Las ventas de audiolibros se disparan en EE UU

Atrás quedaron los tiempos del engorroso y pesado reproductor de casetes, que a veces costaban el triple que un libro impreso y que, a menudo, retomaban solo extractos de una obra para limitar los costos. Ahora, para escuchar un audiolibro solo hay que descargar un archivo en el teléfono inteligente con un precio equivalente o inferior al de la edición impresa.

Este 2016, los audiolibros de Bruce Springsteen, Carrie Fisher y Bernie Sanders, escritos en primera persona y leídos por sus propios autores, tuvieron bastante éxito. Incluso la mayoría de las grandes editoriales ya disponen de su propia estructura con equipos dedicados expresamente a los audiolibros.

De acuerdo con la web especializada Author Earnings, más aún que para los libros impresos, el gigante Amazon domina ampliamente este mercado tras haber comprado en 2008 el número uno del sector, Audible, y a tenor de haber vendido 119.000 audiolibros por día en enero de 2016.

A diferencia de otros países, hace ya tiempo que en EE UU el audiolibro se considera mucho más que un 'gadget', incluso pese a que el mercado no despegó realmente hasta que se generalizó el uso de los smartphones desde hace unos años.

"En EE UU la gente pasa mucho tiempo en el automóvil. Para los usuarios, ésta es una manera de hacer que el tiempo en los atascos sea de calidad", señaló en una reciente entrevista Mary Beth Roche, presidenta y editora de Macmillan Audio, la filial de la editorial Macmillan que se dedica a los audiolibros.

"A menudo es un largo viaje en coche o tener un tiempo de trayecto importante para ir a trabajar lo que lleva a la gente a probar el audiolibro por primera vez. Después, empiezan a escucharlos en otros lugares", explicó Roche. Así, los 'smartphones' permiten hacerlo ahora al mismo tiempo que muchas otras actividades como trotar u organizar tareas domésticas.

Hay que vender al menos 1.000 ejemplares para que sea rentable

"Es también una forma de descansar la vista cuando hemos pasado un día de trabajo frente al ordenador", ha comentado Roche. "Es necesario vender al menos 1.000 ejemplares de un audiolibro para que sea rentable", agregó a sabiendas de que un audiolibro representa, en promedio, el 10% de las ventas de la edición impresa.

"Son perfectos cuando se tiene un determinado estilo de vida", resumió luego Marisa Bluestone, directora de comunicaciones de la Asociación de Editores Estadounidenses (AAP). Aunque algunos géneros logran un promedio de ventas mejor, como la ciencia ficción, la fantasía y, especialmente, los libros de autoayuda.

Pero los editores son reacios a hablar sobre márgenes y ganancias, explicando que pueden variar significativamente dependiendo de la longitud del libro. "Lo que es seguro es que la experiencia demuestra que, lejos de competir con el papel, los audiolibros permiten a los autores conquistar nuevos fans", indicó Anthony Goff, vicepresidente de Hachette a cargo de este sector.

"Puede que por eso, de golpe, los autores están mucho más interesados que antes por la versión de audio de sus libros", agregó. A menudo piensan en actores para dar voz a sus textos e incluso muy frecuentemente se manifiestan dispuestos a hacerlo ellos mismos "si no es ficción y si su voz lo permite", dijo Goff.

Johnny Depp, Kate Winslet y Meryl Streep ya dieron voz a obras que no eran suyas. John Hart, autor estadounidense de numerosos libros de suspense, no recomienda sin embargo escuchar un audiolibro en el gimnasio o de compras. Pero, en un "entorno más propicio para la contemplación", puede ser "tan placentero como leer en una habitación tranquila e incluso puede ser una inmersión aún más total", afirmó el vicepresidente de Hachette.