Belako planta cara a la 'nueva normalidad'

«Ha sido un parón brutal», explica el músico de una de las bandas con más presencia en los festivales que salpican toda la península. Da la casualidad, además, de que 2019 fue un año de «transición» para la formación, que decidió aparcar los conciertos por un tiempo y tomárselo «con más calma» para preparar la continuación de 'Render Me Numb, Trivial Violence'. Hubo una pequeña gira con DMA's por Inglaterra e hicieron algunos conciertos con Crystal Fighters en Berlín, Londres, Madrid y Barcelona «para hacer caja», pero poco más. Así que la frustración entre los miembros del cuarteto cuando todo se vino abajo resultó aún mayor. «Fue un bajón impresionante. Teníamos tantas ganas de girar por EE UU y presentar las canciones... Las primeras semanas de confinamiento fueron bastante duras. Yo ni siquiera me acerqué la batería. Teníamos la esperanza de que el verano se medio salvase, pero ya en abril nos dimos cuenta de que íbamos a perder todo el año».

Este jueves, la banda comienza una minigira por tres autocines en Madrid, Denia y Getxo, para presentar un nuevo álbum que finalmente no llegará hasta el 28 de agosto, tres meses después de lo planeado. La idea se fraguó al regresar al local de ensayo. Después de dos meses aciagos, la banda volvía a tocar, pero ¿para qué? «Una amiga nos dijo: '¿Le habéis dado una vuelta a los autocines? Nos partimos de risa, sonó como una pajarada», recuerda Lander. Pero aquella 'locura' empezó a tener algo de sentido cuando vieron que eventos así empezaban a tomar forma en otros países. «Sabíamos que hasta 2021 los conciertos como antes no iban a volver y comenzamos a trabajar en la idea. Era adaptarse o morir», explica.

Dice el batería de Belako que estas tres fechas van a ser «muy especiales». El escenario se instalará delante de la pantalla de cada autocine y habrá dos zonas para el público: una, delante del escenario, para las personas que acudan a pie, en bici o en transporte público, con terrazas, y otra, detrás de estás, para los coches, cuyos usuarios podrán salir de los mismos para disfrutar del concierto. Contarán con un potente equipo para la música en el exterior, pero «los más románticos» podrán sintonizar el concierto a través de la radio de sus vehículos. La pantalla jugará también un papel importante: «Va a haber realización en directo, con cuatro o cinco cámaras, pero además saldrán algunos de nuestros videoclips y vamos a hacer un pequeño homenaje a películas clásicas que nos gustan», avanza.

«Se va a ver un Belako diferente -continúa-, en un contexto diferente, pero va a ser algo guay y curioso. Entendemos que el streaming, que ya existía antes de la pandemia, ha sido muy importante durante el confinamiento, pero nos parece frío y es el momento de dar un paso adelante. Es el momento de inventarse algo porque no solo se trata de los grupos de música, son los técnicos, la gente de producción, de comunicación… Hasta los medios de comunicación necesitan que haya actividad para poder trabajar».

Esta gira por autocines es un hito más en este extraño viaje que está siendo 2020 para una formación como Belako, que vive del directo y del día a día. «Al final lo que hemos hecho en el confinamiento es darle mucha caña a las redes sociales, a las que nunca habíamos prestado tanta atención. Siempre hay momentos para corregir y mejorar cosas», reconoce. Eso y desmenuzar poco a poco el disco, del que ya se han podido escuchar seis adelantos. «Queríamos hacer lo que llamamos un lanzamiento internacional casero y publicarlo en EE UU, México, Alemania, Inglaterra, Japón… Pero BMG, que coproduce el disco con Belako Records, nos dijo que la edición física no iba a estar para entonces», explica. Confiesa que les daba un poco de apuro sacar tantos singles –«Estas canciones son como nuestros hijos e hijas, no queremos regalarlas», dice–, pero la «presión positiva» de los seguidores, que querían escuchar los nuevos temas, y también las ganas que el grupo tenía de dar a conocer su nuevo trabajo pudieron más.

'Plastic Drama' es una crítica a la sociedad del primer mundo y «a esos dramitas que se convierten en dramones en nuestra cabeza, pero que en contextos más complicados carecerían de importancia». Con la pandemia, el significado se ha ampliado más. «Nosotros hemos estado fatal y al final parecía que el propio disco nos decía: 'Ey, peña, plastic drama'. Hay que relativizar lo que ha pasado y el disco ha sido algo casi terapéutico», dice.

Para Lander la cuarta referencia del grupo es «un disco muy Belako porque tiene ese punto ecléctico, que pasa del pop a un rock más clásico o a un vals, pero con coherencia. Mantiene el sonido orgánico del 'Render Me Numb, Trivial Violence', pero éste está grabado en su totalidad en cinta y diría que es un disco más directo, con bajo, batería, guitarra, voces y poco teclado. Es también un pistón más relajado y puede que en ese sentido sea un disco más maduro», describe. Y ya avisa entre carcajadas: «Ahora, con cuatro discos, va a ser un problemón seleccionar qué canciones meter en el repertorio de los conciertos».

Sin conciertos ni festivales a la vista, está claro que va a ser «un verano más triste», pero cree que el confinamiento ha cambiado un poco el chip a la sociedad. «Vamos a valorar más poder salir con amigos, tomar algo, ir al monte o a una terraza, viajar... Y cuando vuelvan los conciertos o los eventos deportivos el subidón va a ser el doble», dice convencido.

Consolidados ya y con un cuarto álbum bajo el brazo, cabe preguntarle qué hubiera pasado si esta pandemia hubiera azotado al planeta en 2016, cuando el grupo publicó 'Hamen', su segundo larga duración y comenzó a recibir la atención de medios y seguidores. «Desde luego el destrozo habría sido mucho mayor. Esto ha sido un palo muy gordo, pero gran parte de estas fechas las vamos a retomar en 2021. Esto hace dos o tres discos no hubiera sido así. Cuando el grupo es más pequeño se sufre más», concluye.