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Cristina López Barrio, finalista del Premio Planeta en 2107 que regresa con 'Rómpete, Corazón'. EFE
Asomados a la boca del infierno

Asomados a la boca del infierno

Cristina López Barrio funde fantasía y novela negra en una intriga situada El Escorial / «Los cuentos de hadas son un aviso de que la realidad está trufada de horror», asegura la escritora y abogada.

Domingo, 8 de diciembre 2019, 18:28

Sostiene la leyenda que una de las bocas del infierno está en las inmediaciones del Escorial y que Felipe II alzó allí su egregio monasterio para cegarla. En ese entorno y sobre esa leyenda ha articulado Cristina López Barrio (Madrid, 1970 ) su nueva novela. 'Rómpete, corazón' (Planeta) es el shakespeariano título de una narración en la que la abogada y finalista del Premio Planeta 2017 funde la novela negra, la intriga policíaca y el 'thriller' con los cuentos de hadas y las leyendas.

«No quiero que el lector se confunda: 'Rómpete, corazón' es una novela realista», avanza la escritora sobre la ficción que ambienta en San Lorenzo de El Escorial. Una intriga con asesinatos y desapariciones en la que la fantasía «es una herramienta que permite narrar con cierto lirismo una historia muy cruda sobre algo tan terrible como los secuestros infantiles». El título alude a un verso de 'Hamlet': «¡Esto no es bueno ni puede acabar bien! ¡Pero rómpete, corazón pues debo refrenar la lengua!».

San Lorenzo de El Escorial es la localidad en la que creció la escritora, donde pasó sus veranos desde de la infancia y la que volvió para escribir esta historia en la que se dejó llevar, conscientemente, por algunas de las influencias que armaron su imaginario como temprana lectora de los cuentos de los hermanos Grimm, de Hans Christian Andersen y de las novelas de Agatha Christie y Arthur Conan Doyle.

Quiso «deliberadamente» fusionar fantasía y 'thriller' al comprobar que entre ambos géneros primaban las similitudes sobre las diferencias. «Tanto en los cuentos de hadas como en las novelas negras al principio ocurre una desgracia, hay una desaparición o un asesinato, pero al final se restablece la justicia y hay castigo para el villano», sostiene.

«El cuento de hadas opera aquí como una maldición que se cumplirá en la realidad», aclara la escritora. Explica como sobrevuela la novela un clásico como 'La bella durmiente', que tenía originalmente un final terrible antes de ser «edulcorado» para augurar felices sueños a los niños. En lugar de despertar a la doncella durmiente con un beso, el príncipe azul la viola mientras duerme y la deja embarazada. La bella alumbrará gemelos: Luna y Sol.

Un día uno de ellos, al intentar mamar de su madre dormida, se equivoca y succiona un dedo del que sale la astilla de la rueca que la aletargó y ella despierta. «Los cuentos de hadas, muy crudos a veces, son un aviso de que la realidad está trufada de horror», dice López Barrio apoyándose en Bruno Bettelheim y su 'Psicoanálisis de los cuentos de hadas'. Para abrochar el círculo de esta miscelánea ficción, la escritora recurrió a los recuerdos de su infancia en la localidad madrileña y a las oscuras leyendas oídas a largo de los años y que cuentan que en las inmediaciones de la localidad de la Sierra del Guadarrama se abría una de las siete bocas del infierno y que el monasterio de San Lorenzo se construyó para contrarrestar su maldición.

El Torreón Maldito

El epicentro de la novela es un vetusto caserón en el monte Abantos, enclave mágico desde los romanos, y pleno también de fantasmagorías y leyendas, como que bajo de su jardín discurrían túneles conectados con esa boca infernal. Es el Torreón de las Melgar -la abuela Rosa, la madre Blanca y la hija Aurora-, tres generaciones de una adinerada familia de infaustas biografías trufadas de muerte, maldiciones y desapariciones.

La desaparición en la casa de una niña de tres años, hija de Blanca y hermana de Aurora, conectará el hoy con el pasado, con otro hecho terrible acaecido doce años atrás, cuando desapareció otra de sus hermanas, Alba, gemela de Aurora. Un misterio jamás resuelto, que aún atormenta a la familia, y que investigará Rogelio Sánchez, un policía a punto de jubilarse, con un pasado de adicciones y que vive con una prostituta oriental.

El inspector ya investigó sin éxito la desaparición de Alba, que pareció haber sido «devorada» mientras dormía, y trata de esclarecer ahora el extraño caso marcado «por laberínticas relaciones familiares, maldiciones de locura congénita, y amores obsesivos y tóxicos», según su autora.

«¿Cuál es el límite del amor?», se pregunta López Barrio que explora lo más nocivo de la toxicidad emocional. «Hablo de cuando el amor se entiende como anulación de la persona amada y de lo doloroso que resulta darse cuenta de que la persona que amas te está maltratando», dice la autora de novelas como 'Con niebla en Tánger', 'La casa de los amores imposibles' o 'Tierra de brumas'.

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