Como mi crítica a esta espléndida representación de Tosca va a ser, por fuerza, muy positiva, dada la elevada calidad artística ofrecida, permítanme que empiece por lo negativo, que es algo que me indigna: la ausencia de programa de mano (algo que también es ya ... desgraciadamente habitual en Riojafórum) y cuya razón de ser no puede ser otra que la tacañería de nuestros programadores culturales (que no me vengan con pamplinas medioambientales). Una ópera es un rico compendio de muy diversas artes y tiene un abundante número de protagonistas que con enorme esfuerzo dan lo mejor de sí mismos para ofrecer al público un gran espectáculo, y, por ello, merecen que ese público pueda saber al menos quiénes son. ¡Ah! y no intenten arreglarlo con el famoso QR, que todavía es peor, con innumerables móviles encendiéndose por todo el teatro para consultar... y ya de paso atender el WhatsApp.

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Pero vayamos a esta brillante Tosca que nos presentó nuestra querida y habitual compañía lírica visitante en el Bretón, Ópera 2001. No pudo haber mejor homenaje al gran Puccini en el centenario de su fallecimiento (que conmemoraremos este fin de mes), que esta tremenda obra dramática, puesta en escena con tan alta intensidad. Los tres protagonistas realizaron un auténtico alarde vocal, empezando por el tenor David Baños que trazó un Mario Cavaradossi incandescente, con esa voz poderosa y refulgente de timbre luminoso que asombra por su belleza. Su línea de canto nunca fue su fuerte, pero ha mejorado muchísimo y pudimos ver algunos detalles de calidad, especialmente en su arieta de salida 'Recondita armonía' y en el célebre 'Adiós a la vida' muy bellamente cantado. La soprano italiana Christelle di Marco también cuajó una Floria Tosca de alto voltaje en su registro agudo y con gran presencia en todos los fraseos del registro central. Algunas frases graves sonaron algo cavernosas, pero su canto tuvo abundantes momentos de gran belleza, especialmente en su esperada aria 'Vissi d'arte' y en los dos dúos de amor con el tenor. Tampoco se quedó corto el barítono Paolo Ruggero como el lascivo barón Scarpia, con una potente voz tronante, que brilló sobremanera en el famoso Tedeum sobrepasando con autoridad la formidable barrera del coro y la orquesta, para cerrar a gran altura el primer acto. También demostró sus buenas cualidades teatrales en un truculento segundo acto de cortar la respiración. Curiosamente he comprobado que fueron los tres mismos protagonistas que cantaron esta ópera en su última aparición en el Bretón en 2017 y mi opinión fue también entonces muy positiva.

'TOSCA', de Giacomo Puccini

  • Solistas y orquesta de la compañía lírica Ópera 2001

  • Coro Lírico Siciliano Dirección del coro: Francesco Costa

  • Dirección musical: Martin Mázik

  • Dirección escénica: Aquiles Machado

  • Dirección artística: Luis Miguel Lainz

  • Lugar y fecha: Teatro Bretón, miércoles 6 de noviembre de 2024

Esta vez no hubo ni un solo lunar en los demás personajes, especialmente el gracioso sacristán de Gaetano Merone, el notable Angelotti del bajo Liu Haoran y el Pastorcillo cantado fuera de escena por Leonora Ilieva. Mención muy especial para el fenomenal Coro Lírico Siciliano, que con una veintena de voces llenaba el teatro con un sonido extraordinario. También a excelente nivel la Orquesta Sinfónica Ópera 2001, que cada año me sorprende más, con un metal de auténtico lujo y cuerdas y madera también de primera. Se notaba bastante la sustitución del arpa y creo que algún instrumento de percusión, por un teclado electrónico, pero es comprensible en una compañía en gira. El director eslovaco Martin Mázik nos tiene acostumbrados a una excelente labor concertadora, que en esta ópera es crucial, pero además, esta vez, consiguió una brillantez musical muy valiosa. Y tampoco va a faltar un gran ¡bravo! al planteamiento escénico de Aquiles Machado y la excelente escenografía de Alfredo Troisi con esas preciosas perspectivas deformadas de la cúpula de la iglesia, el Palacio Farnese y la terraza del Castel Sant'Angelo, además estuvieron formidables las tres muertes en escena, todo hay que decirlo: apuñalamiento, fusilamiento e incluso con lanzamiento al vacío de la soprano al finalizar la ópera. ¡Bravísimo!

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