Iván Ferreiro
Vermú de domingo ·
Recién premiado por su último disco, cada vez es «más inconformista con las canciones que hago» y reniega de la música como arma arrojadizaSecciones
Servicios
Destacamos
Iván Ferreiro
Vermú de domingo ·
Recién premiado por su último disco, cada vez es «más inconformista con las canciones que hago» y reniega de la música como arma arrojadiza«Hay veces que me explota el corazón, hay veces que no puedo respirar». Iván Ferreiro canta y nosotros nos reconocemos en sus palabras, algo que empezamos a hacer en los 90 con Los Piratas y que hemos seguido haciendo disco a disco hasta llegar ... al último, 'Trinchera Pop'. Ferreiro, además de ser quien mejor nos ha contado, es un conversador excelente y generoso, tanto que charlar con él se parece más a tomarse un vermú con un amigo que a una entrevista. Esta tarde en Málaga y el 5 de julio en Alicante, aquellos que asistan a sus conciertos dentro del programa de Atardeceres Larios tendrán la oportunidad de escucharle viendo el mar a la puesta de sol. Un privilegio añadido.
-¿Qué música le pone al vermú del domingo?
-Depende de cómo me levante [risas]. Música española seguro, por ejemplo Juno, el proyecto de Zahara y Martí Perarnau, o Love of Lesbian, o María José Llergo. Hay tanta música maravillosa para disfrutar del vermú del domingo…
-En estos conciertos actúa al atardecer y con el mar como fondo. Eso creará una atmósfera muy especial.
-Participar en estos Atardeceres Larios es un poco por ese motivo, porque tocar mientras se pone el sol crea un ambiente muy bonito para escuchar música; no es el mismo que el de las diez y media de la noche con la gente de pie delante del escenario con ganas de fiesta. En los atardeceres puedes hacer un repertorio en el que empiezas tranquilamente y vas caldeando de otra manera a la gente. Me parece la hora perfecta para tocar.
-Siete años después de su último disco, vuelve con 'Trinchera Pop' y se alza con tres premios de la Academia de la Música: Compositor del Año, Mejor Álbum Pop/Rock y Mejor Canción Pop/Rock. Vaya vuelta.
-Muy contento, la verdad. También he tardado en volver, porque con el anterior disco estuvimos tres años de gira. Después, llegó la pandemia, y mientras que a muchas personas les inspiró para hacer canciones, a mí me desinspiró total. Pero, al final, no pude evitar trabajar, aunque lo que sí me permitió es hacer un disco con mucha más calma. Creo que los músicos tenemos épocas: cuando empiezas, tienes ganas de sacar cosas todo el rato, pero después llegas a una edad en la que prefieres pensarte mejor cada canción que haces. Tuve una época en la que con tener una buena canción me bastaba, ahora ya no me sirven solo las buenas canciones porque, además de ser buena, quiero que hable de algo muy concreto y desde un lugar muy particular.
-Para escribir canciones necesita nutrirse.
-Absolutamente. Entre los 30 y los 40, como llevaba escuchando toda mi vida que la música no era un trabajo, me pasaba todo el rato en el estudio trabajando sin parar hasta que, un día, en lugar de despertarme y hacer algo productivo, me puse a ver una serie del espacio exterior.
-¿Se sintió culpable?
-Me sentí culpable el mes entero que estuve decidiendo que iba a ver una serie por la mañana [risas]. Pero, al final, dije, mira, no hay normas para lo que yo hago, y me di cuenta de que lo importante es hacer canciones lo mejor posible, grabarlas lo mejor posible y tocarlas frente al público y hacerlo disfrutar lo más posible. Para lograr eso, puedo ver pelis y series por la mañana y no sentirme culpable si me quedo hasta muy tarde leyendo o viendo la tele. La dispersión no solo es parte de mi trabajo, sino que también es buena para eso.
-Quería hacer un disco que fuera mejor y distinto. Lo más difícil es competir con uno mismo.
-La única competición que existe es la que haces contigo mismo, por lo menos en la música, un trabajo en el que es fácil engañarse y conformarse. Y yo cada vez soy más inconformista con las canciones que hago. Voy llevando esa lucha como puedo, aunque hay momentos de mucha satisfacción: hay días que te levantas y no existe la canción y por la noche la tienes grabada, y vas y la escuchas y descubres que la letra dice más cosas de lo que creías. Hay algo mágico en eso.
-De nostalgia, nada.
-Soy poco nostálgico, sí. Creo que la nostalgia es una trampa, porque si te pasas el día viajando al pasado no te vas a sentir muy cómodo en el presente. Yo siempre miro hacia adelante, y quiero que el día siguiente sea mejor que el anterior, aunque no siempre se consiga, por supuesto. Estos días me encontré a mis queridísimos de amigos de La Oreja de Van Gogh y nos pusimos a recordar los viejos tiempos y a reírnos de las tonterías que hacíamos de jóvenes. Y está guay pensar que has sido joven y has podido hacer un montón de estupideces. Creo que eso es parte de tener un buen futuro.
-Se lleva mejor con el Iván Ferreiro de ahora que con el Iván Ferreiro de entonces, deduzco.
-Sí, sin duda. Me veo a mí mismo en muchas cosas y no me gusto mucho, aunque me comprendo y no me fustigo. Pero me alegra darme cuenta de que he ido aprendiendo un montón tanto a nivel personal como a nivel de las canciones. Fíjate, un grupo nuevo me pidió participar en una canción y, a pesar de que era maravillosa, la rechacé porque era una canción donde se echaba en cara algo a una s. Y yo, aunque las he hecho, ya no quiero hacer canciones que sirvan como arma arrojadiza, ya no quiero hacer canciones que pueden dañar a otro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.