Miguel Lorenci
Domingo, 28 de febrero 2016, 08:45
Para gozo de sus fidelísimos lectores, Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) concluye con 'La legión perdida' (Planeta) su trilogía sobre Trajano. Un millar largo de páginas sobre el épico final del emperador hispano Marco Ulpio Trajano (53-117 d.C), homosexual y alcohólico, grandioso estratega y ... militar e íntegro gobernante con un deje populista. Administrador de la máxima expansión del Imperio Romano que comandó del año 98 al 117. Decidido y activo látigo de la corrupción, «debería ser un ejemplo para Rajoy y compañía». Pero el presidente en funciones «está en la antípodas de Trajano», advierte Posteguillo.
Publicidad
Con este «juego de tronos real» cierra Posteguillo el ciclo que comenzó con 'Los asesinos del emperador' y continuó con 'Circo Máximo', de los que ha vendido 300.000 ejemplares. Es también la guinda de una década prodigiosa en la que el narrador valenciano, que debutó en 2006, se ha consagrado como el escritor de la era romana por excelencia. Ha vendido más de un millón de todos sus libros y con el último llegó esta semana a las librerías de España y América con una tirada de 110.000 ejemplares.
Recto en su moral pública, batalló Trajano sin desmayo contra la corrupción. ¿Qué habría hecho con Rato, Granados, Bárcenas y compañía? «Obligarles a devolver el dinero, para empezar. Y deportarlos luego a la frontera entre Siria y Turquía. Si no hubieran resarcido al pueblo Roma, habrían ido a los leones, a las fieras de Circo Máximo», asegura Posteguilllo.
Fue Trajano manipulador y astuto, sí, pero un gran estratega con una decisión y capacidad de liderazgo fuera de toda duda. «Es un ejemplo para los apáticos políticos de hoy. Nos enseña que no se puede dejar que las cosas se pudran. Está en las antípodas políticas de Mariano Rajoy, que debería tomar buen ejemplo de Trajano cuya gran lección fue predicar con el ejemplo», insiste Posteguillo.
Fue también «un hábil negociador en la paz y en la guerra, capaz de conquistar territorios sin derramar una gota de sangre». Una capacidad de generar consenso «que también debe ser ejemplo para los políticos ibéricos», atascados hoy en la retorica del pacto. Además fue «mucho mas culto que lo que se cree, se hizo enterrar entre libros, con una biblioteca a cada lado de la Columna Trajana».
Publicidad
Fresco literario
Intrigas, batallas, amores, naumaquias, combates de gladiadores, idiomas extraños en los cuatro confines del un vasto imperio -Roma, Partia, India, China-, dos césares y una emperatriz se entrecruzan en este rico fresco literario del mundo antiguo. Lo narra Posteguillo en dos tiempos, el de Craso, el que dio su nombre al garrafal error, y el de Trajano, y recorre los exótico territorios de un vasto impero «nada eurocéntrico» que alcanzó su apogeo en el año 116: la civilización partia, el Imperio Kusham al norte de la India y el Imperio Han en China.
Estamos en el año 53 antes de Cristo. El hasta entonces invencible cónsul Craso cruza el Éufrates para conquistar Oriente. Pero su ejército es masacrado en Carrhae, Carras, al norte de Mesopotamia. Decenas de miles de soldados fenecen y una legión entera cae prisionera de los partos. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con los hombres de aquella mítica legión fantasma de la que apenas sobrevivieron cien soldados.
Publicidad
Siglo y medio después, en el año 116 después de Cristo, Trajano intenta de nuevo cruzar el Éufrates por el mismo lugar que Alejandro Magno siglos atrás y con el sueño de dejar abierta la Ruta de la Seda. Al otro lado del río más de 40.000 partos esperan con sus potentes artes de la guerra. Las tropas del César dudan. Temen terminar como la 'legión perdida'. Trajano no tiene miedo y emprende la mayor campaña militar de Roma hacia la victoria o hacia el desastre. El fantasma de la legión perdida quebrará su sueño «Derrotó a Trajano, como el fantasmal General Invierno derrotó en Rusia a Napoleón y luego a Hitler», explica.
