Miguel Bosé llena Las Ventas de elegancia electropop

Un show a la altura de las grandes apuestas internacionales que hizo las delicias de los miles de seguidores que abarrotaron Las Ventas para ver en directo al artista madrileño. Un público, eminentemente femenino, que bailó y coreó hasta la extenuación en una noche calurosa y despejada.

Bosé arrancó el espectáculo con Amo, Encanto y Libre de amores, tres canciones de su nuevo álbum, Amo (Warner Music), el vigésimo disco de estudio de su carrera. Tras la presentación de rigor, el cantante hizo un repaso a través de temas convertidos ya en himnos para varias generaciones: de Sevilla a Morena Mía, pasando por Si tú no vuelves, El hijo del Capitán Trueno o Nena. Éxitos de siempre coreados con devoción por los grupos de amigas, hermanas, madres e hijas, parejas, amigos y familias enteras que se concentraron la noche del jueves en el coso madrileño para disfrutar de uno de los primeros conciertos de la gira nacional de Bosé, que aterrizó recientemente de su periplo americano, donde presentó la gira ante más de 100.000 personas.

Tras más de hora y media de espectáculo, Bosé se lanzó con su primera canción abiertamente de protesta, Sí, se puede, una inyección de ritmo con la que puso de nuevo a las gradas en pie, incluido el showman y escritor Boris Izaguirre, que disfrutó del concierto desde uno de los palcos centrales. Tras el subidón, el cantante continuó el espectáculo hasta la medianoche, la hora mágica en la que regaló al enfervorecido público Bandido, uno de los temas con los que más relación de amor-odio sufre el cantante y con el que se vio obligado a reconciliarse tras el amago de retirar el tema del repertorio durante su gira Venventina. Relajado, feliz y mimado por el público, Bosé terminó el espectáculo brindando al incansable público dos últimos temas, la carta de amor sin destinatario que escribió con 19 años, Te amaré, y Por ti, de su disco Cardio.