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LA RIOJA
logroño.
Miércoles, 21 de junio 2023, 02:00
Lleva dos semanas recorriendo el país y casi nadie sabe nada de él: ni dónde duerme ni dónde come, nadie lo ve hasta que lo trasladan casi oculto al escenario. En Logroño estará apenas unas horas, a diferencia de las ciudades donde ha tocado ... dos días seguidos, y todo apunta a que será invisible salvo el rato que pase ante el público.
Pero, para ilustrar el misterio que rodea al músico, nada mejor que el relato del conductor que llevó a Dylan hasta el escenario del Generalife la pasada semana en Granada. Emilio López Arquillo lo contaba en el periódico Ideal como si fuera una película de espías. «Recibí la orden de recoger en un punto indeterminado de la A-92 'al pasajero', como le llamaban desde el principio, por temas de seguridad. Me dijeron que no hablara con él».
Según recoge la crónica de nuestro compañero José E. Cabrero «todo apunta a que Dylan durmió ese día en el Hotel La Bobadilla, en Loja». Emilio, además de 'road manager' de artistas, es acróbata de la compañía Vaivén Circo, en Granada, y hace poco llegó de una gira por Canadá y Nueva York. Ha visto de todo en el mundillo.
«En este caso el viaje transcurrió en plena calma –cuenta–, en un ambiente de profunda concentración. De hecho, no hubo absolutamente nada entre el coche y el escenario. Conduje por los caminitos del Generalife, dentro de la Alhambra, accedí hasta el mismo escenario, aparqué y Dylan salió del coche directo a cantar».
El montaje de la gira 'Rough and rowdy ways' es más sencillo que el de los grandes shows de otras estrellas del rock. Dylan viaja acompañado de cuatro tráilers que descargarán el material en el Palacio de Deportes. Tiene su propio cocinero, que habilita una cocina en los camerinos para alimentar al artista y sus músicos antes o después de cada uno de los dos conciertos.
En Granada, tras el concierto, el chófer hizo el mismo trayecto a la inversa y devolvió 'al pasajero' al punto de recogida inicial, en plena autopista. Al llegar, Emilio se quedó sentado dentro del vehículo, tal y como indicaba el protocolo. «Pero entonces Dylan golpeó el cristal y me indicó que lo bajara. Me dio un abrazo y chocamos el puño. Luego se fue y me dijo 'take care!' (¡cuídate!)». Resulta que Bob también es humano.
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