Secciones
Servicios
Destacamos
Dos años después de aquel 'Alegría' que cambió en parte la forma en la que Sergio Dalma se acercaba a las canciones, el artista de 59 años estrena 'Sonríe porque estás en la foto', su vigésimosegundo álbum, un disco luminoso en el que el de ... Sabadell recupera un sonido ochentero, plagado de sintetizadores y más cercano a sus inicios, pero con el soplo de aire fresco que supone el haber trabajado con seis jóvenes productores. El año que viene cumplirá 35 años de carrera musical y lo celebrará con una gira que le llevará por buena parte de España.
-'Sonríe porque estás en la foto' es su 22º álbum y el año que viene cumplirá 35 años en la industria. ¿Cuál es el secreto del éxito?
-Ostras, la verdad es que muchas veces uno se lo pregunta, pero bueno al final te metes en esta vorágine, empiezas a recorrer kilómetros y kilómetros hasta que te das cuenta que efectivamente han pasado casi 35 años y 22 discos. No hay una fórmula, si no todos la aprovecharían, ¿no? Yo siempre he disfrutado con lo que hago. Cada vez que saco un nuevo trabajo digo: «Piensa como si fuera el primero o el último». Y al final esa ilusión y esa constancia es importante. También el intentar conocer a tu público, que está muy definido, es un público que hemos crecido juntos. Se ha sumado gente más joven de una forma espontánea... Creo que todas esas cosas son importantes. Y sobre todo no estancarte en aquel éxito, sino querer evolucionar como inquieto que soy. A veces aciertas más, a veces aciertas menos, pero seguir con la emoción y las ganas del primer día.
-¿Es la misma ilusión?
-Cada vez que sacas un nuevo trabajo, sí te emocionas mucho cuando lo oyes por primera vez en la radio porque es tal el esfuerzo que comporta, la de meses y meses buscando canciones. Yo no soy autor, con lo cual ese trabajo de que la gente te mande canciones, de enamorarte y convivir con ellas... Claro, llevas mucho tiempo preparando esto y cuando sale, ¡uf! Dejas fuera todo y respiras y dices, bueno, a ver ahora cómo responde la gente. Estos momentos son mágicos. Y luego cuando ya empiezas una gira y cantas las nuevas canciones y la gente ya ves que las está cantando contigo... ¡Buah! Son cosas indescriptibles.
-El título y la primera canción del disco ya llaman al optimismo. Usted es positivo por naturaleza, ¿no?
-Muchísimo. Hace unos años me decían: «Es que a veces te escriben canciones que, de verdad, ¿tu eres así de gris?». Y yo no, para nada. Creo que desde hace unos años cada vez reflejan más mis discos mi forma de ser. Ya el disco 'Alegría' (2021) marcó una clara tendencia y este igual. Además, esa clara intención de revivir ese sonido de los 80 con el que yo empecé, pero con productores de ahora ha sido como muy divertida. Y la locura de trabajar con seis productores.
-¿Cómo surgió eso? ¿No temía que el disco perdiera unidad?
-Se fue diseñando poco a poco. En ningún momento tuvimos esa idea. Lo normal era trabajar con uno o dos productores, pero conforme íbamos recibiendo las canciones nos dábamos cuenta de que ellas mismas iban pidiendo trabajar con uno o con otro. Y yo dije: «¿Y por qué no?». A mí estás locuras me encantan. Y al final no resultó tan locura porque fueron piezas de un puzzle, de un engranaje que luego, al poner mi voz, nos dio esa uniformidad y salió.
-Volviendo al tema del optimismo y lo positivo, ahora que tan de actualidad está el tema de la salud mental, ¿la vida en el escenario desestabiliza mucho?
