¿Puede un rico ser feliz sin saber cuál es el origen de su dinero? Lo más seguro es que pueda. Pero tendrá que vérselas con la ironía de aquellos que sí se lo preguntan. En este grupo se encuentra la escritora británica Mary Cholmondeley ( ... 1859-1925), que se cuestionó este dilema mucho antes que los movimientos sociales de los siglos XX y XXI. Y lo hizo en 'Diana Tempest' (1893), una novela que llega ahora a España de la mano de la editorial Nocturna.
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'Diana Tempest' es la obra más conocida de Cholmondeley, una historia de herencias, amor y matrimonio que recuerda a Jane Austen y que aporta como otros elementos originales una subtrama policiaca y una mordaz crítica social centrada en el mundo de la abogacía con tintes dickensianos.
La muerte del señor Tempest, que parece haber dejado sus propiedades a su hijo ilegítimo, John, desata las tensiones familiares. El coronel Tempest, su hijo 'bon vivant', Archie, y su hija Diana quedan excluidos. Pero el coronel no renuncia al dinero y acepta participar en una apuesta que pondrá en riesgo la cabeza de John. Mientras, la independiente Diana se plantea renunciar a su idea de no casarse nunca.
Cholmondeley no era pobre precisamente, así que sabía bien de lo que hablaba. También era una letraherida (amiga de Henry James, su tío era íntimo de Mark Twain y su padre tenía muchos amigos escritores). Además, Virginia Woolf admiraba su obra. El asma, que la obligó a aislarse, la empujó también a la literatura.
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Cuando murió su padre se mudó a Londres, y allí trabajó en un hospital durante la Primera Guerra Mundial. Después se dedicó a los libros. Su primer obra vio la luz en 1886, pero el gran éxito le llegó con 'Diana Tempest', en 1893, y se multiplicó con 'Un guiso de lentejas', en 1899.
Pero no solo se hizo un nombre en Reino Unido, también alcanzó el reconocimiento en Estados Unidos. Publicó 'Un inconveniente' (1902), 'Prisoners' (1906), 'The Lowest Rung' (1908), 'La polilla y la herrumbre' (1912) y la también autobiográfica 'Under the roof' (1917). Feminista antes de la irrupción del movimiento feminista, su escritura es irónica, con dardos para los hombres, pero también para las mujeres. Se murió sin casarse, pero sirvió como ejemplo a muchas aspirantes de escritoras.
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