'Cerbantes' según Cervantes

Los publica juntos por primera vez 'Taberna Libraria' en una fabulosa edición facsímil que se presentó este jueves en la Real Academia Española (RAE) y que se acompaña de varios ensayos. Se han impreso exclusivamente 1616 ejemplares al precio de 592,31 euros, 616 con IVA, en sendos guiños al año de la muerte del padre de la novela, hará en abril cuatro siglos.

«Es el Cervantes hombre, del que apenas sabemos nada, el que se revela en estos documentos», dice el profesor y experto cervantino José Manuel Lucía Megías. «Tenemos sombras, pinceladas y miles de páginas sobre el mito, pero apenas 11 páginas autógrafas escritas en sus 69 años de vida», apunta el catedrático de Filología Románica. «Es en ellas donde está el AND del hombre, no del personaje y del mito que triunfa en el XIX gracias a Inglaterra, que certificó la excelencia de Cervantes antes que España», afirma.

Sabemos a través estos documentos que don Miguel fue educado en la caligrafía y la escritura de la letra bastarda, «la más prestigiosa en su época, frente a la redondilla», pero que era bastante descuidado en la ortografía. Así lo explica Elisa Ruiz García, catedrática de paleografía, que ha analizado los 11 documentos y las 12 formas que se conservan del autor de 'El Quijote'. Todos son documentos burocráticos y están en la península, salvo tres, que fueron robados del archivo de Simancas para ir primero a Francia y luego a Estados Unidos.

La letra de don Miguel es «pausada, cuidada, elegante; al menos al principio de cada escrito». Pero a partir de la quinta línea «le vence la prisa y su caligrafía se deteriora». Jamás utiliza signos de puntuación y tampoco pone los puntos sobre las íes, una rareza en la época. Su firma evoluciona y desvela los muchos cambios de ánimo en una personalidad «muy dinámica», asegura.

Era Miguel de Cerbantes, con b, y así firmo siempre sus escritos burocráticos y creativos. Serían sus editores, empezando por el legendario Juan de la Cuesta, «quienes le traicionaron y le convirtieron en Miguel de Cervantes Saavedra», según explica el académico Juan Gil. «Siempre escribió su apellido, con b, quizá para eludir cualquier relación con el ciervo y sus perniciosas connotaciones», dice divertido el catedrático de Filología Latina. «Pero todos sus editores, empezando por Juan de la Cuesta, cambian la b por la v y lo traicionaron en lo más íntimo», denuncia.

Se felicita Juan Gil por que este libro «contribuya a separar lo auténtico de la falso, el grano de la paja» y desvele que «Cervantes gustaba de escribir como se habla». «Escribe con la misma llaneza que le recomienda a Sancho y se aleja de cultismos pestilentes y de jeribeques», destaca Gil.

Es el estudio de la grafóloga Sandra María Cerro Jiménez el que nos descubre al Cervantes más próximo y humano, el que desnuda su alma, radiografía emocionalmente al escritor y muestra su sensibilidad más intima y los rasgos más característico de su compleja personalidad a través de de su caligrafía y sus rúbricas. Según esta experta, «Cervantes es un ser apasionado que se deja llevar por sus impulsos». Es la característica que más destaca en alguien que se revela como «una persona de nervio muy vivo, muy dinámico, poco amante de la rutina, espontáneo, muy ágil mentalmente y muy creativo». «Su pensamiento va siempre por delante de su pluma», sostiene Cerro.

«No tiene nada de esa triste figura con la que ha pasado a la historia su caballero andante, su personaje más universal. Así lo revela su escritura y su letra, con una constante tendencia ascendente. Vemos cómo se mantienen siempre el ánimo y el optimismo. Evidencia su gran capacidad de resiliencia, de resurgir de sus cenizas, de reconstruirse ante la adversidad, que siempre está presente en sus escritos», resume. Su escritura «ágil y decidida» revela también que «su ingenio es realmente creativo, poderoso y muy resolutivo y ocurrente» y da cuenta de «la extremada inteligencia de alguien que rara vez duda y a quien no le tiembla la mano». Además de todo esto, era «coqueto y elegante», aunque a menudo «se dejara vencer por la prisa».

Se felicitó por la publicación de estos 'Autógrafos de Miguel de Cervantes Saavedra' el director de la RAE, Darío Villaneva. Es, en realidad, el primer acto del año de Centenario de la muerte de Cervantes, «una ocasión -dijo- que España no debería de dejar pasar sin el eco que merece».