Claudia Piñeiro (Burzaco, Buenos Aires, 62 años), acostumbra a vivir semanas de dos velocidades. Escritora y guionista, procura mantenerse fiel a sus rutinas cuando se trata de crear. Pero la cosa cambia si lo que toca es dar a conocer su obra. Entonces no hay ... jornada que no acabe convirtiéndose en «una carrera de locos», que arranca a las siete de la mañana y acaba doce horas después tras pasar por algún aeropuerto y sin apenas tiempo «para cenar, conversar un rato e ir a dormir».
Y eso es lo que ahora consume su tiempo, la promoción de 'El tiempo de las moscas', novela con la que regresa al género negro de la mano de Inés Pereyra, la protagonista de 'Tuya', condenada a reinventarse tras pasar 15 años entre rejas por asesinato y salir a un mundo radicalmente distinto al que conocía. Maternidad, amistad y segundas oportunidades son algunos de los palos que la autora argentina toca en este trabajo, del que Netflix ya ha comprado los derechos. De regreso a casa, Piñeiro se conjura para retomar sus costumbres.
Lunes
7:00 horas. Me gusta levantarme temprano, me funciona mejor la cabeza. Escribo por la mañana, y también hago trámites, cosas que tengo pendientes en la computadora, como contestar emails.
11:30 horas. En casa hago cosas: limpio un poco, lavo las prendas íntimas... Pero tengo gente que me ayuda, y lo valoro muchísimo. Me permite abrirme a otras cosas que se me dan mejor.
16:00 horas. Durante la pandemia necesité tener la cabeza ocupada, y empecé a tomar clases de francés , portugués e inglés varios días a la semana. Quiero leer los libros que me interesan en sus lenguas originales. Es un aprendizaje.
Martes
11:00 horas. Tengo dos gatos que atender. Uno de ellos de 18 años, y justo ahora que estoy de viaje se puso muy mal. Así que mis hijos se han tenido que ocupar de él. Solemos ser los adultos quienes nos ocupamos de esas cosas. de los mayores, de las mascotas... Ha debido ser un buen aprendizaje para ellos.
12:30 horas. Siempre digo que sé cocinar, pero que me lleva mucho tiempo y por eso no cocino. Pero cuando lo he tenido que hacer, como en el confinamiento, lo he hecho. Una pasta, una salsa especial... Me hacía gracia ver la cara de mi hija y mi marido, impactados de que supiera cocinar y no se lo hubiera dicho.
20:30 horas. Ceno o almuerzo con alguno de mis hijos. Y charlamos. Hay más tiempo cuando estoy con una novela. Escribo hasta donde me da la cabeza, hasta donde quiero ir. Al teatro, con los amigos... Con un guión, sobre todo si es una serie, hay prisa, están esperando que termines.
Miércoles
8:00 horas. Escucho música mientras hago el café. Hace años, cuando escribía podía escucharla, pero ahora me distrae un poco. Eso sí, cuando termino un libro hago una buena lista de temas que me acompañaron durante la escritura.
- Seguro que ha oído la última canción de Shakira.
- Si Shakira fuera mi amiga y me hubiera preguntado por su tema le hubiera dicho que lo dejara. ¡Déjale que se vaya y a otra cosa! Pero esta canción le está dando dinero, ella hizo su negocio. Cada una que haga lo que quiera, el feminismo también es eso, aunque yo no lo haría.
- El feminismo, siempre presente en su obra. ¿Se puede emocionar un hombre con su última historia?
- Los hombres son parte de este mundo, y me pongo muy contenta cuando me escriben. Cada vez tienen la cabeza más abierta y están más interesados por completar el mundo. Mi historia no tiene género, le puede pasar a cualquiera. A lo mejor algún día dejamos de clasificar todo a través del género.
18:00 horas. Voy mucho al teatro. Buenos Aires en una ciudad que te ofrece la posibilidad de ir cualquier día y en cualquier momento. Veo de todo, lo que me gusta y también lo que creo que no me va a gustar, porque encuentro el teatro como una ceremonia, un sitio donde se apaga la luz y empieza una magia compartida. Es algo comunitario que me conmueve más allá de la mera obra.
Jueves
15:00 horas. Me encanta caminar. Una hora al día. Es casi como un hobby. En Buenos Aires no lo puedo hacer, pero antes, cuando vivía en un pueblo, o si visito lugares más tranquilos, me gusta leer mientras camino. Me viene de mi padre, que me hacía repetir las lecciones y leer caminando. Decía que éramos como los filósofos griegos, que conversaban y caminaban.
22:00 horas. Procuro ir a la cama siempre a la misma hora. No me cuesta dormir, puedo ver una serie con mi marido y quedarme automáticamente dormida, pero me despierto muchas veces en la noche, y si dejé algo pendiente me cuesta retomar el sueño. Duermo poco, y eso no es bueno.
- ¿Le quita el sueño la serie que Netflix va a hacer de su última novela?
- Los proyectos audiovisuales llevan su tiempo y no tengo ni idea de en qué momento está. Eso sí, estoy ansiosa por saber quién lo va a interpretar, a dirigir. Ser escritor es otra cosa , pero la pantalla ayuda a difundir tu obra. Es impactante prender la televisión y escuchar a un actor decir algo que tú escribiste.
Viernes
10:00 horas. Disfruto con la jardinería. Entre semana vivimos en el departamento de mi pareja en Buenos Aires, y allí tengo unas macetitas en el balcón. Pero el fin de semana vamos a mi casa, donde se criaron mis hijos, y tengo un jardín, con plantas y flores, y una huerta, con menta, lechugas, tomates naranjas... Resulta bastante reparador para mí. .
20:00 horas. Mis amigos de la infancia están lejos, les tengo que ver el fin de semana. Entonces se arma un asado, una comida, un cumpleaños.... Dedico bastante tiempo a mis amigos, aunque sea para hablar por teléfono, mandar mensajes... Si no los ves y no conversas te alejas sin querer.
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