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Leiva, en el estudio de Boa Mistura, en Vallecas (Madrid). Virginia Carrasco
«En este disco le he puesto palabras a rincones donde antes me parecía muy difícil entrar»

Leiva

Cantante
«En este disco le he puesto palabras a rincones donde antes me parecía muy difícil entrar»

Leiva presenta 'Gigante', su sexto álbum de estudio en solitario, donde mira hacia atrás y hacia adentro con la colaboración estrella de Robe Iniesta en uno de los temas

Viernes, 4 de abril 2025, 00:40

La calle Monte Perdido, en Vallecas, tiene mucho que ver con el color. Un domingo cada verano la procesión de la batalla naval la invade, con su arcoíris de bañadores, pistolas de agua y barreños. El resto del año ahí está el taller de Boa Mistura, el colectivo de artistas urbanos que exporta colores en sus intervenciones por el mundo. Ahí nos encontramos con Leiva, que les conoce desde hace siglos. El músico presenta 'Gigante', su nuevo disco. Lo ha grabado entre Madrid, Ciudad de México y Texas, en el mítico estudio Sonic Ranch. Entre sus catorce canciones, una estupenda colaboración con Robe Iniesta.

Tengo un pensamiento reciente sobre el papel social de los artistas. De una forma metafórica y un poco simplista, es como si la sociedad les concediera algo que no le concede al resto: tiempo, el tiempo para pensar en lo siguiente que ofrecer. ¿De qué se ha nutrido Leiva desde el disco anterior para que acabe germinando 'Gigante'?

Yo fíjate que no pienso que se nos conceda el tiempo. Creo que tomártelo es una decisión, y que ahora mismo la gente se está tomando muy poquito tiempo porque existe esa falsa verdad rotunda, desde mi punto de vista, de que si desapareces se olvidan de ti. Yo necesito el tiempo en primer orden porque me parece muy difícil hacer buenos discos sin tomarte el tiempo, y en segundo orden, porque te brinda la posibilidad de que te sucedan cosas. Si no te suceden cosas, no hay canciones. Y mi vida tiene más movimiento, más frenetismo y más vértigo durante las giras, por lo tanto, ahí es donde yo encuentro las canciones: cuando termino las giras por lo general he ido trabajando y me encuentro con un disco. Sin embargo, cuando vuelvo a vivir en una casa que tengo ahí en el campo… nada es muy flipante. La semilla de las canciones viene del frenetismo de la vida en la carretera.

Has hablado mucho de tu experiencia con la ansiedad. Hay mil maneras de afrontarlo, y por supuesto especialistas que saben mucho más que nosotros. Yo una vez leí que es «la anticipación de un fracaso profundo», y ya me quedé con eso, pero no sé si tú has llegado a alguna gran verdad que al menos te haya servido a ti para entender lo que te pasa. Aunque dar consejos de esto esté muy feo.

Es muy de perogrullo lo que te voy a decir. En el fondo me gustaría hablar menos de la ansiedad en las canciones. No lo hago de manera premeditada, pero cuando termino los discos identifico que sigue presente. Pero no, no quiero ser un chapas con eso, de hecho estoy un poco aburrido de toda la cosa de la salud mental y todo lo mainstream que se está volviendo, tanto que se está perdiendo el sentido, ¿no? En mi caso tengo súper identificado que tiene mucho que ver con la auto-observación. En el momento en el que salgo para afuera y pongo la atención en otra cosa, se marcha. En un momento dado empecé con esos ataques de pánico horribles, que se multiplicaban después de haber bebido mucho. Dejé de beber unas semanas, pero no mejoraron. Y sin embargo cuando los tenía y me tomaba una cerveza, se me pasaban, y llegué a que no era por la cerveza, sino porque dejaba de pensar en mí mismo. Así que en mi caso llegué a que la auto-observación hace que me vaya a la mierda. Sé que no estoy aportando nada a la ciencia, pero para mí esa información fue muy importante.