-Yo creo que sobre todo al principio te puede llegar a descolocar. Claro, cuando hay un personaje y la persona, el personaje siempre tiende a absorber mucho de la persona y a veces a comérsela. Y eso puede pasar al principio, que de ser un tipo que vive en el anonimato a tener una popularidad a veces puede costar digerir y más cuando eres un tipo adolescente. Yo en mi caso tuve la suerte de tener la familia muy cerca y el equipo que tenía, que no me dejó mucho levantar los pies del suelo. Y con los años he tenido la gran suerte de distinguir muchísimo el personaje de la persona. O sea, yo termino mi trabajo y desconecto totalmente y a veces voy por la calle y digo: «¿Por qué me estará mirando? ¡Ah, coño! Sí, es verdad que soy Sergio Dalma» (ríe).
-¿En serio?
-Sí, sí, hasta ese punto. Además, después de 27 años de vivir aquí en Madrid, he ido otra vez para mi tierra. Yo vivo en un pueblecito y allí soy el Josep. Por suerte ha podido más la persona y esperemos seguir así a estas alturas.
-¿Qué balance hace de estos casi 35 años?
-Pues ahora que hemos hecho una revisión desde el primer disco hasta ahora para preparar la gira, porque lógicamente le vamos a dar prioridad a este trabajo, pero hay que repescar canciones de toda la carrera, sí que soy consciente de que han pasado muchos años y ya no te digo si miro más para atrás y pienso en aquel tipo de 16 años al que le acompañaba su padre a todas las salas de fiesta de Barcelona porque era menor de edad. Me siento muy afortunado y creo que aquel sueño se cumplió con creces, mucho más de lo que yo me hubiera imaginado. Porque cuando yo grabé 'Esa chica es mía' dije: «Bueno, pues muy bien, hemos grabado un disco, pero ahora seguiré con lo que hago». Y no, hubo otro y otro. Y ahora, más que nunca, no me planteo el futuro, vivo más el presente que nunca, quizás porque los años también te lo marcan así. Yo ahora esto lo estoy disfrutando mucho y voy a disfrutar mucho la gira. ¿Qué vendrá después? No sé. Lo que venga seguro intentaré que sea mejor.
-Si pudiera, ¿qué consejo le daría a ese chaval de 16 años que estaba empezando?
-Oh, qué difícil. Yo no sé si soy el tipo más idóneo para dar consejos, pero le diría lo que a mí me decían cuando yo empezaba, que disfrutara mucho con lo que hiciera, que me preparara mucho... Mira, estas nuevas generaciones se están preparando mucho, yo lo he notado ahora a la hora de trabajar el disco y veo la gente joven que se prepara mucho a nivel musical. Claro, las redes sociales también nos han enriquecido, quiero ver también ese lado positivo, ¿vale? Y creo que la gente está muy preparada. Pero bueno, el talento tiene que aflorar. Antes solamente tenías la opción de que alguna compañía te sacara un disco y ahora hay muchas vías. Si se cierra una puerta, se puede buscar otra y no desistir. Es importante creer sobre todo en uno mismo y luchar al máximo.
-¿Las cosas han ido a mejor o le ve algún aspecto negativo?
-Fíjate, antes cuando había lanzamientos de un trabajo, de un nuevo disco, eran muy pocos lanzamientos a la semana. Ahora constantemente están saliendo canciones y tenemos mucho más al alcance el consumir la música. Pero claro, también en el fondo todo es muy inmediato y es muy cambiante, con lo cual duran muy poco esos momentos en los que sacas un trabajo o una canción. El vivir a tanta velocidad asusta un poco, pero es el tiempo que nos ha tocado y hay que adaptarse. No es ni mejor ni peor.
-Dice que es más intérprete que autor. Sin embargo, desde fuera da la sensación de que las canciones cada vez le describen más. ¿Cómo es ese proceso?
