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J.V. Muñoz-Lacuna
Domingo, 4 de diciembre 2016, 01:23
Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza. Así argumenta Don Quijote la doble condición que todo caballero debería tener tras su desastrosa aventura con el rebaño de ovejas y carneros (capitulo XVIII de la primera parte de El Quijote). Esa misma ... doble faceta que encarnó en vida Miguel de Cervantes se muestra en la exposición Cervantes, soldado y poeta que puede verse hasta el 30 de abril en dos museos de Toledo que distan a tiro de piedra: el de Santa Cruz y el del Ejército.
Más de 400 piezas cedidas por 40 instituciones públicas y privadas (Museo Naval, Senado, Archivo General de Simancas, Patrimonio Nacional, Museo del Prado, Archivo General de Indias) conforman una exposición en dos espacios que, en realidad, son dos exposiciones autónomas pero complementarias: el Museo del Ejército nos muestra a Cervantes como soldado de la Infantería y el de Santa Cruz la época que le tocó vivir.
Adarga antigua
Armaduras, armas, grabados, banderas, cañones y documentos sobre las pagas que recibían soldados como Cervantes y sus coetáneos pueden verse en el Museo del Ejército (edificio del Alcázar). Allí se explica su experiencia como soldado bisoño en Lepanto y el Mediterráneo y se cuenta cómo en la segunda mitad del siglo XVI el Imperio español tuvo que hacer frente a numerosas guerras, lo que obligó a convertir tropas medievales en ejércitos modernos y eficaces. De todos es sabido que en Lepanto Cervantes resultó herido y demostró de sobra su valentía, explica Germán Dueñas, comisario de Cervantes, soldado y poeta.
Ambas funciones eran complementarias y necesarias en su época porque la milicia suponía una experiencia vital y aventurera que se vio reflejada en la literatura de nuestros autores del Siglo de Oro, añade el comisario de esta exposición que llama la atención sobre una de las armas más conocidas de El Quijote que también se exhibe en esta muestra: la adarga en astillero. Estaba relacionada con la hidalguía de la familia de Don Quijote y reflejaba que sus antepasados habían combatido en la Reconquista o bien habían participado en juegos de cañas, muy populares en la España de los siglos XVI y XVII.
Cervantes, escritor y marido
La segunda sede de esta exposición está en el Museo de Santa Cruz, donde se ha reservado el crucero superior para mostrar el lado más humano del escritor. Tras su experiencia en Lepanto y su encarcelamiento en Argel y, una vez cumplidas algunas misiones de espionaje, Cervantes ejerció de comisario de abastos para recoger aceite y trigo con destino a la Armada Invencible. Más tarde fue recaudador de impuestos en Andalucía. Es de lo poco que se conoce de su biografía. Eso y que se casó más tarde se arrepintió- con una jovencita hidalga de Esquivias (Toledo), Catalina de Salazar. De aquella época del Cervantes civil y escritor se muestran en esta exposición tinteros de la época y otros objetos de uso cotidiano como útiles domésticos y objetos religiosos.
Todo ello con el ánimo de acercarnos a Miguel de Cervantes en el cuarto centenario de su muerte, un personaje que tuvo una vida personal apasionante aunque desconocemos casi todo de él por muchos estudios que se hayan publicado hasta ahora, reconoce el comisario de esta exposición.
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