«No es el dinero en lo que pensamos cuando editamos libros»

«Vamos a dar ideas de cómo arruinarse, tenemos todos los detalles. Sería peor enriquecerse con los libros. Nosotros lo sabemos muy bien: haríamos libros con autores vivos, que son los mejores promotores de sus obras, es como un pescador con red, trabaja para la editorial», expuso Vicente Ferrer. Media Vaca apenas publica tres libros al año, títulos cuyo trabajo se alarga años, incluso décadas, y no reparan en detalles como, por ejemplo, realizar libros con un número de paginación múltiplo de 16, que es lo que contiene un pliego de hojas y que, ajustándolo, resulta más económico en imprenta, en la que el papel ha subido mucho su precio en los últimos meses. Media Vaca, incluso, imprime en el mismo lugar en el que el Museo del Prado encarga la producción de sus catálogos. Ciertamente, una charla así parece de obligada asistencia para editores, escritores, ilustradores y quizá hasta libreros de La Rioja, pero apenas acudieron dos de los primeros y tan solo una de los terceros.

«Perder dinero no es mala cosa si hay lectores para esos libros», declaró románticamente Vicente Ferrer. Claro que, dentro de ese desolador panorama que es la cuestión económica en la edición española, los editores de Media Vaca reconocieron que a menudo les salva México con un programa de fomento de la lectura que puede llegar a encargarles 64.000 ejemplares de un libro. En ese sentido, una editorial que nació hace 25 años gracias al dinero de una herencia y que edita poco pero con alta calidad, adelantando los derechos de autor y lanzando no menos de 2.000 ejemplares por título es, a día de hoy, para el lector exquisito, una editorial puntera, de prestigio. Modesta o no, quizá dependa de la comparación. «Un amigo editor mexicano nos dijo «Vosotros hacéis estos libros para arruinaros, ¡estáis locos!»», recordó Begoña Lobo antes de atender, en medio de la conferencia, una llamada de una amiga de Florida que había padecido el huracán Ian y por la que se ausentó durante un largo rato.

Cabe señalar que el precio medio de los libros de Media Vaca son 20 euros, que las distribuidoras se llevan habitualmente el 50% de las ventas y que al autor se le liquida el 10%. Teniendo en cuenta que el gasto de imprenta rara vez baja de los 10.000 euros (sin contar otros gastos), el título de 'Cómo arruinarse haciendo libros' cobra sentido. «El dinero es importante para hacer los libros. El problema es que hay que invertir lo justo y cobrar lo justo», explicó Ferrer. «Reimprimir libros es un error para un editor, solo se vende lo que es novedad», añadió, aunque también confesó que en plena pandemia reeditaron varios títulos agotados y que la mayoría de esos ejemplares están en su almacén.

Al margen de las vicisitudes de la labor de editor, Vicente Ferrer también fue crítico con otros ámbitos, como el de la propia crítica literaria. «No hay crítica seria, todo es promoción. No hay nada malo, todo está bien», subrayó. Y también cargó con el exceso de edición actual. «Hay libros que son un horror. Cómo es posible que no existan determinados libros que deberían existir y, en cambio, existan otros que no deberían», cuestionó a modo de conclusión.