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Miguel Lorenci
Miércoles, 15 de febrero 2017, 18:11
Juan Carlos Onetti (1909-1994) se hubiera levantado de la cama en la que se postró voluntariamente durante años al saber que sus cuentos serían el alma de una ópera. «Le hubiera horrorizado», admite su viuda, Dolly Onetti, que amadrina 'La ciudad de las mentiras', ... la ópera escrita al alimón por Elena Mendoza y Matthias Rebstock y que el Teatro Real ofrece a partir del próximo lunes día 20 en estreno mundial.
El territorio mítico de 'Santa María', la ciudad imaginaria del narrador uruguayo, es el alma de una ópera que encargó el fallecido Gerard Mortier. Debió subir a la tablas del coliseo lírico hace dos años pero su andadura se atascó por la crisis, según explica Joan Mataboch, sucesor de Mortier hoy en la dirección artística del Real.
Dolly Onetti, Dorothea Muhr en su DNI, presentó la ópera que se basa en cuatro cuentos de su marido: 'Un sueño realizado', 'El álbum', 'La novia robada' y 'El infierno tan temido'. Todos están protagonizados por mujeres y discurren en la Santa María que Onetti inauguró con 'La vida breve'. «Ahí comenzó a llenarlo de mujeres y de personajes raros», explica Dolly, violinista profesional que durante más de tres lustros estuvo en el foso de Real con la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Onetti es un autor primordial para Elena Mendoza (Sevilla, 1973) compositora que idolatra al narrador «por su capacidad para conectar ficción y realidad». Para ella la Santa María onettiana «es un escenario real» y la difusa frontera «entre la realidad y la mentira existencial» en Onetti es lo que más le interesó para armar la ópera.
Mendoza firma una partitura polifónica y divide entre el foso y el Palco Real la orquesta que dirigirá Titus Engel. Dice que está elaborada con el lenguaje «onírico, poético, ambiguo y abierto» de Onetti y «muy teatralizada». Los elementos escénicos se transforman en personajes, como un hotel una emisora de radio o un bar «cuya barra es un instrumento musical en el que los vasos son elementos de percusión, como las fichas de dominó», explica Mendoza que ha trabajado desde la primera nota junto al libretista y director de escena Matthias Rebstock para crear «un teatro musical más que una ópera»
Su libreto enlaza en 15 escenas los textos de un Onetti que solo presenció una ópera en toda su vida - 'Tristán e Isolda'- y que habría mirado esta con indiferencia. «Le gustaba la música pero estaba a otras cosas», dice su viuda.
Se remite Mendoza a «la tradición tímbrica de las vanguardias de los 70, de György Ligeti o de la música espectral francesa, y a los compositores que trabajan el sonido como un todo».
El Real ofrecerá cinco funciones de la ópera entre el 20 y el 26 de febrero. La escenografía es de Bettina Meyer y los figurines de Sabine Hilsher. Entra las voces, las sopranos Laia Falcón y Katia Guedes, el tenor Michael Pflumm, el barítono Guillermo Anzorena.
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