Leiva y Robe en el videoclip de 'Caída libre'. Sony Music España

Has contado además que tienes un problema en las cuerdas vocales, cada vez más delicadas. Las letras de al menos tres canciones ('Leivinha', 'Mi barrio' y 'Nevermind'), vuelven a mirar a tu pasado. A todos nos llega el momento de interesarnos repentinamente en la historia familiar, la infancia, cosas que igual cuando éramos jóvenes nos parecían aburridísimas. No sé si esa fragilidad ha tenido que ver con esta vuelta al pasado.

Nunca jamás he tendido a mirar al retrovisor, de hecho tengo como mucha angustia del futuro, pero del pasado soy cero nostálgico. Lo que pasa es que me da la sensación de que nunca hasta ahora había padecido el paso del tiempo. He tenido otras crisis, pero desde hace un par de años estas las estoy viviendo con cierto grado de susto, ¿no? También por estas cosas físicas que te hacen reflexionar. Y sí que hacer unos saltos atrás en el tiempo me ha producido... bienestar.

Leiva, en el estudio de Boa Mistura en Vallecas. Virginia Carrasco

En 'Mi barrio' homenajeas a mucha gente.

En concreto con 'Mi barrio' sí que ahí tenía una espina, una deuda de contarle al mundo lo importante que ha sido para mí como músico lo que viví esos años en mi barrio [Alameda de Osuna, en Madrid]. Que fue muy extraordinario lo que sucedió, las bandas que escuchaba o las de mis amigos. Ahora me doy cuenta de que algunos de ellos eran unos avanzados, muy talentosos, y me enseñaron muchísimo. Siento que es una manera de explicarle a la gente que ahora mismo los privilegios que tengo los tengo gracias a aquello que viví. Lo he intentado explicar otras veces pero no ha pasado mi filtro y no lo he publicado. También me he atrevido a hablar de dos o tres colegas que se murieron. Yo creo que en este disco le he puesto palabras a cosas o rincones donde antes me parecía muy difícil entrar. Por ejemplo, menciono la palabra tuerto, que es una palabra muy fea y que siempre me ha parecido muy abrupta, siempre me ha parecido que no cabía en una canción. Y aquí he dicho joder, venga. No de manera premeditada, no era un plan, pero esta parte confesional ha salido muy orgánica, y me parece que cuando lo haces desde un lugar con no mucha pretensión, ahí aparece la belleza. No sé cómo explicarlo.

Este episodio del ojo, en la infancia [lo perdió accidentalmente a los doce años, jugando con su primo y una pistola de perdigones], que ahora tratas tan directamente, da el pie definitivo para que te propongan hacerte un biopic: una escena así, violenta, transformadora. Estoy seguro de que llegará antes o después. No sé qué te parecería algo así y si has visto 'La estrella azul' y 'Segundo premio', los dos grandes biopics musicales del año pasado.

Las he visto y las dos me han gustado mucho, me han parecido ultra refrescantes, como joder, qué bien hecho. Qué bien, qué buena mirada de los dos directores. Me ha gustado más 'La estrella azul', pero lo que ha hecho Isaki es precioso. Dicho esto, nunca me han propuesto un biopic ni lo he pensado. Estoy en las antípodas de pensar que tengo una historia que pueda sentar a alguien en un sillón más de… media hora [Risas].

Creo que es la actitud correcta, es como Rosendo cuando le querían poner la estatua en Carabanchel, que dijo que no hombre, por favor.

Ese momento de Rosendo para nosotros era como el gran lema de la autenticidad, ¿no? Rosendo en mi barrio era como «Hostia, ese es el lugar al que hay que llegar».

El macro-videoclip 'Gigante, un viaje en cuatro actos'. Sony Music España

Habéis unido los videoclips de cuatro singles en una «película» de veinte minutos que protagonizas, pero me gusta pensar que no eres tú, es un personaje que se libra de la muerte, se empieza a vestir por el sombrero, atraviesa una fase de blanco y negro y vuelve al color… y el estilo me ha recordado a 'El Topo', de Alejandro Jodorowsky. No sé para ti quién es ese personaje, o si simplemente pues mira, soy Leiva, este es mi videoclip y ya está.

