Belñen Rueda | Actriz | Hoy en Logroño

«Que una mujer utilice la seducción no quiere decir que tenga la cabeza hueca»

– Es su primera vez en Logroño.

– Sí y espero que no sea la última.

– Un papel complejo.

– Salomé es un personaje extraordinario. Su nombre, que le fue puesto cuarenta años después por un romano que se prendó de ella, significa 'portadora de la paz'. Es un detalle que sugiere algo más de lo que solemos creer de ella.

– Tenemos una imagen algo simplista de Salomé y de su historia por el relato bíblico y a través de la obra de Oscar Wilde, pero la versión de Magüi Mira nos muestra una Salomé que se autoproclama 'voz' de todas las mujeres sin nombre de la historia, mujeres a la sombra de maridos, padres y hermanos. ¿Es una lectura feminista del personaje?

– La idea que tenemos de Salomé es la de una mujer caprichosa que pidió la cabeza de Juan el Bautista y la protagonista de la danza de los siete velos. Magüi, en cambio, se ha empapado bien de la Biblia, de los pocos pasajes en los que aparece y ha procurado verla dentro de su contexto histórico en el siglo primero.

– ¿Cómo es?

– Salomé es una princesa en una tierra conquistada por los romanos, encerrada en un palacio con una vida predeterminada por otros antes de que ella pueda elegir, hasta que escapa al desierto y allí conoce y escucha al Bautista. Ella es consciente de su poder, el arte de la seducción, y lo utiliza para poder dirigir su propia vida.

– ¿Caprichosa?

– Si lo analizas, realmente quien pidió la cabeza de Juan fue Herodías, su madre, que es otro personaje potentísimo (Luisa Martín), que se veía amenazada por lo que Juan decía de ella y lo que pedía para ella, la lapidación.

– También hay que cuestionarse a Juan.

– Sí, porque hay muchos intereses enfrentados. YSalomé realmente no está muy distante de muchas mujeres de algunos países de hoy en día. Hay muchas cosas que recuerdan al ahora.

– ¿Una obra apropiada para un 8M?

– Sí. Parece un clásico pero tiene muchas cosas muy modernas.

– ¿Por ejemplo, cuestionar la seducción?

– Está bien reflexionar sobre la seducción, algo que hoy parece maldito, pero que es la única arma de muchas mujeres, igual que lo es el dinero para muchas personas y sin embargo no está visto con tanta inquina.

– No se ha prodigado como actriz de teatro, pero interpretó a Penélope también con Magüi Mira. Siempre propuestas arriesgadas.

– Me encantan los personajes históricos porque te permite humanizar la idea estereotipada que tenemos de ellos. Eran personas. Y me gusta indagar en esas mujeres a partir de los cuatro trazos que todos tenemos de ellas y hacerlas de carne y hueso.

– Conociendo su carrera, su entrega al cine y la televisión, parece evidente por qué no ha hecho más teatro. Pero, ¿por qué ahora sí?

– Hay otra cosa que no es tan evidente y es que tenía a mis hijas pequeñas y estaba sola con ellas. La conciliación con el teatro es complicada.

– Y, cuando por fin se decide, lo hace en un escenario como el del Teatro Romano de Mérida. ¿Qué sintió?

– En un escenario así, ante tres mil personas... es impresionante. La primera vez que pisé ese escenario me entró pavor, no me salía la voz. Pero, los teatros te arropan con esa energía que tienen, te dan la sensación de formar parte de un universo al que pertenecen también los espectadores.

– ¿Cuál es el poder del teatro?

– El de hacernos compartir a mucha gente un rato, una hora y media, en la que estamos todos en lo mismo fuera de nuestra vida normal.

– Desde sus comienzos en televisión (en 'Médico de familia' y sobre todo en 'Periodistas', 1997 y 1998) ha sido una actriz muy popular y con su espectacular debut cinematográfico (en la premiada 'Mar adentro', 2004) ganó mucho prestigio. ¿Cómo ve hoy su carrera? ¿Le gusta por dónde ha discurrido?

– Los actores estamos revisitando nuestro pasado continuamente porque nos lo preguntáis. Cuando empecé en esto, cuando acabé COU y empecé Arquitectura, nunca en mi vida habría imaginado poder vivir de esto y que se convirtiera en algo que me fascina tanto. No ha sido algo premeditado. No hay ninguna fórmula, solo trabajo. Y cuando dices sí a un proyecto, aunque lo hagas por dinero, hay que creer en él al cien por cien y meterse de lleno. No se pueden hacer las cosas a medias porque el público es muy listo y muy sensible, y lo nota. Ya mí me gusta meterme en la piel de mis personajes, entenderlos, aunque no comparta nada con ellos.

– ¿Cuánto le han marcado sus personajes?

– Mucho. Con Salomé, por ejemplo, he aprendido que la seducción no te priva de otras cosas. Que una mujer utilice la seducción para conseguir algo no quiere decir que tenga la cabeza hueca. Todavía se mantiene eso de que si eres guapa debes de tener una neurona. Pero, ¿sabes qué pasa? Que yo ya tengo una edad, este mes cumplo cincuenta y nueve, y, sinceramente, cada vez me da más igual lo que piense la gente.