«Que una mujer diga no es, aún hoy, algo revolucionario. A las niñas nos enseñan a decir que sí, a ser obedientes, y el no debemos aprenderlo y enseñarlo». Así lo cree Viola Ardone (Nápoles, 1974), la escritora italiana autora 'La decisión' (Seix Barral), ... una novela sobre uno de los noes más importantes pronunciados en Italia en el último medio siglo. El no al perverso 'matrimonio reparatorio' de una joven que tras ser raptada y violada se negó a casarse con su agresor. Una vejatoria fórmula vigente en la legislación italiana hasta 1981 y que permitía a los violadores eludir la cárcel.
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«La mujer es un cántaro: quien lo rompe se lo queda». Esta frase abre la novela y encierra la esencia de un relato estremecedor en torno a un caso real ocurrido en la Sicilia rural de los años 60, en un pueblecito como Martorana, «donde las leyes no las hace sólo el Estado, sino la opinión pública». Un entorno opresivo «en el que las mujeres eran sometidas por la familia, la tradición, el qué dirán y la propia ley», asegura Ardone.
'La decisión' se inspira en el caso de Franca Viola convertida en la novela en Olivia Denaro, una joven de quince años que fue secuestrada y violada por el joven y prepotente hijo del panadero de su pueblo con quien se negaría a casarse. Franca Viola denunció a Filippo Melodia, quien en 1966 la raptó, violó y quiso casarse con ella para no pagar la pena de cárcel. Su rechazo del execrable 'matrimonio reparatorio' abrió una batalla legal que logró derogar una ley vigente durante casi un siglo y que afianzaba la situación de sometimiento de las mujeres. «Franca acabó siendo un símbolo y ahora es un personaje de novela, pero mientras que su violador fue condenado a once años y pagó su pena, el violador de la novela sufre una pena mínima», explica la autora.
«En Italia se asesina a una mujer cada día y muchas veces la razón del feminicidio es que ella se ha salido del lugar donde le dijeron que debía estar», lamenta Ardone. Sabe que a pesar de los avances en la igualad y los derechos de las mujeres, es mucho lo que queda por hacer. «El feminicidio casi legal era una realidad hasta hace nada en Italia. Si el marido mataba a una mujer porque ella le había engañado, podía alegar que era para lavar su honor y enfrentarse a una pena de solo quince años», lamenta la escritora.
Retrata una sociedad anclada en los prejuicios «en la que impera la ley del honor y el pavor al qué dirán». Un mundo «patriarcal» en la que abuelas y madres adoptan el papel más machista, «formando a sus hijas para vestir de manera decorosa, para que miren al suelo y no a los ojos, para dejar la escuela y casarse bien, el único objetivo vital al que una joven debía aspirar». Unas mujeres que, como la madre de la protagonista, «interiorizan ese machismo patriarcal que les niega el derecho a tener una vida propia».
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Precisa Ardone que su novela «no es una lucha de hombres contra mujeres». «Oliva Denaro no es una guerrera o una heroína. Es una chica normal que quiere vivir su vida» dice. «No todas somos guerreras, pero todas merecemos justicia», agrega la escritora y profesora de latín a quien desagrada «esa retórica que dice que todas las mujeres somos rebeldes».
Asegura Ardone que escribió su novela «pensado más en las jóvenes y en su futuro que en las víctimas del machismo y la violencia en el pasado». Sabe que la lacra de la violencia contra las mujeres es un mal universal, especialmente atroz en países como Irán, Afganistán o Pakistán. «Por fortuna en Europa se ha avanzado bastante, pero es mucho lo que queda por hacer en favor de la mayoría de las mujeres del mundo. Aún así, creo que el tiempo es una cinta que siempre avanza y que no se puede rebobinar. Que hay un solo camino, y es el que va hacia la revolución de las mujeres».
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Ardone está preocupada por la deriva política en su país y cree que con el gobierno de ultraderecha de Giorgia Meloni «vamos hacia atrás». «Por primera vez en la historia tenemos una presidenta en Italia, pero quiere ser llamada 'el presidente'. Lo más importante no es que haya una mujer al frente del gobierno, sino qué tipo de mujer sea. Y Meloni está en contra del aborto y de la plena emancipación de la mujer», lamenta.
«Soplan vientos de retroceso y el peligro es que la gente empiecen a pensar que retroceder al fascismo es bueno. Me da miedo, porque la mentalidad cambia más lentamente que las leyes, pero la literatura nos permitirá siempre avanzar. No creo, a pesar de todo, que retornemos a una dictadura fascista. Tenemos una Constitución que garantiza la libertad de prensa y de expresión», concluye Ardone, que aspira a repetir el éxito de 'El tren de los niños', basada en un hecho real, el traslado de 70.000 críos pobres del sur de Italia entregados a familias ricas del norte, que se publicó en 25 países.
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