Niños Mutantes: «Nuestra obligación como artistas es ser valientes»

Lo han hecho con un escuadrón artístico repleto de matices diversos, cuyo resultado es un álbum que suena distinto. Esperan retomar las fechas pospuestas en el mes de octubre, ya que la salida, el día 20 de marzo, les pilló en pleno confinamiento. Mientras tanto, nos cuentan los detalles que se esconden tras sus 'Ventanas', más abiertas que nunca.

Charlamos con Nani Castañeda sobre el nuevo disco y la situación actual.

- Sacar un disco en pleno inicio del estado de alarma. Son unos jugadores

- La fecha estaba puesta desde mediados de enero. La cosa se fue poniendo negra semana a semana y a principios de marzo tuvimos dos gabinetes de crisis y en el segundo, la misma semana, decidimos mantenerlo.

- ¿Por qué tomaron esa decisión?

- Porque nos parecía horrible, con la que estaba cayendo, que encima todos los que nos dedicamos a esto nos retiraremos de la palestra. Si tenemos cinco o quince mil fans, se merecían tenerlo. Y si hemos ayudado a soportar aunque sea un cuarto de hora esta situación, habrá valido la pena. La música también es esto. Como operación de marketing es un suicidio y como operación humana es lo necesario. Habrá tiempo de recuperar todo eso pendiente

- ¿Han tenido opción de distribuir su disco antes del confinamiento?

- Había una preventa desde febrero y la gente pudo comprarlo. De hecho, hemos estado en el top 5 de ventas nacionales a través de las grandes plataformas. Cuando distribuyes por todas las tiendas se vende más, pero en las plataformas y grandes canales se ha movido mucho, ha llegado y ha hecho feliz a mucha gente. Pero haces un disco para defenderlo en directo. Llevábamos meses preparándolo, montando una gira con muchas novedades, pero lo primero es lo primero.

- ¿Por qué elegir cinco productores y cinco estudios?

- Porque estábamos hartos de nosotros mismos. Era la única manera de despegarnos de nosotros. 'Diez' ya había supuesto mucho trabajo por nuestra parte y después se abrió un vacío inmenso. ¿Cómo se afronta la creación después de eso?

- Dígalo usted. ¿Cómo se afronta?

- La máquina mutante de hacer canciones no iba a parar y necesitábamos un método para no aburrirnos, teniendo un sistema tan concienzudo como el nuestro, que implica horas y horas de ensayo. Puedes escuchar muchas músicas, pero al final son cuatro señores tejiendo una canción. La manera de romper esta dinámica era no ensayar y llamar a productores diferentes. Acabamos dando dos canciones a cinco productores. Salidas directamente de los bocetos, fijando unas fechas de estudio, con un día de ensayo previo y dejando en sus manos que hicieran lo que les diera la gana. Ha sido un trabajo duro.

- ¿Más duro que en trabajos anteriores?

- Hemos trabajado muchísimo. Piensas que por no ensayar trabajas menos, pero es al revés. Hemos tenido que hablar mucho, cambiar todos los conceptos, trabjar mucho en los estudios porque, como instrumentistas, hemos tenido que cambiar nuestra forma de entender la música. Hemos tenido que controlar todo durante mucho tiempo en un proceso multidisciplinar.

- ¿Han ido solapando unas grabaciones con otras o han mantenido un orden de inicio y fin con cada productor?

- Temporalmente ha habido sesiones con cada uno, pero mezclando cosas que iban surgiendo al mismo tiempo. Es una vorágine un poco bestia. Juan Alberto es una máquina de churros de hacer canciones. 2019 iba a ser un año para descansar y en febrero ya tenía nueve bocetos y se veía que iban a ser temazos. Es alucinante su capacidad creativa. Puede pasar un par de años sin coger la guitarra porque le gusta estar metido de lleno en la gira, pero el día que se pone, crea muy rápido y muy bien.

- ¿Valorar en positivo el trabajo de los compañeros de forma consciente es una consecuencia de la crisis interna que vivieron con el disco 'Diez'?

- La ruptura nos hizo recapacitar y darnos cuenta de los errores de cada uno, que no tenemos que controlar la vida de los demás por estar en una banda; somos amigos pero no hermanos. Por otro lado, éramos incapaces de estar separados y dejar de crear. Lo que ha pasado ahora no ha tenido nada que ver. Nos aguantamos lo mismo que toda la vida, pero nos aburría pensar en estar un año entero ensayando y hacer las canciones igual. En ningún momento, ninguno de los cuatro ha tocado su propio instrumento ni ha dirigido su propio ensayo, sino que hemos hecho lo que decía alguien externo. Este era el objetivo. Podríamos haber creado canciones continuistas a 'Diez' o a 'Naufragos'.