-Es que lo que apuntas es verdad porque la forma de trabajar en el disco anterior y en este ha sido distinta. Yo antes recibía las canciones, quedábamos un día en el estudio y las probábamos. A raíz de la pandemia, yo monté un pequeño estudio en casa, con un ordenata y un buen micro y ya está. Recibía las canciones y decía: «No descartemos esta, déjame convivir con ella, hacerla mía». Convivir con todas estas canciones para mí era como amasarlas y luego me daba una rabia cada vez que las tenía que soltar. Claro, al final es cierto que las haces mucho más tuyas. Había cosas que hasta los autores me decían: «No, eso lo podemos cambiar... Oye, es que lo veo por aquí... ¿Y si hago esta otra melodía?». Claro, al final tú no eres el autor, pero notas que has participado más que nunca con esas canciones.
-Las canciones hablan de recuerdos muy vívidos, de amores fugaces, de rupturas y hasta hay una divertida descripción de un dandy que no sé si es usted. ¿Es muy disfrutón?
-(Ríe) Mira, cuando yo recibí la canción de Pablo Cebrián con Luis Ramiro y Conchita... Ellos me han escrito muchas canciones durante todos estos años y nos hemos conocido un poco más. Y es verdad, yo soy un disfrutón de la vida. Voy un poco por libre en muchas cosas, en la moda, a veces puedo resultar un poco anárquico, pero es que me define bastante. A lo mejor el término de dandy puede sonar algo como muy rancio o peyorativa hoy en día, pero es que en el fondo es un término que a lo mejor la gente no lo puede entender, pero nosotros en aquella generación, cuando tú decías: «Este es un dandy lo que estabas diciendo es que era un tío que va impecable, educado, pero, en el fondo, con su rebeldía y con las cosas claras (ríe).
-¿Qué ventajas e inconvenientes diría que tiene la veteranía?
-El hecho de haber vivido ya una serie de situaciones durante todos estos años te da una seguridad, pero a la vez a veces también te cargas con una serie de prejuicios y en eso me han ayudado mucho estos productores jóvenes. «No tengas miedo a ir un poquito más rápido y a desnudarte un poquito más porque, de verdad, te queda bien este tema», me decían. Y ese empujón ha sido muy bueno porque el desparpajo y esa mente tan abierta que puedes tener a esa edad me ha ayudado mucho.
-Deja caer en la nota de prensa que apuesta por arriesgar un poco más y experimentar.
-Arriesgar sin desvirtuar, ni mucho menos, mi estilo.
-Eso es raro, ¿no? Con la edad la gente se acomoda...
-Uy, eso nunca me ha gustado. Ahora lo de la zona de confort es muy actual, pero yo nunca... Para mí hubiera sido muy fácil, a raíz del 'Bailar pegados' quedarme ahí encajonado y a vivir. No, no, no, no. A lo largo de estos años ha habido discos más acertados que otros, pero nunca he dejado de evolucionar, con una lógica, una coherencia y un respeto hacia mi público. Ellos mismos son los que dicen, bueno, a ver con qué nos sorprende este.
-Conchita y Miki Núñez cantan con usted en un par de canciones. ¿Cómo se han fraguado ambas colaboraciones?
-Cuando empezamos la preparación del disco, la compañía nos comentó a ver si en este disco podría haber alguna colaboración. A mí no me gusta decir: «Hay que hacer esto». Así que fuimos viendo cómo respiraba el disco en el estudio y cómo iba la producción. De Conchita siempre he recibido muchos temas y ha habido bastante comunicación y pensaba que 'Luciérnagas' era el típico tema que podía funcionar, con ese contraste de voces. Tuve la suerte de que rápidamente dijo que sí. Y el tema de 'He tocat el cel' era un tema que ya para mí era muy nuevo, era muy indie. Me gusta mucho. Y no sé por qué me vino a la mente Miki Núñez. Yo le he seguido un poco porque él es de la ciudad de al lado donde yo nací, estuvo en Eurovisión y he ido viendo todo lo que ha ido haciendo y dije: «Ostras, yo creo que sería ideal hacerlo con él». Y además, pues bueno, porque es un tipo joven y hay que apostar también por esa nueva generación. Dijo que sí rápidamente y ha sido descubrir un tipo con una madurez y una generosidad increíble.
-¿Cómo van a ser los conciertos?
