«Art Blakey me enseñó cómo convertir un solo en una historia»
Jean Toussaint Músico de jazz ·
El saxofonista norteamericano, exmiembro de los Jazz Messengers, inaugura esta tarde el festival Mayo JazzeaSecciones
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Jean Toussaint Músico de jazz ·
El saxofonista norteamericano, exmiembro de los Jazz Messengers, inaugura esta tarde el festival Mayo JazzeaSaxo tenor de sonido granítico, exmiembro de la banda del gran Art Blakey, dominador como pocos del lenguaje infinito del hard-bop, Jean Toussaint (Saint ... Thomas, EEUU, 1960) llega hoy a Logroño para inaugurar junto a su cuarteto una nueva edición de Mayo Jazzea, el festival organizado por Cultural Rioja.
– Usted pasó parte de su juventud en una de las más prestigiosas 'universidades' del jazz: los Jazz Messengers del batería Art Blakey. ¿Qué recuerdos tiene de aquel periodo de su carrera y cuál diría que es la principal enseñanza que le legó Blakey?
Los músicos Jean Toussaint (saxos tenor y soprano), Antonio Mazzei (piano), Horacio Fumero (contrabajo), David Xirgu (batería).
Lugar y hora Teatro Bretón de los Herreros. Hoy a las 19.30 horas.
Entradas Entre 12 y 18 euros. Se venden en la taquilla y en la web del Teatro Bretón y en el teléfono 941 207 231.
– Me siento increíblemente afortunado por haber sido uno de los pocos músicos que a lo largo de la historia pudieron tener al gran Art Blakey como mentor. Art puso en primera línea de la escena del jazz a todos los jóvenes que tocaron con él y las experiencias que nos brindó son de un valor incalculable. Una de las lecciones más importantes que aprendí de Art fue cómo dar forma a un solo para que se convierta en una historia; una historia con presentación, nudo y desenlace. Y también me enseñó la importancia de la comunicación con la audiencia, el no dar nunca por garantizado el aplauso del público.
– Blakey nos dejó además aquella frase: «El jazz limpia el polvo de la vida cotidiana». Supongo que estará de acuerdo con ella.
– A Art le encantaba la Historia, y él tomó esa frase de un escritor y poeta alemán del siglo XIX llamado Berthold Averbach, que en 1864 escribió: «La música limpia del alma el polvo de la vida cotidiana». La frase también ha sido a veces atribuida a Pablo Picasso, pero, como Art, él también la tomó prestada de Berthold. Y, por supuesto, estoy de acuerdo con esa cita al cien por cien. La música, especialmente el jazz, se compone de pensamiento intelectual y búsqueda espiritual a partes iguales y es un gran indicador de cuán desarrollada está una sociedad.
– Siguiendo la estela de otros grandes saxo-tenores, como Don Byas, Dexter Gordon o Ben Webster, usted, a finales de los años 80, decide abandonar Estados Unidos y 'exiliarse' en Europa, en Londres concretamente. ¿Cuáles fueron en su caso las razones para ello?
– Bueno... En primer lugar esos saxofonistas que usted menciona son auténticos gigantes históricos del jazz y a mí jamás se me ocurriría ser tan presuntuoso como para aceptar ser incluido en el mismo saco que ellos. Por otro lado, la verdad es que no me lo pensé mucho en aquel entonces, cuando me fui a vivir a Londres. Lo que me llevó a dar el paso fue la curiosidad, una especie de actitud de 'veamos qué pasa'. También es cierto que yo había tenido ya muchas experiencias tocando en los mejores clubes de Europa con los Jazz Messengers. Eso me dio confianza para pensar que, como ya había trabajado en el circuito europeo con Art, quizá podría hacer al menos parte de él por mi cuenta.
– Recientemente se ha instalado en Barcelona...
– Desde la primera vez que visité Barcelona se convirtió en mi ciudad favorita. Estoy muy feliz por haber tenido finalmente la oportunidad de pasar un tiempo de mi vida aquí.
– ¿Qué opinión tiene sobre la escena jazzística que ha encontrado en España?
– El jazz es el regalo que los afroamericanos han dado al mundo, y ha sido aceptado en todo el planeta. Ahora tenemos músicos de jazz de primera categoría en cualquier rincón del mundo, incluido España, donde encuentras gente tan brillante como, por ejemplo, el saxofonista Perico Sambeat.
– ¿Hay algún otro músico que le haya llamado también la atención?
– Una cosa que he copiado de Art Blakey, para poder ayudar a mantener viva esta forma de arte llamada jazz, es la búsqueda de jóvenes talentos a quienes poder transmitir cualquier conocimiento que yo pueda tener. Y he encontrado a algunos jóvenes de increíble talento en Barcelona, con quienes planeo poner en marcha un proyecto especial: el contrabajista Camil Arcarazo, el batería Joan Casares, el pianista Antonio Mazzei y el trompetista Oriol Vallès. Aparte también tengo formado un grupo con algunos veteranos de la escena barcelonesa como Horacio Fumero y David Xirgu. Además de todos los músicos que ya he mencionado me gustaría añadir cuánto me han impresionado grandes pianistas españoles como Albert Sanz, Albert Bover, Chano Domínguez y Albert Palau. Y estoy seguro de que hay otros muchos grandes músicos a quienes no he tenido oportunidad de conocer aún.
– Imagine que en este momento hay una persona leyendo esta entrevista que tiene dudas sobre si asistir o no a su concierto de esta tarde. ¿Qué buenas razones le daría para hacerlo?
– Pues podría decirle que «el jazz quita el polvo de la vida cotidiana» (ríe). También le diría que después de un largo y tortuoso año de confinamientos y pandemia es tiempo de volver a vivir, y el jazz es vida. Y le rogaría que jugase el importante papel que tiene como espectador, porque nosotros, los músicos de jazz, no somos nadie sin su aliento y su apoyo.
– Desde la perspectiva que le dan sus casi cuatro décadas de carrera musical, ¿cómo describiría la situación por la que pasa actualmente el mundo del jazz y qué futuro cree que le aguarda?
– Ha sido un año terrible. Los músicos de jazz, lo mismo que la mayoría de los artistas, nos hemos sentido increíblemente decepcionados por los gobiernos. Parece que la historia ha sido la misma en todas partes, pero yo puedo contar que el primer ministro de Reino Unido ha llegado a decirnos a los artistas que deberíamos empezar a formarnos en otro ámbito laboral, ya que nuestra carrera nunca resurgirá. Y se han asegurado de que la mayoría de nosotros no pueda ser candidato a recibir ayuda financiera. Esto es muy triste, pero tengo fe en el público y sé que volverá para apoyarnos. Creo que la gente quiere y necesita música en vivo, y también todas las demás artes, para hacer la vida más rica y más soportable. Y creo que eso hará que nos encontremos con nuestra audiencia de nuevo.
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