Un monasterio, un enigma por resolver, una crisis personal que afrontar y un sueño por cumplir son los elementos que conforman la novela 'El triángulo ... de la vida' (2020; 2ª edición), primera obra del arquitecto técnico, ingeniero de edificación, profesor de Geometría y entrenador de lanzamientos de atletismo Francisco José Mir Brusel. Nacido en Zaragoza en 1963, reside en La Rioja desde hace más de 50 años y aquí ha ambientado la trama de una historia de misterio, Geometría y búsqueda personal. Francisco José Mir es, además, director de la academia Punto de fuga y diseñador de la Barandilla de la Vida del cementerio de Zarratón y de la ermita de la Virgen de la Esclavitud de Cihuri.
– Las matemáticas dentro de la literatura no es un tema muy tratado y usted se atreve, ¿por qué?
– Más que matemáticas, geometría, aunque en la Antigua Grecia eran lo mismo. Mi mundo es ese y lo tenía que contar en forma de novela, y si es mediante un 'thriller' que enganche, mejor.
– Sí que hay enigmas a resolver, al estilo de los grandes 'best-sellers', y no ha tenido complejo de ambientar la historia no en País o Roma sino en La Rioja.
– No he tenido complejos porque son los lugares donde llevo tantos años viviendo y conviviendo por mi trabajo, lugares maravillosos que no tienen nada que envidiar a ningún otro y son desconocidos para muchos riojanos, y ni lo quiero pensar para los foráneos; es dar luz a esos escenarios tan extraordinarios que tenemos.
– Además del literario, la novela tiene un fin turístico, invitando al lector a visitar los escenarios riojanos de la obra, ¿no?
– Sí, me he quedado maravillado de la cantidad de cosas que se pueden conseguir. Además de una historia por entretener, de desvelar la vieja Geometría de siempre, la de los masones y sus símbolos, contar una historia familiar, las relaciones familiares implícitas entre padre e hijo... también marcamos una ruta turística. Es otro objetivo que me apetecía, dar a descubrir lugares, al margen de San Millán de la Cogolla, que conoce todo el mundo, pero creo que he aportado otra lectura para redescubrirlo. Todo tiene su significado.
«Es otro objetivo que me apetecía, dar a descubrir lugares,al margen de San Millán de la Cogolla»
«Para mí hablar del tetraedo es el pan de cada día, pero entiendo que para los demás, no»
«Mi hijo me acompañó a hacer esa misma ruta por La Rioja que aparece en la novela»
– ¿Es esta novela, de alguna manera, una forma de descubrir, contemplar con otros ojos, lo que está delante nuestro y no vemos, ya sean paisajes, parajes, naturaleza o misterios?
– Sí. Lo tenemos aquí mismo. Todos hemos hecho muchas visitas a San Millán, pero hay más de lo que nos cuentan. La lectura que hago de la piel del monasterio permite descubrir, como yo hice junto al prior, Pedro Merino y a José Ignacio López de Silanes, que en el solsticio de invierno entra un rayo de luz por la iglesia. Hay un lenguaje bestial para crear una elipse perfecta en el crucero de la iglesia: a 5 metros del eje mayor y a 2 del menor. Entonces se me encendió la bombilla: el secreto está en operar con los números. En la novela se cuenta una historia sin otra necesidad pero hay que estar atento. La primera figura iluminada por el rayo en la iglesia es la de Santa Potamia, la santa más antigua de La Rioja y que cuenta con una ermita en San Millán de la Cogolla.
Tercera edición
– ¿No teme que la complejidad geométrica suponga dificultad de comprensión para el lector?
– Lo he trabajado mucho para que la gente lo pudiera entender. De llegar a la tercera edición me gustaría incorporar unos planos para que se pueda entender mejor. Realmente este es un descubrimiento reciente que yo llevo a los griegos. Verlo gráficamente ayuda. Para mí hablar del tetraedro es el pan de cada día pero entiendo que para los demás no, quizá le falte eso, los pergaminos con los planos.
– También es una obra en la que la presencia e importancia de la familia resulta esencial…
– El protagonista tiene 50 años, con 30 años de relación sentimental, y surge la crisis en un momento de evolución, por lo que desea ir a cumplir su sueño. Mientras, aparece el hijo, con quien mantiene un conflicto, pero se resuelve bien. La familia, en efecto, es importante.
– Usted es profesor de Geometría, como el protagonista, algo que está muy presente en la obra. Pero también entrenador de lanzamientos de atletismo, que no aparece en ningún momento. Y el único deporte que aparece es la halterofilia...
– No tocaba, esto es lo que es: geometría. Mis 'lanzamientos' son otra historia. Pero me encantó meter la halterofilia. Mi hijo me acompañó a hacer esa misma ruta por La Rioja que aparece en la novela en un verano en el que empezó a practicar halterofilia. No había por qué hablar de atletismo.
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