Luis Pastor | Cantautor

«La música es un idioma que entendemos todos»

Buscar nuevas experiencias y pertenecer a la clase obrera de Extremadura ha garantizado una manera distinta de pensar y de 'cambiar a la sociedad': «Aquella que refleja el alma, el estado de ánimo que suelen salir llenos de cariño y de ternura que desprende en las canciones». Con una trayectoria de más de 50 años y con más de 30 éxitos, en el último año fue galardonado con la Medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes, otorgado por el Ministerio de Cultura. 'Soy' es la cancion estrella, «es una comunión de lo que era España en blanco y negro». Para él, la música es una suerte de vida que nos acerca a lo más espiritual dentro de un cuerpo carnal. Entre el clima cálido del público, sorbos de vinos, aplausos, elogios y muy convencido, pronuncia: «Nunca me he callado».

En el concierto de este miércoles, le esperaban alrededor de 50 espectadores que disfrutaron de la música, acompañada de vino de Peña la Rosa (Bodegas Fernández Eguíluz) y algo de picteo. El concierto incluyó algún recital de poesía, continuó con alguna copla y terminó con dos himnos de protesta contra la derecha y pro republicanos con los que muchos del público levantaron los puños como gesto de apoyo.

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Trabajó en el campo desde niño. A los siete años, su vida tuvo un giro al mudarse al barrio madrileño de Vallecas, donde a su corta edad tuvo que trabajar. Sus composiciones están condicionadas por su infancia, que comenzó desde que era un niño trabajador en los años setenta. A los 15 años, se compró su primera guitarra. «He creado una obra propia y sigo creando desde hace cincuenta años».

A sus 71 años, Pastor no ha dejado de cantar y de componer su vida en verso. «Soy un cantautor comprometido que sigue siendo un ser libre que no se doblega ante nadie». Este primer concierto en Ábalos forma parte de una gira que pasó por Préjano y que continuará por otras localidades de La Rioja. Para él, «la música es un espejo donde se refleja el alma y que a la gente se le llena el corazón», agrega con sentimiento.

Este último álbum, como excepción, no habla de política, sino de amor. «Es una carta de amor a Extremadura, cantada en portugués y español, que significa un respiro, que expresa un lenguaje que todos podemos entender». El mismo paso ha seguido su hijo Pedro Pastor, músico y compositor, que es su mayor regalo. «Nunca le dije que tenía que meterse al mundo musical, pero a los trece años ya le gustaba el flamenco. Él tiene un don para escribir que yo no tuve al no criarme con libros ni yendo a la escuela ni a la universidad».