Un congreso y una recopilación de su obra rescatan a Vicente Aleixandre, el Nobel olvidado

«Aleixandre es mucho más que unos versos. Es una experiencia, porque quien lo lee lo lleva consigo para toda la vida», explica Alejandro Sanz, el editor de 'Poesía completa', el libro que acaba de publicar la editorial Lumen. «En uno de sus aforismos más recordados decía que 'a lo único a lo que no se puede obligar a la poesía es a mentir' y eso es su poesía, la verdad», explica Sanz.

Aleixandre es también, y sobre todo, el poeta del amor y de la amistad. A estos sentimientos se entregó en todas sus dimensiones: la carnal, la pasional, la romántica, la platónica. Aleixandre era bisexual y tras la guerra civil decidió no ir al exilio y permaneció en España. «No era ni un país ni una época fácil para hacer ostentación de esa orientación», asegura Sanz.

Pero eso no le importó al poeta, que tuvo muchos amantes de ambos sexos: María Valls, Carmen de Granada, Margarita Ampers, Eva Seifert, José Manuel García Briz, Carlos Bousoño... «La suya no era una sexualidad ortodoxa porque él se enamoraba de las personas», subraya Sanz, que ha participado en el congreso de Málaga junto a expertos como Alejandro Duque Amusco, Jaime Siles, Raeale Morales, Julio Neira o Manuel Rico, entre otros.