- Pero han optado por el cambio total.

- La gente que lo escucha saca la conclusión de que es muy distinto. Cada canción es de su padre y su madre, claro, reenfocada de forma diferente. Luego cada uno estará en su derecho de decidir que le guste o no, pero nuestra obligación como artistas es ser valientes.

- ¿Han sido bien mandados a la hora de dejar que otros les dieran las indicaciones?

- Sí, esto lo puedes contrastar. Somos muy bien mandados a la hora de crear. No somos nada egocéntricos. Si nos dejas a los cuatro solos nos matamos, pero si entra un externo, todo va bien.

- ¿Estuvieron de acuerdo a la hora de elegir a los productores participantes?

- Hubo dos casualidades. Ángel Luján se vino a Granada por razones personales y decidimos plantearle la idea. Fue el primero, se metió muy ilusionado e hizo sus dos canciones que resultaron ser dos temazos. La otra fue Christina Rosenvinge Estábamos trabajando seis canciones, quedaban cuatro y en abril, en la Feria del Libro a la que vino ella, se nos encendió la bombilla. El hecho de que hubiera una mujer nos hizo mucha ilusión. Y además es la primera vez que produce para alguien que no fuera ella misma.

- ¿Qué relevancia tiene contar con un equipo que apoye cambios de volante como este que han dado?

- Es importantísimo. Cuando se nos ocurrió la idea, éramos conscientes de que no era especialmente barata y que la respuesta de nuestro mánager, Josiño Carballo, iba a ser complicada, pero como es un chalao perdido y un ultrafán, su respuesta fue; «Me encanta, empiezo a llamar a gente». Un buen manager, una buena discográfica es lo que nos ha mantenido durante los últimos 12 años. Lo ha puesto todo por nosotros. Sin él no tendríamos esta infraestructura.

- ¿Se lo han pasado bien con esta mezcla de lugares y planteamientos?

- Sobre todo en las producciones. Casi no hemos utilizado el sistema de grabar todo a la vez mirándonos las caras, un concepto muy beatleniano y habitual para nosotros, pero aquí hemos ido metiendo ritmos, o una guitarra, sumando una voz con la batería tres días después…

- Esos ritmos que han añadido son nuevos en su repertorio

- Los cuatro notamos diferencias. 'Ventanas' es a veces muy oscuro, a veces muy bailable. Encuentro ramalazos soul y funk, algo que no ha pasado antes. Puedes moverte en horizontal con algunas de nuestras canciones, ¡cosa que no ocurrió nunca con nuestras canciones! Es un disco que hay que escuchar varias veces. No es inmediato. Está trabajado a fuego lento, como un buen cocido.

- En su texto de presentación del disco, Manuel Jabois afirma que hace mucho tiempo que dejaron de ser dueños de las emociones que provocan. ¿Les inquieta ese planteamiento?

- Nunca da lo mismo. Decir que da lo mismo es mentira. Hay que estar muy loco para que te dé del todo igual. Claro que importa la opinión de los demás. Otra cosa es vivir pendiente de eso. Hay mucha locura con las «reses» sociales y te pueden hacer perder las perspectiva. Eso no es vida. Creas porque lo necesitas y crees que estás haciendo un bien común. No se puede vivir de espaldas ni a expensas de ello.

- «Si se acaban los festivales seguiremos haciendo música», afirmaban en una entrevista el año pasado. De momento, no parece que vaya a haber eventos masivos.

- Somos conscientes de lo que somos y no pretendemos ser cabezas de cartel, menos con nuestra edad. Tenemos una legión de fans que viene de ganarlos en las salas. La mayoría de bandas vivimos del directo, ni de SGAE, ni de derechos de autor, ni la venta de discos nos da de comer. Los del rock alternativo vivimos de los conciertos. Ha habido diez años de bonanza y los festivales han hecho una labor importante por la economía de muchos músicos. Sin eso, el 90% no come, porque la mayoría no tienen otro trabajo. Hay urgencia por volver a la normalidad, quizá con aforo reducido o con dobles pases, algo que cada vez se habla más.

