Música ratonera

Música ratonera es una expresión que califica –descalifica, mejor dicho– a un estilo musical machacón y zafio. Pero unos imaginativos activistas-publicistas le ha dado la vuelta al concepto y quieren que las músicas ratoneras sean a partir de ahora los ritmos y melodías que acaricien los sensibles oídos de los roedores. Que los ratoncitos puedan disfrutarlas, escucharlas e incluso bailarlas tranquila y confortablemente en sus madrigueras. Para lograrlo nada mejor que abrir una tienda de discos para ratones.

Por irreal que parezca, el establecimiento existe y está en la ciudad de Lund, al sur de Suecia. Es una diminuta y coqueta tienda adaptada a los roedores instalada en la calle Nygatan de la ciudad sueca como parte de un proyecto artístico del colectivo AnonyMouse. Se llama Ricotta Records, nombre de infalible y queseril atractivo para roedores melómanos. Con una luminosa fachada de apenas treinta centímetros de altura y un sugerente escaparate, tiene el tamaño adecuado para que los pequeños y prolíficos ratoncitos disfruten de su oferta musical e incluso se acomoden en su exterior en mesas y sillas hechas con chapas y cables.

La selección musical se adapta a los gustos de estos sensibles y noctívagos animalitos con juegos de palabras que rebautizan a los artistas como astros ratoniles y gatunos: Destiny's Cheese, Cat Stevens, Amy Winemouse, Lady Gouda, Tailor Swiss o Kesella Fitzgerald. Todos los vinilos y cedés que oferta la ratotienda versionan las portadas de los originales incorporando ratones en sus ilustraciones. En sus carteles aparecen artistas de ratolandia como Dolly Parsley, Rats Against the Machine, Johnny Cashew, Elvis Prastost, Bob Maroilles, Chiss o The Rolling Seeds.

AnonyMouse se dio a conocer en 2016 en Malmoe con Il Topolino y Noix de Vie, un restaurante italiano y una tienda francesa para ratones. Con un ratonil menú de queso y galletas saladas, anunciaban eventos para roedores, como la película de terror 'La noche del hombre rata'. El colectivo ya había instalado queserías, bares, librerías y hasta un circo en Suecia y Francia. Abrieron una ratofarmacia también en Lund, un ratoparque de atracciones en Södra Förstadsgatan y una ratogasolinera en Boras. Locales siempre a la medida de los benditos roedores, de modo que los malditos humanos deben contentarse con verlos desde afuera o a través de las redes.