Munijazz

Un lugar por descubrir al ritmo de la música jazz

En 2024, el Munijazz cumple veinte ediciones y solo se ha interrumpido en 2020 por la pandemia. La vistosidad del municipio (que aumenta de 40 habitantes en invierno a 800 en verano) y su entorno, la cercanía con el público, el hecho de ser gratuito y la calidad de los artistas convierten el evento en un atractivo turístico y una cita indispensable para los amantes de este género.

Además, entre las numerosas propuestas que han pasado por aquí, los asistentes han podido disfrutar tanto de las diferentes vertientes del jazz clásico y más puro, como de su mezcla con otros estilos como el soul, funky, latino, jota, flamenco, bossa nova, rock, pop, progresivo...

«En Munilla estamos varios músicos y queríamos dar vida al pueblo en verano y dar a conocer esta zona del Alto Cidacos. Le planteamos al alcalde, Claudio García, la idea de poner en marcha un festival de jazz y dijo que sí. Pidió prestado un escenario y así comenzamos en 2004», recuerda Domingo Robledo.

«Los que lo propusimos incluso participamos en la primera edición, tocamos en una especie de jam session. Aquel año invitamos a varios grupos que conocíamos. Vimos que atraía gente y decidimos continuar», añade.

Lo siguiente fue darle forma. El Consistorio apostó por el evento y adquirió un escenario cubierto. Para proporcionar comodidad al público se ponen sillas y mesas con velas y se habilita una barra, en la plaza de San Miguel.

A raíz de lograr ayudas del Gobierno de La Rioja, la organización (Asociación Amigos de Munilla) dio un paso más y pasó de un concierto al día, por la noche, a dos, incorporando una sesión de tarde en el salón de verano del casino, convertido en un club de jazz. En este caso, más acústicos, con duetos, tríos o cuartetos principalmente, bandas no muy grandes, por el espacio.

El Munijazz está asentado y se celebra tres días, en fin de semana, alrededor del 15 de agosto con dos actuaciones por cada jornada, aunque hay excepciones como este año, que la noche de ayer ofreció dos grupos. «Recibimos a unas 3.000 personas y el festival todavía tiene mucha vida por delante», asegura Robledo.

Por otro lado, desde la pandemia, los conciertos de la tarde también se llevan a cabo en la plaza de San Miguel, donde cabe más gente y se ahorra esfuerzo en infraestructura, aunque ayer el Casino sí acogió una actuación.

Además de la ayuda del Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento, el festival cuenta con patrocinios de la zona como, por ejemplo, de empresarios munillenses. También dispone de camisetas y otros materiales de promoción.

Como curiosidad, Robledo comenta que «antes hacía más frío por la noche en estas fechas y llegamos a agotar todos los forros polares. Recuerdo en los inicios a la gente con sus mantas en los conciertos. Con el cambio climático, he pasado de subir al escenario para presentar a los grupos abrigado a hacerlo en camiseta».

Respecto a los artistas, al principio los organizadores tenían que buscar a los músicos. Desde hace años reciben cientos de propuestas anuales de grupos nacionales y también internacionales que están de gira por el país.

«Es una locura y hemos tenido que montar un equipo para escuchar toda la música que nos envían, tanto en formato digital como físico. Así que cuatro personas nos dedicamos a oír los temas desde principios de año para tener el festival cerrado antes de Semana Santa», concluye.