-Vamos a dar prioridad a este trabajo y luego vamos a revisar lo que son todos estos años sin llegar a cansar a la gente porque a mí no me gustan los conciertos largos, me gusta que la gente salga con ganas. Pero sí, cuando tienes que reversionarte otra vez a ti mismo, esto es un trabajo que cada vez es más el triple salto mortal. Pero es que eso siempre nos apetece mucho. Y en esta nueva gira va a haber varias reversiones de clásicos míos. Hay cambios también en la banda y, bueno, va a ser un año de disfrutarlo mucho. Cuando entra gente nueva en la banda los que somos más veteranos nos pone las pilas. Es que además soy bastante insportable cuando no estoy de gira.
-¿Sí?
Aa mí me gusta mucho ir al estudio de grabación, es un momento muy creativo que puede resultar también divertido, pero no deja de ser un momento que te impone mucho porque aquello que vas a cantar se va a quedar grabado para siempre y eso asusta. Por eso tampoco escucho mis discos luego, porque aquello que has grabado dices: «Ostras, es que yo ahora lo grabaría de otra forma». De hecho, si grabara otra vez este disco después de la gira, sería totalmente distinto. Por eso me gusta tanto el directo. Y yo, el año pasado decía: «Oh, qué envidia más sana todos estos que están de gira, todos esos compañeros». Tengo muchas ganas porque cuando estás de gira es que tienes otra familia, que es la familia con la que viajas y pasas tantos meses del año y con la que vives todo tipo de situaciones personales con ellos.
-He leído que es bastante tímido.
-Josep Capdevila [es su nombre de nacimiento] es el tío más tímido de la Tierra, pero como Sergio Dalma es un jeta... Uy, yo soy de aquellos que si pudiera pasar desapercibido... De hecho, lo intento. Yo digo en broma que me he vuelto menos sociable, pero es que me sigue dando mucho corte eso. Yo ahora mismo sé que tengo que hacer una gira y pisar otra vez un escenario y me entra un acojone y me da mucho miedo porque me siento desentrenado. Pero eso cada día, que tengo que subir.
-¿Qué hace para combatir esa timidez antes de subirse al escenario?
Pues mira, hacemos una cata de vinos antes, en cada concierto. Nos hemos acostumbrado, siempre con mesura, claro, pero nos gusta. Y ese momento de convivencia antes de salir es que es tan bonito...
-¿Cómo se imagina su jubilación?
-Cuando me enteré de que se retiraba Serrat, yo reconozco que me emocionó mucho y lloré porque para mí siempre ha sido un referente. Es que ha sido elegante hasta con esa decisión. Pienso que tiene que ser un momento tan difícil de elegir... Y sobre todo hay estar muy lúcido a la hora de decir pues ha llegado el momento y lo hago yo y no lo hace el público, que eso es muy importante. Yo al principio decía que hasta los 65 yo creo que continuaba, pero tal como va el panorama (ríe). No lo sé. Es que ya no me pongo plazos, me gusta planificar el presente. Pero mientras tenga salud y ganas y que el público también las tenga y haya buena comunicación, seguiremos. Pero no creo que más de 70 no, ¿eh? No lo sé, no lo sé. No quiero decir nada (ríe).
-Como catalán quería preguntarle por el asunto de la amnistía y cómo ha vivido el tema de la independencia. ¿Le preocupan estos asuntos?
-Yo creo que preocupa a cualquier persona, ¿no? Yo he estado 27 años aquí en Madrid y ahora decidí volver allí. Cuando uno se va de su tierra, siempre sabe que volverá. Es incómodo y sobre todo porque yo creo que los personajes públicos, por ejemplo, como es mi caso, que me dedico a la música y al arte y viajo por toda España, yo creo que cuando se tocan estos temas yo siempre digo que lo dejo para cuando estoy con mi círculo íntimo y en casa porque yo me dedico a que la gente se refugie en mi música para escapar de todo esto, como para yo ahora hablar de esto (ríe).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.