El libro que enseñó a guisar a los españoles cumple medio siglo

Simone Klein Ansaldy, su verdadero nombre, quedó viuda a los dos años de casarse, a los 25, lo que la obligó a ponerse a trabajar y emprender aventuras empresariales varias, como la de abrir la primera tienda de bricolaje en España. Un lustro después de la desaparición de su primer marido, Simone se volvió a casar, esta vez con José Ortega Spottorno, hijo de José Ortega y Gasset, de quien adoptó el apellido. Ortega Spottorno, director entonces de Alianza Editorial, animó a su mujer a publicar un libro con las recetas que acostumbraba a hacer en casa y que tanto éxito tenían entre sus amigos. La obra debía diferenciarse tanto de los adustos y desabridos libros de la Sección Femenina como de esos recetarios tan enrevesados como difíciles de llevar a la práctica. Ortega Spottorno tuvo que esforzarse para convencer a sus colegas del consejo editorial de la validez del libro. Algunos estirados intelectuales del consejo no veían con buenos ojos que el modo de preparación del caldo gallego se amancebase con un catálogo en el que figuraban obras de Hesse, Camus y Freud.

La virtud de la obra de Simone Ortega residía en que todas las recetas incluían la proporción exacta y el tiempo de cocción preciso, de modo que quedaban desterrados términos vagos como «pizcas» y «puñados». La elaboración del '1.080' exigió su tiempo. Simone Ortega era concienzuda y antes de dar por bueno un plato lo cocinaba hasta tres veces y luego lo daba a probar a algunos sus hijos. El éxito del libro, tan meticuloso, práctico y sencillo, sorprendió a la propia autora, hasta el punto de que su marido decía: «He pasado de ser el hijo de Ortega y Gasset al marido de Simone Ortega».

Un cuaderno manuscrito con recetas de la abuela de Simone, una borgoñona que había alentado su pasión por la cocina cuando era niña y que le reveló no pocos trucos, fue el punto de arranque del título, que se publicó en edición de bolsillo en 1972. El libro salió firmado con el apellido de su marido, pues si aparecían sus nombres, Klein Ansaldy, más de un potencial comprador pensaría que estaba ante un volumen de cocina extranjera.

En estricto sentido el '1.080' no es un compendio de cocina española, sino más bien un muestrario internacional. Al lado de los platos tradicionales aparecen los 'muffins' y formulas de la gastronomía popular francesa. Ferran Adrià, a cuyo restaurante iba a comer de vez en cuando Simone Ortega, reconoció la influencia que el recetario tuvo en su aprendizaje. De hecho, son muchos los chefs que esgrimen la idea de que el bum de la cocina española no habría sido posible sin el acervo culinario de Simone Ortega. Devota de los dulces y adicta al chocolate, pertenecía a la Cofradía Española de la Buena Mesa y recibió un Premio Especial de Gastronomía en 1987.