necesario».

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Lo de los besos, además, «parece de cajón, pero no», añade Calvo, porque se pueden dar con y sin lengua, con o sin saliva. «Algo que siempre obligo antes de besarse es que se laven la boca con un antiséptico que neutraliza los virus durante 30 minutos», sostiene Medina. Las entrevistadas coinciden en no hay marcha atrás en el consentimiento de cada detalle de las escenas íntimas. La cámara, además, lo nota.

Prendas invisibles preparadas para una grabación. AFP

«Nosotras sabemos lo vulnerables que somos delante de la cámara»

El trabajo puede tener momentos ingratos. Una escena puede afectar emocionalmente, como la que se hizo en 'Nacho' al simular cuando un actor porno aplasta la cara de la chica con el pie mientras hay penetración, y en la que intervino la coordinadora de intimidad Rebeca Medina «Son momentos para echar mano a las técnicas de autocuidado», dice. «Al igual que a los intérpretes les facilito una técnica para salir del personaje, yo también las necesito y, al llegar a mi casa, hago 'mindfulness', pongo esencias de aromaterapia para darme un baño con música relajante y me limpio la energía».

En otras ocasiones, la dinámica en plató puede ser tensa. «Lo más complicado que haya un director que no valore esta figura, que no dialogue y que no dé toda la información», mantiene Greta Felici, coordinadora y actriz, a la que esto sólo le ha pasado «una vez». «Lo que más tenemos que cuidar, aparte del consentimiento, es el set, que no estén muchas personas que no son imprescindibles. Por ejemplo, cuando hay que realizar un cambio de luces los técnicos tienen que esperar a que los actores estén tapados y cómodos, y que autoricen la entrada. Alguna vez lo hemos tenido que repetir varias veces al asistente de dirección».

La incursión en esta profesión naciente requiere esfuerzo y formación. Primero, ellas deben tener experiencia como actrices. «Nosotras sabemos lo vulnerables que somos delante de la cámara», asegura la coordinadora de intimidad Tábata Cerezo.

Luego viene la acreditación del oficio, por parte de organizaciones norteamericanas y gurús como Amanda Blumenthal, previo cursos que pueden alcanzar los 7.500 euros de matrícula. La primera acreditada en España fue Rebeca Medina, en 2022, «después de nueve meses de formación». Entre las clases que han recibido las entrevistadas están 'Primeros auxilios en salud mental' o 'Diversidad de género e identidad sexual'. Pero el trabajo no falta. Las plataformas son sus primeras empleadoras. D. CH.

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