Muere a los 64 años Nuccio Ordine, gran humanista italiano y defensor de la educación

Nacido en Diamante (Calabria) en 1958, era profesor de Literatura italiana en la Universidad de Calabria y autor de una bibliografía en la que muestra su inquebrantable compromiso con la visión humanista del mundo y la educación. «La vida de los estudiantes solo la puede cambiar un buen profesor, no una plataforma digital», decía en una reciente entrevista.

Ordine, defensor de los valores europeos más universales, impartió su magisterio en la Universidad de Yale, la Sorbona o la Sociedad Max Planck de Berlín, entre otras prestigiosas instituciones académicas. También era miembro del Harvard University Center for Italian Renaissance Studies, de la Fundación Alexander von Humboldt y del Instituto de Filosofía de la Academia Rusa de Ciencias, así como caballero de la Legión de Honor francesa y doctor 'honoris causa' por siete universidades, entre ellas la Pontificia Comillas.

El brillante intelectual italiano era uno de los grandes pensadores contemporáneos y en libros como 'La utilidad de lo inútil' reivindicó el valor de la educación y las humanidades ante la constatación de que, como solía decir, «nuestra sociedad desprecia los saberes que no producen beneficio económico». De hecho, advertía de los daños que puede causar una visión economicista del mundo.

«He querido poner en el centro de mis reflexiones la idea de utilidad de aquellos saberes cuyo valor esencial es del todo ajeno a cualquier finalidad utilitarista. Existen saberes que son fines por sí mismos y que -precisamente por su naturaleza gratuita y desinteresada, alejada de todo vínculo práctico y comercial- pueden ejercer un papel fundamental en el cultivo del espíritu y en el desarrollo civil y cultural de la humanidad», escribía en 'La utilidad de lo inútil', un autentico éxito de ventas publicado en 2013, traducido a 23 idiomas y editado en España por Acantilado, donde ya va por la edición número 28.

Hace poco presentaba su último ensayo, 'Los hombres no son islas', también de Acantilado, una guía de lectura de autores clásicos en la que invita a entender que «vivir para los demás es una oportunidad de dotar de sentido nuestras vidas».

Autor de numerosos ensayos sobre el periodo renacentista del 'cinquecento' y la teoría y estética literarias, entre su decena de libros destacan también 'El umbral de la sombra', 'Los retratos de Gabriel García Márquez', 'Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal' o 'Tres coronas para un rey. La empresa de Enrique III y sus misterios'.

Como dijo el jurado del Princesa de Asturias al concederle el galardón, la obra de Ordine es una reflexión sobre la situación marginal de las humanidades en el mundo actual y su reivindicación en la formación cívica del ser humano y en la creación de un pensamiento crítico fundamental para el desarrollo y el bienestar social. «Férreo defensor de una educación alejada de la tendencia al pragmatismo, aboga por inculcar en los alumnos el placer por el conocimiento y la curiosidad por el saber. Según su visión, una amplia base de cultura general será la mejor herramienta para que los jóvenes puedan afrontar con éxito las variables del mercado laboral en un futuro», detallaba el jurado presidido por Víctor García de la Concha, exdirector de la RAE.

Tras conocer que le habían otorgado el galardón, el filósofo se confesaba «honrado» y lo dedicaba «a quienes enseñan y cambian silenciosamente con su sacrificio la vida de sus alumnos». Y añadía que el premio tiene un doble valor afectivo: «Primero, porque antes que yo lo recibieron dos gigantes de la cultura europea y dos grandes amigos a los que debo mucho: Umberto Eco y George Steiner». Y segundo, porque desde hace una década consideraba España e Hispanoamérica como una segunda patria suya.

De Ordine se decía que era el ensayista italiano más conocido en el mundo. Su muerte, unos meses antes de recibir este octubre el Princesa de Asturias en el Teatro Campoamor de Oviedo, recuerda a la de su compatriota el compositor Ennio Morricone, Princesa de Asturias de las Artes 2020 junto a John Williams, que murió también un mes después de que el jurado anunciara la concesión del galardón. El escritor vivía en el campo, en Cosenza, rodeado de una biblioteca de más de 20.000 libros. El alcalde de esta ciudad de 70.000 habitantes, expresó su tristeza por la desaparición de «una de las figuras más cultas que Calabria y todo el país han podido incluir en su historia reciente».