«'Maricón Perdido' es una montaña rusa de emociones y está llena de referencias»

– ¿Cómo vivió la presentación?

– No te voy a mentir, con un sumial [un medicamento]. Me pongo muy nervioso, necesito tranquilizarme y ser consciente de todo porque no doy crédito. Por suerte tengo a mi familia de Cervera y Cintruénigo, amigos y seres queridos ayudándome a tener los pies en la tierra para no volverme loco. Agradezco a mi gente que siempre me haga volver a las raíces y a lo verdaderamente importante.

– ¿Qué tal la crítica?

– Estoy muy contento porque ha valorado un trabajo valiente. No es fácil interpretar a alguien que existe, que está ahí, viéndote. Este hombre ha sido interpretado desde un lugar más hondo que desde una imitación. Eso nos ha dado mucha libertad y poder tener a Bob ha sido una oportunidad.

– ¿Qué supone para usted este papel protagonista?

– Lo mismo que un secundario o un actor de reparto. En lo profesional le doy la misma importancia al personaje que hago. Para mí este papel protagonista puede suponer más visibilidad, algo que como actor es un regalo.

– Interpreta la etapa de juventud de Bob Pop ¿qué destaca del personaje?

– Su evolución y coraje. A pesar de todas las cosas críticas que le pasan, sigue su camino, continúa con su vida desde un lugar muy humano, sin victimizarse ni frivolizar absolutamente nada. Y teniendo la suerte de hacer lo que le gusta: escribir. En mi caso, como Carlos, tengo la suerte de dedicarme ahora a lo que me gusta y mi personaje también encuentra su camino sin dárselas ni de superviviente ni de héroe.

– En este sentido ¿se siente identificado en algunos momentos?

– Bueno, yo no, sino todo el universo. La búsqueda de la identidad y del camino es un sentimiento universal y eso es lo bonito de esta serie. Habla de la vida, que va más allá de la historia de un chico gordo y maricón. Por primera vez en la ficción española vamos a poder ver a un personaje con un cuerpo no normativo que no se centra en su peso y que no lo ridiculizan ni estereotipan haciendo un personaje de un gordo comiendo o un friki de los videojuegos. Vamos a ver la vida de una persona más allá de su condición sexual y de su peso. Es algo que me atrajo mucho del guion.

– ¿Esperaba la repercusión y buenas críticas?

– La verdad es que no lo esperaba, pero porque soy muy exigente con todo. Si me dedico a esto es porque me gusta ser otras personas porque cuando soy yo me siento expuesto y eso intimida. Cantaba y dejé de hacerlo porque era yo mismo todo tiempo, necesitaba llegar a lugares más profundos y sentir que era otra persona la que lo estaba contando.

– ¿Cómo ha sido la relación con Bob Pop?

– Tanto la relación con Bob Pop como con Alejandro Marín, el director de la serie, ha sido muy fácil a la hora de trabajar. Entre los tres creamos el personaje y Bob me abrió las puertas de su casa y su intimidad para poder investigar y hacer la interpretación de una forma más amplia. Fui muy pesado con Bob, quería saberlo todo de él, porque lo que le pasa en la vida, si lo hubiera interpretado desde mi punto de vista hubiera sido siempre llorando, muy dramático. Tenía que salir de mí y llorar antes de actuar para poder hacerlo desde el personaje. A Bob le interesaban actores con los que congeniar. Creo que hemos tenido 'feeling', le quiero y admiro.

– ¿Qué le ha llamado la atención?

– Que lo que Bob quería contar es lo que el público está recibiendo. La gente lloraba, reía... La primera vez que vi la serie, en el festival de Málaga, me olvidé completamente de mí y estuve atento a la historia. La veo más como una película partida en dos, son capítulos de media hora y es menos comercial de lo que pensaba y eso me encantó. 'Maricón Perdido' es una montaña rusa de emociones, habla de amor, dolor, incomprensión, comprensión, afecto, libros, música y está llena de referencias. Es una serie para ver tranquilamente como cuando lees un libro y lo subrayas para quedarte con todo.

– ¿Cuál es su próximo proyecto?

– Voy a lanzarme como director y escritor de un cortometraje que seguramente rodaremos en agosto. Me apetece mucho.