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Hemos acudido, el 1 de noviembre, a los cementerios para visitar a nuestros difuntos, para llevarles flores, y recordarles en voz alta. Seguramente hayamos vuelto a ver Don Juan Tenorio, recogido castañas, hecho buñuelos y desempolvando fotos. Quizás sepamos que el origen de esta celebración ... se remonta a hace unos 1.300 años, cuando el Papa Gregorio III consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de Todos los Santos, pretendiendo que fueran venerados al menos un día al año. Posteriormente, el Papa Gregorio I, en 835, extendió su celebración a toda la Iglesia. Se cree que la elección del 1 de noviembre fue porque coincidía con una festividad de los pueblos germanos y de esta forma se convertía en una celebración católica.

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larioja «Difuntos y santos»