No, no. Mira, súper acertado todo lo que has dicho, primero porque 'El Topo' estuvo sobre la mesa. Para mí es un referente estético y soy muy fan de la peli, aparte de que trabajo intensamente y tengo una amistad enorme con Adán Jodorowsky [el hijo de Alejandro]. 'El Topo' estuvo en la estética del clip muy presente, y lo del personaje también. ¿Hablamos de mí o hacemos un personaje? Y decidimos hacer un personaje. Un hedonista de la vida, muy austero, muy libre, que necesita muy pocas cosas. Por lo tanto, me encantaría parecerme a ese que sale ahí, pero yo soy mucho menos libre y estoy mucho más anclado a pequeñas mierdas que me hacen sufrir. O sea, que supongo que ese personaje es el que me gustaría ser.

La lujosa edición CD de 'Gigante' de Leiva, obra de Boa Mistura. Sony Music.

Boa Mistura, el colectivo de artistas urbanos, también sale en 'Mi barrio'. Significa «buena mezcla» y han hecho el cuidadísimo diseño de la edición física del disco, como otras veces. Te quiero preguntar por la importancia que le das al formato físico hoy, en un contexto en el que evidentemente no lo van a comprar un millón de personas, porque es una propuesta muy especial [la edición CD, en una preciosa caja de madera, vale 78€].

A ver, pues en el fondo eso [señala los discos sobre la mesa] son todo problemas, en general. Primero con mi compañía, que los tengo, para hacer estos formatos físicos. Luego con el público, porque al cuidar las cosas tanto tienen un precio que no es asequible para todo el mundo. O sea, en el fondo es un hervidero de problemas. Pero para mí es como una persecución de la belleza, y de seguir con un grado de compromiso con los pocos románticos que van a una tienda a comprarlo. Y, sinceramente, es que me gusta el proceso. Lo hago con mis amigos del barrio de toda mi vida... Pero esta vez es en la que más he entendido, de una manera más directa, el mensaje desde Sony. Como «oye, esto empieza a ser una ruina ya muy seria». O sea, ya está desapareciendo casi el departamento de fabricación de discos en la compañía, en el propio edificio... Pero sigo emocionándome con el proceso. Y después de 12 discos, sigo persiguiendo triquiñuelas para seguir conectado y para seguir ilusionado. Si me cortan las alas en el siguiente disco y me dicen que ya no vale esto, pues quizá lo financie o quizá pierda la batalla, pero me gusta mucho hacerlo, tío. No tengo otra respuesta. ¿Te queda algo por preguntar?

Sí, tengo una un poco personal, que es además un poco faltona.

Bueno.

Cuando yo era pequeño era heavy, tenía el pelo muy largo, iba a los scouts y tenía la guitarra siempre encima.

Heavy y scout, ¿eh?

Sí, ya ves. Bueno, pues una vez una niña me dijo «Oye, por qué no tocas 'Princesas'» Era como 2007, yo era muy terco y le dije que no. Me preguntó por qué y le dije «¡Porque es una mierda!». Y mis amigos siempre me lo recuerdan. Tenía que contártelo, aunque no volvería a decir algo así.

No, no, pero bueno, es que yo también lo decía de otras cosas... [Risas] Es que tío, en esos años había una pulsión muy grande por preservar el espacio de tu tribu. Estaba todo muy segmentado, y los que hacían rock no querían ni saber nada de los demás, ni los del rap de los del rock, y nos hemos criado en eso. Y claro, yo era el primero que tenía prejuicios, ¿cómo no lo voy a entender, no?

Ves ahora mejor a la gente, ¿menos tribal, más respetuosa?

En general sí, siento que ahora los chavales tienen a Tangana en una lista de reproducción y tienen a Vetusta, como pueden tenerme a mí, pueden tener otra canción de Quevedo, no lo sé. Me da la sensación de que ahora hay una convivencia estilística un poquito menos desprejuiciada. Pero yo me he criado en lo otro, en esta cosa noventera que era bastante agresiva con todo, y lo teníamos muy normalizado. Y mola que estos tiempos nos hagan ver aquello como, «hostia, éramos unos cafres», ¿no? Afortunadamente las cosas han cambiado. Pero claro, puedo empatizar con el que en sus años dijera «A mí Pereza me la suda». Pues bueno, lo entiendo perfectamente.

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