Los hermanos Gallagher hacen las paces para que Oasis salga de gira 15 años después

Ya había rumores al respecto en los últimos días, la prensa británica se había hecho eco de una reconciliación de los casi siempre intratables Gallagher y la banda había colgado en sus redes una cuenta atrás con la fecha de hoy, a las nueve de la mañana hora española. A través de esas redes ha llegado esta mañana la confirmación definitiva de la reunión de Oasis, una banda que marcó época en la última década del siglo pasado desde la publicación de su primer disco, 'Definitely maybe' en 1994, un clásico de la música británica que cumple 30 años esta misma semana.

He ahí la excusa perfecta para la reunión del grupo, que con dicho álbum, que contenía auténticos trallazos como 'Rock and roll star', 'Up in the sky' o 'Supersonic', enseguida ocupó un lugar preferencial en la industria musical británica a modo de respuesta a los sonidos que llegaban de Seattle liderados por Nirvana. El resto es historia, empezando por su enconada rivalidad con los Blur de Damon Albarn (avivada alegremente desde la industria y publicaciones musicales como la NME, que hicieron el agosto con esta competencia).

Pero, sobre todo, por una música de alta calidad y una colección de joyas guitarreras hechas ex profeso para el público masivo y los estadios. Todo ello con un estilo que bebía de las geniales bandas inglesas de los 60 como los Beatles, los Kinks o los Who; sumándoles una intensa capa de guitarras en la producción y la poderosísima y reconocible voz de Liam. Para las dotes compositorias ya estaba su hermano Noel, en plena inspiración musical y letrística que cristalizó del todo en el segundo LP de Oasis, '(What's the story) Morning glory'.

Fue el éxito total, con la campaña publicitaria masiva que los enemistó con Blur y con una selección de canciones extraordinaria de principio a fin. Prueba de ello son 'Some might say', 'Champagne supernova', 'Don't look back in anger' o la archiconocidísima 'Wonderwall', seguramente su mayor éxito y una de las grandes canciones de los 90. Los de Manchester se hincharon a llenar estadios y festivales y culminaron su estrellato con dos conciertos en Knebworth delante de medio millón de personas. «This is History», proclamó Liam Gallagher al inicio del primero de ellos.

Pero con ese éxito incontestable llegaron también la lucha de egos, la fiesta continua y el cansancio de las giras y la promoción extenuantes. Los mancuniamos culminaron los 90 todavía en la cresta de la ola con un 'Be here now' que aunque manteniendo la calidad era un trabajo más de altibajos que los dos anteriores, pero se fueron diluyendo según avanzaban los primeros 2000 con una sucesión de discos irregulares, peleas casi incesantes entre los hermanos y abuso de alcohol y otro tipo de sustancias.

«En esos años me gasté más de un millón de libras en cocaína», llegó a afirmar Noel Gallagher, que junto a su hermano llevó una infancia marcada por un padre alcohólico y maltratador que se refleja bien en el documental del 2016 'Supersonic'. Los siempre polémicos hermanos, que desearon que Robbie Williams (otro de sus archienemigos) se muriera de sida, llegaron al final de su trayectoria en 2008. Y no de cualquier manera, sino segundos antes de salir al escenario del festival Rock in Seine de París.

Todo ello por una discusión de carácter familiar en el camerino, en la que Liam deslizó que el hijo de Noel no era suyo, motivando que este último se marchara del lugar dando plantón a los miles de fans que aguardaban la actuación, no sin antes destrozar unas cuantas guitarras y llegar a las manos con su hermano.

Con este historial de relación de amor odio entre los hermanos Gallagher, está por ver si aguantará en esta nueva etapa sin volver a caer en la espiral de sus ya legendarias peleas y rencillas una banda que en su primer disco, y en contraste con las pulsiones suicidas del grunge reinante en aquella época, prometía «vivir para siempre».