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Paola Aragón
Domingo, 5 de julio 2015, 07:58
La cantante Amy Winehouse es una de esas figuras que permanecen, que se convierten en una institución y no se dejan vencer por el fantasma de las desavenencias irrevocables de la vida, de las drogas, de las críticas o, incluso, de la muerte. La fórmula ... alquímica que ha garantizado la perpetuidad de su nombre se compone de tres elementos principales: la presencia mediática, el talento y un exceso de alcohol en sangre con final inigualablemente dramático.
A menos de un mes de que se cumpla el cuarto aniversario de su fallecimiento, se ha estrenado este viernes en Gran Bretaña el documental homónimo 'AMY', que narra y muestra la historia de la artista desde su infancia hasta su trágico final, el 23 de julio del año 2011.
El encargado de llevar a la gran pantalla esta "representación orgánica de lo que ella era", en palabras de su productor, James Gay-Rees, ha sido el aclamado director Asif Kapadia, quien en 2010 ya realizó un trabajo no falto de reconocimiento con 'Senna', película-documental sobre el también difunto corredor de Fórmula 1 brasileño Ayrton Senna.
A pesar de que el biopic acaba de estrenarse -a los cines españoles no llegará hasta el día 17 de este mes- hace ya tiempo que se ha convertido en objeto de controversia debido a la imagen poco amable que ofrece del padre de la cantante, que se ha sentido poco menos que acusado de la muerte de su hija, al parecer por haber afirmado en noviembre de 2005 que ella no necesitaba asistir a rehabilitación. Este hecho fue lo que posteriormente inspiraría el mayor éxito de Winehouse, su 'Rehab', canción que clamaba aquello de "intentaron hacerme ir a rehabilitación, pero yo dije que no".
Y, por si fuera poco, para 'celebrar' la señalada fecha, Universal ha comunicado recientemente a la revista Billboard que habrá que conformarse para siempre con los tres trabajos actualmente publicados de la artista, 'Frank', 'Back to Black' y su primer y al parecer último álbum póstumo 'Lioness: Hidden Treasures', ya que las demos que quedaban disponibles de Winehouse han sido destruidas por decisión del director ejecutivo de la compañía, David Joseph, quien explica que se trata de "una cuestión moral" y que lo ha hecho para que no pueda comercializarse con su voz, ahora que ya no está.
Así, observando cómo aún sigue agitando los medios y vendiendo discos, sumado a la acción que realiza la Amy Winehouse Foundation, creada en su nombre y que se encarga de prevenir el consumo de alcohol y drogas y promover la formación musical para jóvenes talentos sin recursos, puede afirmarse que con Amy Winehouse no ha acabado la muerte, sino todo lo contrario. Se ha consagrado, más todavía, por ese halo de mitificación que atribuyen las muertes prematuras y casi siniestras, e incluso más si cabe por haber coincidido con su inclusión dentro del grupo de artistas considerados como 'Club de los 27' (entre los que puede encontrarse a músicos de la talla de Jimi Hendrix o Janis Joplin), como un icono mediático de la renovación vocal jazzística, del nacimiento de un estilo propio e integrador que aúna el R&B, el soul, el blues y lo mejor que el pop puede llegar a aportar al gran público: el generar empatía con quien la escucha.
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