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La novelista Teresa Cardona vuelve a la arena editorial con una nueva entrega protagonizada por la teniente de la Guardia Civil Karen Blecker y su compañero inseparable, el brigada Cano. La ficción 'La carne del cisne' (Siruela) se desarrolla en San Lorenzo de El Escorial ( ... Madrid), un pueblo tranquilo cuya paz se ve alterada por el asesinato de una mujer.
Cardona, que cultiva el 'noir rural', se vale del juego de plantear la historia en dos tiempos, con el fin de que el lector sepa los antecedentes y disponga de los elementos de juicio imprescindibles para calibrar los dilemas que se plantean. «Me agrada que la gente discuta, que salga de su ensimismamiento y entre en el diálogo para mantener posturas contradictorias», asegura.
La razón del título, que suscita muchos enigmas, se remite a los bestiarios medievales, en los que el cisne se presenta como un animal traidor, una criatura que, como sentenció Hugo de Folietto y aparece en la introducción de la novela, «tiene el plumaje níveo, pero la carne negra».
Si en anteriores entregas de la saga se abordaban casos de terrorismo o se investigaba el asesinato de una monja, en 'La carne del cisne' la pareja de la Guardia Civil se enfrenta al esclarecimiento de un caso de violencia de género, lo que da pie a la autora a enfrentarse al asunto de la violencia sexual.
En el Escorial la escritora ha cuajado gran parte de su memoria sentimental. Es su lugar de descanso, el pueblo donde vivían sus abuelos y el escenario de las andanzas de Karen Blecker y su colega Cano.
Nacida en Madrid en 1973, Cardona se fue a vivir de adolescente a Alemania con su familia, donde comenzó sus primeras incursiones literarias. Con Éric Damien, uno de los profesores de sus hijos, escribió a cuatro manos algunos libros juveniles y dos novelas en francés bajo el nombre de Eric Todenne. Cuando decidió emprender su carrera en solitario, eligió el apellido de su madre, Cardona. Sus dos primeras novelas, 'Los dos lados' y 'Un bien relativo', ambientadas en El Escorial, demuestran que lo local es universal.
Cuando se le pregunta por sus autores predilectos, la escritora cita a Domingo Villar, Ferdinand von Schirach, Agatha Christie y Lorenzo Silva. Sus textos rezuman la mejor tradición de la novela francesa, alemana y española. «En la vida no todo es blanco o negro, hay muchos grises en medio y existen asuntos en los que es difícil adoptar una posición clara», alega Cardona, que acostumbra a exponer dilema morales conflictivos.
«Para nosotros es como si lleváramos 20 años publicando a Teresa, es una autora emblemática y una auténtica estrella de nuestro catálogo», aduce la editora de Siruela, Ofelia Grande.
Para esta prosista, el 'noir rural' le brinda la oportunidad de husmear en las miserias morales y el lado más luminoso del ser humano. La escritora tiene vínculos muy asentados con El Escorial. «Allí llevaron a mi madre cuando estaba en pañales y mi padre ordenó construir la casa. Desde ese momento se fraguó una especie de amor por San Lorenzo en nuestra familia, no solo fue un sitio de recreo y vacaciones, sino que además tenía una función sanadora. Cada vez que alguien se encontraba mal, lo mandaban a El Escorial», cuenta.
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