«¿Por qué Colón y no los chinos?»

Su nuevo trabajo es Sociedades comparadas, un libro que recoge las conferencias que el profesor ofreció en la Universidad LUISS Guido Carli de Roma durante el 2014. Para Diamond, el origen de la desigualdad en el mundo tiene razones geográficas que se remontan a la época de las glaciaciones. Los países templados, gracias precisamente a las glaciaciones, tuvieron suelos fértiles y profundos que les permitieron posteriormente desarrollar la agricultura. «En cambio, las cálidas zonas tropicales nunca tuvieron glaciaciones, por lo que carecen de suelos jóvenes y profundos que se regeneren de manera constante», relata el autor. La agricultura (o su falta) y también las enfermedades tropicales, que explican los elevados índices de mortandad infantil y entre adultos en los países cálidos, son las dos causas que encuentra Diamond para explicar la riqueza y la pobreza de las naciones.

Uno de los grandes atractivos del libro es la capacidad del autor para explicar sucesos históricos desde perspectivas colaterales. Por ejemplo: ¿por qué América fue descubierta por los españoles y no por los chinos? Diamond cuenta que en el siglo XV, la flota china era más poderosa que cualquiera de las europeas y contaba con la experiencia de haber explorado la costa indonesia y la de la India hasta llegar al litoral oriental africano. En ese momento, el objetivo de llegar a lo que después se llamaría América estaba al alcance de la mano de los chinos. Pero el poder en el país estaba muy centralizado en el emperador Zheng He y en su corte, que alrededor de 1433 decidieron cerrar los astilleros y olvidar la expansión marítima. «Cuando ese único emperador decidió no enviar más flotas del tesoro, las exploraciones transoceánicas chinas llegaron a su fin», cuenta el escritor.

La situación en Europa, sin embargo, favoreció la conquista. «De vez en cuando los reyes europeos también tomaron la decisión de dejar de gastar dinero en costosas flotas. La diferencia estriba en que Europa tenía muchos reyes», recuerda Diamond. Por eso, Colón primero pidió el apoyo de los príncipes italianos, que se lo negaron. Después, del rey de Portugal, que se burló de él. Y así hasta que al séptimo intento los Reyes Católicos transigieron y le proporcionaron tres pequeños barcos. «Todos sabemos el resultado: con esas tres carabelas, Colón descubrió el Nuevo Mundo, regresó y contó su historia. La fragmentación política de Europa brindó a Colón un amplio surtido de duques, condes y reyes a quienes pedir ayuda», asegura el antropólogo.

China merece un capítulo propio en el libro. Pese a que Diamond muestra su admiración por este país, también considera que Estados Unidos y Europa tienen una gran ventaja sobre él de cara al futuro: la democracia. «China no alcanzará el nivel de la Unión Europea o Estados Unidos a corto plazo», pronostica el autor; «pero veremos en las próximas décadas».

El cambio climático, la desigualdad y la gestión de los recursos naturales son, a juicio de Diamond, los grandes retos del hombre. El autor expone una lista exhaustiva de las tragedias que se avecinan si no se toman medidas, pero también ofrece soluciones para ponerles coto desde ya. Entre ellas, alcanzar acuerdos multilaterales sobre las emisiones de dióxido de carbono, invertir en sanidad en los países menos desarrollados o evitar la sobreexplotación de bosques, caladeros y otros recursos naturales. «¿Por qué las personas y las naciones tienen comportamientos autodestructivos?», se pregunta Diamond, en una especie de corolario para otra de sus obras imprescindibles.