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Antonio Paniagua
Domingo, 17 de enero 2016, 08:09
Rafael Chirbes tardó veinte años en dar por terminada su obra póstuma, y lo hizo solamente tres meses antes de su fallecimiento, en agosto del pasado año. Una obra póstuma que se aparta de la España de la crisis y sus personajes más deleznables para enfocarse en los temas íntimos que sobrevolaron siempre su obra y que en esta última se convierten en protagonistas indiscutibles. El amor y la soledad, el sexo y la culpa, la represión, el desarraigo y la familia son los asuntos que copan las páginas de 'París-Austerlitz' (Anagrama).
Chirbes (Tabernes de Valldigna, Valencia, 1949-Beniarbeig, 2015), que consiguió el tan ansiado y difícil binomio de críticas excelentes y éxito popular, alcanzó la fama con la adaptación televisiva de su gran novela, 'Crematorio', Premio de la Crítica, en la que se describía descarnadamente el despiadado mundo del 'boom' inmobiliario en la costa levantina, con sus arribistas, sus traiciones, sus corrupciones y su falta de escrúpulos. Una obra que tuvo su continuación con 'En la orilla', Premio Nacional de Narrativa, Premio de la Crítica y Premio Francisco Umbral al libro del año en el 2013. Pero ya antes, Chirbes había abordado asuntos como la posguerra, el poder o las relaciones familiares con la misma bravura en sus obras 'La buena letra' (1992), 'Los disparos del cazador' (1994) o 'Los viejos amigos (2003)'.
En su última obra, 'París-Austerlitz', sin embargo, el autor se aleja de los escenarios con los que adquirió su merecido reconocimiento. Rafael Chirbes parece haber dejado escrito en esta novela de poco más de ciento cincuenta páginas un testamento estético, artístico y moral, una cuenta pendiente que quizá no se atrevió a saldar en vida a pesar de ser, sin duda, uno de los escritores más valientes de nuestro tiempo. Durante veinte años, el autor tomaba la obra y la dejaba reposar, se alejaba de ella una y otra vez hasta que, poco antes de su muerte, la dio por terminada.
Como el propio Chirbes a los veinte años, el protagonista de 'París-Austerlitz' viaja a la capital francesa. Huye de la incapacidad de su familia por aceptar su homosexualidad. Y en París encontrará el amor. Un amor prohibido en muchos aspectos: el de género, el de clase, el generacional. Chirbes retrata el enamoramiento, la pasión sexual, la locura del amor en esta relación entre un joven adolescente español que tiene la vida resuelta y Michel, un obrero francés en el que el joven encontrará la protección que nunca tuvo. Chirbes relata este amor con una magnífica mezcla de crudeza y poesía, disecciona los deseos y exigencias del comienzo de un amor inapelable, inimaginable para unos padres burgueses y recatados. El tono oscuro de la novela entrelaza la Francia desabrida de finales de los años cuarenta y la violencia de los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial con la ira familiar de un padre dictatorial y un amor que sirve como tabla de salvación entre la miseria, la única luz entre tanta tiniebla.
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