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M.I.M.
Logroño
Jueves, 4 de julio 2019, 09:41
Corría el año 1951 cuando Arturo Fernández llegó a Logroño para hacer el servicio militar. En el cuartel de Artillería de la capital riojana permaneció dos años, tiempo que el actor llegó a calificar en una entrevista con Diario LA RIOJA como «los ... dos mejores años» de su vida.
No se cansaba el veterano intérprete de repetir que había hecho la 'mili' en Logroño, ciudad por la que profesaba «un gran cariño». «Yo tengo una gran simpatía a la ciudad. Las cosas que suceden en la 'mili' son las que perduran. Luego, cuando te caen las primaveras, las recuerdas», aseguraba a este periódico en el año 2010 con motivo de una de sus numerosas actuaciones en el teatro Bretón. «Guardo muy buenos recuerdos porque siempre me han tratado excelentemente. Es una tierra de grandes recuerdos en mi vida», insistía, de nuevo, en este diario tres años después.
Y es que Arturo Fernández, un clásico en sí mismo, ha sido un 'fijo' en la programación del teatro logroñés. «Llevo 43 años pisando un teatro u otro de Logroño», recordaba el propio actor. Y era el año 2004 cuando lo rememoraba... «Siento nostalgia cuando vuelvo a Logroño, una ciudad en la que hice el servicio militar y pasé los dos mejores años de mi vida. Siempre que regreso lo hago con gran cariño», confesaba.
La cadena de televisión TVR quiso reconocer la carrera de Arturo Fernández y le concedió en el año 2017 el premio De Pura Cepa a la trayectoria profesional. El actor no pudo acudir a recoger el premio (delegó en su «gran amigo» Pedro Ruiz), pero en la gala se proyectó un vídeo en el que Fernández lamentaba su inasistencia y agradecía la concesión del galardón. «Me llena de honor», aseguró, «que me lo conceda esa ciudad tan maravillosa, de la que guardo tantos recuerdos, en la que hice el servicio militar y en la que dejé grandes amigos».
El intérprete tenía una nueva cita con el público logroñés los pasados 14 y 15 de junio. Había vuelto a incluir en su última gira el teatro Bretón. Iba a representar 'Alta seducción'. La doble fractura pélvica que sufrió le obligó a suspender el espectáculo.
Pero no fueron sólo las tablas del Bretón (además de la 'mili') las que trajeron al actor gijonense a Logroño. En el año 2009, Arturo Fernández fue el invitado de honor en la XVIII Asamblea de Personas Mayores de La Rioja. En la clausura del encuentro, el popular actor reivindicó su condición de persona mayor, «que no de viejo». «Tiene muchas ventajas», bromeó, «la tarjeta dorada, pagas menos en el autobús, en el metro, en el cine». Para, a continuación, hacer un guiño a los cerca de 350 asistentes al acto. «La vejez», dijo, «al fin y al cabo es sólo una cuestión de edad». Que lo verdaderamente importante, mantuvo el asturiano en Riojafórum, es mantener una actitud positiva y vital. Hasta que caiga el telón.
Actor muy querido en los escenarios de Logroño, desde el desaparecido Moderno hasta el Teatro Bretón en sus sucesivas encarnaciones, Arturo Fernández ha sido una presencia constante y aclamada por ese público que cada año esperaba su presencia sobre las tablas logroñesas para ejercer de sí mismo, sempiterno galán. Que se consideraba por otro lado muy unido a la capital riojana, como le gustaba recordar. En cada entrevista publicada en Diario LA RIOJA, como la que concedió en el 2004 al periodista Benjamín Blanco, el actor asturiano lo confesaba sin tapujos: «En Logroño pasé los dos mejores años de mi vida».
Se refería Fernández al tiempo transcurrido en el cuartel logroñés donde rindió el servicio militar. «Siempre que regreso lo hago con gran cariño. Llevo cuarenta y tres años pisando un teatro u otro de Logroño», reconocía. Y añadía: «Según mi madre, hay que reír por lo menos dos horas díarias, pero cada vez río menos. Con los años prevalece la nostalgia. Los amigos te van dejando y lo jodido es sobrepasarlos y ver que ya no están.
«El humor lo compartía con ellos, en esas tertulias que he perdido después de la función cuando nos reuníamos en un café la gente del teatro para comentar las funciones. A medida que pasan las primaveras ya no eres el mismo y la nostalgia domina sobre el humor», afirmaba.
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