Paseos por la última guerra

En Rekum, un suburbio de la ciudad germana de Bremen, los amantes de la historia bélica pueden visitar una antigua base de submarinos. Lugares similares se encuentran en diferentes localidades de la fachada atlántica francesa como La Rochelle. Fuertes, como el de Schoenenbourg de la Línea Maginot, búnkeres en Sarajevo y Berlín o líneas defensivas en Albania, herencia de la obsesión de Enver Hoxha, son un aliciente que las administraciones explotan para traer este tipo de turistas.

La historia más cercana, sobre todo el segundo conflicto global y la Guerra Fría, se ha convertido en un atractivo más, sobre todo para muchos extranjeros. «Hay sitios con indicaciones hasta en ruso», explica Miguel Cuesta Aguirre, quien ha recopilado en un libro, 'Rutas de la Guerra Civil española' (Anaya Touring), algunos de estos lugares. Filólogo eslavo de formación, se especializó en los Balcanes y en la URSS. Después, comenzó a interesarse por las diferentes guerras europeas.

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«Un día, caminando por la sierra de Madrid, me topé con uno de los fortines que quedan del frente de Guadarrama», señala el autor. Así comenzó una búsqueda por todo el país para encontrar vestigios de la Guerra Civil, como los fortines de Luque (Córdoba), las defensas de costa de Santa Pola (Alicante) o la posición Jaca, situada en el madrileño parque de El Capricho.

Cuesta Aguirre recorrió más de 20.000 kilómetros en busca de esas fortificaciones y hablando con expertos. Unas edificaciones, que muchas de ellas no estaban en el frente, pero que tenían que cumplir determinados requisitos. Uno de ellos, el de la fecha de construcción: se tenían que haber erigido entre julio de 1936 y marzo de 1939. Así se han quedado fuera del libro las baterías de costa de Cartagena por ser anteriores a la contienda o la Línea P a lo largo de los Pirineos, las casamatas gaditanas o las baterías de Gorliz o Punta Lucero alrededor de Bilbao por ser posteriores.

Por el libro aparecen rutas en la naturaleza como las de la sierra de Alfaguara (Granada) o el Frente del Agua (Madrid), combinados con museos y centros de interpretación. También destacan numerosos refugios civiles que están siendo recuperados por los ayuntamientos y comunidades para mostrar los lugares donde se protegía la población de los bombardeos. Asi, sobresalen en 'Rutas de la Guerra Civil española' la ciudad subterránea de Almería, con capacidad para 5.000 personas; los refugios de las plazas de Santiago (Jaén) o del Diamante (Barcelona); los de Séneca y Balmis (Alicante) o el de El Viso (Córdoba).