- ¿A favor o en contra de los conciertos gratuitos a través de eso que llama «reses» sociales?

- La pandemia ha sido tan parecida a una bomba atómica que su acción-reacción ha sido bomba atómica también. Todo volverá a la normalidad. Yo nunca he estado pendiente de las redes, salvo por trabajos paralelos en los que han sido necesarias. No me divierte especialmente ver cómo alguien toca la guitarra en una pantalla. Me puede entretener ver diez minutos a alguien que me gusta, pero no me voy a tragar una hora de McCartney y otra de los Stones. No creo que nadie lo haga y si lo haces estás un poco enfermo. Puedes leer, ponerte a hacer bizcochos, salir a la terraza o emborrachate los fines de semana...Una vida más o menos normal. Desde la perspectiva del músico nos sirve para desahogarnos. Si sirve a los fans está bien, pero no se puede exagerar. Como esa ola de hacer canciones para el Covid19 y de paso subirte a ese tren y estar todo el día con ese tema, sacando promos específicas, etc. A mí me suena poco sincero.

Un disco con cinco productores y cuatro músicos supone una suma interesante de impresiones. Comparar la experiencia y contrastar la vivencia de cada uno, es el planteamiento que realizamos a todos los miembros de la banda.

Los Niños Mutantes, cada uno a su manera, responden relatando como ha sido el novedoso proyecto vivido en la grabación de 'Ventanas.

Ha sido como hacer un intenso e irrepetible máster en producción. Es maravilloso ver el diferente rumbo que puede tomar una canción según quién esté en el timón. Esta vez decidimos dejar de ser los capitanes del barco y disfrutar un poco más de la travesía. Lo de disfrutar siempre se nos dio bien, y en este disco es algo que se nota especialmente y que ha acabado formando parte de las canciones. La sensación de libertad y la ausencia de miedo han sido la base de todas las producciones. Es un verdadero privilegio ver cómo funcionan y cómo trabajan las mentes de todas las personas que han estado implicadas en la producción, no hay mejor manera de aprender. Pero sin duda, para mí lo más gratificante es siempre poder agrandar la familia mutante disco a disco. Trabajar juntos haciendo música es algo que crea un poderoso lazo de unión.

Me ha resultado muy apasionante ver como cada productor se enfrentaba a las canciones, conocer su método de trabajo, observar si dejaban más o menos margen a la intuición... Por otro lado, cambiar de estudio y de productor ha hecho que cada vez se haya renovado la ilusión. Como si empezáramos otra vez de cero. Y lo mejor es que hemos sido capaces de dejarnos hacer, sin apenas reservas, y hemos visto como esas canciones, sin perder la esencia de Niños Mutantes, se enriquecían y desarrollaban unos matices que de otra forma no hubiera sido posible. Nos ha gustado tanto esta forma de trabajar que no sé si seremos capaces de volver al método tradicional

Grabar un disco con 5 productores distintos en 5 estudios distintos ha sido la experiencia musical más enriquecedora de mi vida, y también una de las más interesantes en lo personal. En cierto modo este disco es una reividincación de que un disco es siempre un trabajo colectivo en el que participan muchas manos. Ni siquiera los artistas con más ego y más personalidad que todos tenemos en mente (digamos un Bowie, un Dylan, un Prince) son responsables del 100% de sus trabajos. Siempre hay alguien más que ha puesto su grano de arena, desde un técnico en la mezcla a un músico con la forma de pulsar una nota. Al final los discos son un trabajo colaborativo.

Nosotros precisamente buscábamos eso en este disco. Aprovechar y exprimir el talento ajeno en beneficio propio. Dejarnos llevar y dejarnos guiar, sin poner frenos y reservas. Es habitual en los músicos, y en los artistas en general, ser muy reacios a las visiones y sugerencias externas. Nosotros a este disco fuimos dejando el ego en la puerta del estudio, con la mente abierta para aprender e interactuar.

Estamos encantados del resultado, era un juego arriesgado, porque dejábamos mucho en manos de la inspiración en los estudios y de que nacieran relaciones artísticas y personales buenas con los productores. No habíamos trabajado antes con ninguno de ellos, podía haber sido un desastre, pero hemos disfrutado de cinco enfoques diferentes en lo musical, pero también de los contrastes entre formas de ser muy diferentes entre ellos. ¡La verdad es que tenemos muy buen ojo!