'La legión perdida' sostiene que hay emperadores que terminan un reinado, pero otros como Trajano, el tozudo hispano que nunca concibió el fracaso, cabalgaron siempre directos a la leyenda. Así lo cree Posteguillo, que presentó en el corazón de la Ciudad Eterna.
Publicidad
Considera su novela el «más completo» colofón de una trilogía de más de tres mil páginas. En el Coliseo y a los pies de la Columna Trajana, en su mercado y el Foro, que mandó diseñar a Apolodoro de Damasco, su arquitecto fetiche que también alzó el imponente Panteón de Agripa.
La novela es «el mayor reto narrativo y de documentación al que me enfrentado», dice un Posteguilo «exhausto y orgulloso». Tras casi siete años junto al emperador hispano nacido en Itálica, hoy Santiponce, al lado de Sevilla, y muerto en Turquía, víctima de un ictus, asume que ha hecho, acaso, lo que Robert Graves hizo con Claudio. «Si Trajano hubiera nacido en la metrópoli o en Londres, sería mucho más relevante en la historia», asegura. Le gustaría una serie televisiva sobre Trajano como la que tuvo Claudio, pero sabe que «los anglosajones han explotado mucho mejor a su personajes históricos».
Publicidad
Admira a Robert Graves y a su Claudio, pero no piensa lo mismo de Marguerite Yourcenar y su Adriano, violento sucesor de Trajano, su tío. «Respeto su elegancia intimista y su evocadora psicología, pero no es rigurosa. Tergiversa y cambia lo que no le gusta y ofrece un retrato irreal de Adriano, un traidor, violento y maltratador, capaz de sacar los ojos a un esclavo, de ejecutar a Apolodoro o expulsar a Suetonio», asegura.
Se ufana Posteguillo de tener lectores «de 10 a 98 años» y de una fidelidad a toda prueba que convierte sus libros en 'long- sellers. «El truco está en hacer sencilla la complejidad», explica. Acepta de buen grado la etiqueta de escritor 'best-seller' para sus libros y espera «que el tiempo los juzgue y lo sitúe en su justo lugar». «Lope y Shakespeare movilizaban masas en su época y llenaba teatros, y está claro que popularidad y calidad no están reñidas por definición», apunta. No descara traicionar a Roma y entregarse al thriller y la intriga, que fue la primera vocación de Posteguillo. Su primera amor literario fue la novela negra, y antes que 'Africanus...' escribió tres novelas que no vieron la luz. «Y quizá sea mejor así», dice. Su fascinación por la Antigua Roma nació en una visita a la capital imperial con sólo seis años que le marcaría para toda la vida. De haber vivido en Roma «hubiera sido bibliotecario imperial con Trajano y Plauto con los escipiones».
Noticia Patrocinada
Filólogo y lingüista, doctor por la Universidad de Valencia, Posteguillo debutó en 2006 con 'Africanus, el hijo del cónsul', primera novela de una trilogía sobre Escipión el Africano que continuó con 'Las legiones malditas' y 'La traición de Roma'. Mediapro tiene los derechos y espera que madure un proyecto que le encantaría sumar a Antonio Banderas.
Profesor titular en la Universidad Jaume I de Castellón, imparte clases de lengua y literatura inglesa, con atención especial a la narrativa del siglo XIX, el teatro isabelino y la relación entre la literatura inglesa y norteamericana con el cine, la música y otras artes. Estudió literatura creativa en Estados Unidos y lingüística y traducción en diversas universidades de Reino Unido. Es autor de más de setenta publicaciones académicas que abarcan desde artículos de investigación a monografías y diccionarios especializados.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.