Festival | Calahorra

Madrugones y largas filas a las puertas de Holika

La llegada a un macrofestival de música, como Holika, viene a ser una mezcla entre la operación salida de vacaciones y un día en la playa en pleno mes de agosto. Solo los primeros en pisar la arena podrán colocar la toalla al lado de la orilla y solo los primeros en salir de casa evitarán las retenciones en la carretera. Los 'holikers' que ya tienen experiencia en festivales lo saben bien, y por ello este martes a primerísima hora de la mañana muchos de ellos se encontraban en el entorno de la catedral haciendo fila para acceder los primeros por la tarde a la acampada.

Reservarse un buen sitio, en una zona sombreada y cercana al recinto principal de los conciertos, era el objetivo de los grupos que ocuparon los primeros puestos de la fila. Aunque a algunos la estrategia no les funcionó cómo esperaban. «Hemos estado en la fila un montón de horas, desde las ocho de la mañana, y después no nos han dejado elegir donde acampar», se quejaba Inés, llegada de Vitoria junto a un amplio grupo de amigos, que a media tarde se las ingeniaban para montar la tienda en el parque del Cidacos.

Antes de las siete de la mañana llegaba a la estación de Calahorra el primer tren, con salida de Logroño, con los 'holikers' más madrugadores del festival de música urbana, que se extenderá hasta el domingo. Ellos eran Hugo González y su novia, quienes viajaban cargados de mochilas y bolsas. A las siete y diez minutos estaban ya colocados en la cabeza de la fila. .«Hemos venido tan pronto porque a esa hora el tren nos salía más barato con el 'verano joven'», explicaba Hugo. Realmente, el viaje les resultó tirado de precio. Dos euros y cincuenta céntimos por dos billetes de ida y vuelta.

A su lado se encontraban un par de chicas llegadas también de Logroño. Ellas, sin embargo, habían conseguido convencer a sus padres para que les acercaran a Calahorra. «Nos han dejado aquí y hasta luego...», contaba entre risas Patricia, que repite experiencia y además con acampada. «Esta vez nos quedamos a dormir. El año pasado los artistas estuvieron muy bien, así que tenemos las expectativas muy altas», afirmaba la joven, que espera sobre todo los conciertos de Mora, Eladio Carrión y Justin Quiles. Patricia confía también en haber acertado con el artista que se mantiene en secreto para la inauguración de Holika esta tarde: «Esperamos que sea Saiko, que es lo que se está comentando». «Yo también creo que Saiko, pero si fuese Quevedo sería una locura», intervenía Hugo, el otro «logroñés de toda la vida»- decía con cierta gracia- que esperaba al inicio de la fila.

Minutos antes de las cuatro de la tarde el director del festival, Mario Cornago y la alcaldesa de Calahorra, Mónica Arceiz, inauguraban los campings habilitados en el parque del Cidacos y en el entorno del santuario del Carmen, y en los que se espera que pernocten unos 5.000 jóvenes. Comenzaba también entonces la recogida de pulseras para los miles de asistentes que ya habían llegado.

El sol pegaba fuerte y varios jóvenes sufrieron desmayos, que requirieron asistencia. Algo previsible, aunque en algún momento no se encontraban en el lugar recursos sanitarios para atenderlos. Por lo demás, las escenas en el entorno de la catedral volvían a recordar a las de un día de playa: hamacas, esterillas, tapers y paraguas para protegerse del sol.