Secciones
Servicios
Destacamos
La Filmoteca Rafael Azcona de Logroño acoge a partir de las 11.30 de esta mañana un título refrescante, dinámico y gracioso, 'Edmond' (2018), una película con guión y dirección de Alexis Michalik, sobre el proceso creativo que llevó a cabo el dramaturgo marsellés ... Edmond Rostand, para escribir el exitosa obra teatral 'Cyrano de Bergerac'.
Son muchas las películas en los últimos tiempos que se asoman a los procelosos o banales ejercicios de creación literaria que condujeron a escritores de fama mundial a construir sus célebres textos. En este caso, en un tono de comedia disparatada y muy charlatana (no podía se de otra manera), el realizador Alexis Michalik aproxima al espectador a los sorprendentes avatares y casualidades que acompañaron al intrépido Edmond a escribir, casi de chiripa, un libreto en verso para el mejor actor francés de finales del siglo XIX, Constant Coquelin (Olivier Gourmet).
Edmond Rostand (Thomas Soliveres) es un joven escritor en horas bajas por los continuados fiascos de sus obras. Abducido por el nuevo invento del cinematógrafo de los hermanos Lumiére pregona la muerte del teatro a la vez que se marca un farol ante la gran celebridad de los actores galos, Coquelin, al que le dice que tiene una obra extraordinaria para su talento, Cyrano de Bergerac.
Tiene el nombre del héroe y un montón de hojas en blanco. Se lanza como un poseso a su escritura y el autor quebrado por las deudas comienza a vivir una serie de experiencias que van alimentando su imaginación. Aventuras, encuentros sensuales, chascarrillos, visitas a burdeles (donde coincide con Anton Chéjov), inspiran el relato tentador de un narigudo y habilidoso espadachín muy astuto también con el manejo de los versos románticos.
Edmond es un simpático relato contado a ritmo endiablado que habla de las musas, de los caminos de la creación, de la fe en uno mismo, de la suerte y el destino, que mezcla realidad y ficción como si todo brotara de la chistera de un mago a la vez que dibuja un efervescente homenaje al teatro, a sus intérpretes y a la gente de las bambalinas, construyendo un filme entretenido y lleno de grandes actuaciones.
Todo lo contrario que la propuesta del Teatro Bretón, un filme cargado de adrenalina y expectación. Reinventarse o retirarse. De esta guisa es el dilema que se le presenta a Cristu (Vlad Ivanov), el policía corrupto de la que está llamado a ser uno de los acontecimientos cinematográficos de Actual 2020, 'Gomera', escrita y dirigida por el cineasta rumano Corneliu Poromboiu.
La película se presentó en la sección oficial a concurso del festival de Cannes y constituye un desprejuiciado guirigay, un extrovertido ejercicio de thriller europeo o neonoir. Un filme inusual y rompedor. A contracorriente. Lleno de sorpresas.
Los cineastas rebuscan fórmulas autorales y tendencias, estéticas y visuales, para crear relatos criminales que transmitan un fresco repertorio de emociones y recursos expresivos. Poromboiu se lo propone en un argumento negro, árido y con sentido del humor. Aunque su mejor hallazgo no es otro que incorporar a la trama el lenguaje del silbo canario. Un mecanismo de lenguaje con el que entablará hilos de diálogos con sus amigos mafiosos para despistar a quienes rastrean sus turbios tejemanejes.
El punto de partida es para venirse arriba. El descaro y la chulería se acentúan desde el comienzo y la ambición envuelta en tono de farsa promete una intriga burlesca. No te imaginas hasta que ves el filme y constatas su osadía, que actores rumanos, tras el consiguiente adiestramiento en la técnica del silbido, resulten verosímiles con un dedo pegado a la boca y articulen una comunicación ancestral que entienden inquietantes canallas. Pero el cine, un mundo de fantasía, lo absorbe todo y esta anécdota no sólo es festejada sino que consigue calar lejos de las islas.
Asumida la afortunada idea, con su punto de ironía, el autor de 'El tesoro' (2015) nos muestra un mundo turbulento, avaricioso, violento, a ratos salvaje, de policías y ladrones, en el que no podía faltar la presencia femenina, revestida, como mandan los cánones, de cierto aura de mujer fatal. De este menester se encarga la hermosa y curvilínea Catrinel Marlon, embutida casi siempre en ajustados vestidos.
'Gomera' acaba conquistando al público. Ofrece espectáculo y plantea la necesidad de buscar signos o ruidos para establecer vías de correspondencia insólitas ajenas al ámbito de la tecnología. Un audaz e imaginativo giro que burla cualquier tipo de radar o captación y permite que una red de delincuentes contacten entre ellos mientras soplan silbidos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.