«Contar una buena historia sí es innovar»

Frente a la fiebre multimedia, "esa esquizofrenia que tratan de imponernos y que lleva a un claro empeoramiento de la calidad", defiende con ardor el monomedia "que se lleva poco pero es mucho más necesario, porque sabes qué has de hacer, cómo, con qué plazo y a qué ritmo". "Hacer un boletín de radio mientras das una alerta para internet y elaboras un texto con valor añadido para el diario del día siguiente es una locura. Internet es un medio diferente", sostiene Errea. Asegura no estar anclado en el pasado. "Me llaman viejuno del papel y no es así. Defiendo el monomedia, no el papel frente a internet. Consumo y diseño productos digitales y me beneficio de la tecnología, como prueba el blog, una herramienta fantástica y gratuita para difundir cosas". Adora y defiende unos diarios que "soportan mal el acoso de la era digital". "Defenderlos a tiros es hacerlo con vehemencia y sin pelos en la lengua para que no nos tomen el pelo", dice. Lleva la contraria "a las fórmulas que venden tantos gurús y que compran ejecutivos de todos los medios". Lo dice escamado por "declaraciones de grandes directivos que me espeluznan".

"Estamos matando a los diarios, y para que no nos arrastre esa ola autodestructiva hay que dar un puñetazo en la mesa de forma solidaria. Hacer que impere sentido común, que es lo que no sobra en los diarios", propone Errea. Niega ser pesimista, nostálgico o romántico. Asegura que su libro, como él "destila optimismo". "Ni los diarios ni el periodismo han perdido su sitio ni su función social. Son necesarios. Hay mucho camino que hacer", asegura.

"La palabra innovación se hace omnipresente y me pone muy nervioso. No hay nada más innovador en periodismo que contar una buena historia en un diario, una radio, una web o la tele. Lo demás es secundario, y eso es algo que los consultores acaso no sabemos vender, enseñar o trasmitir", lamenta. Para Errea, "lo fácil es vender una de esas galácticas redacciones multimedia" y "lo difícil obtener y dar buenos contenidos, que es la esencia del oficio". Con un larga carrera en la prensa regional dejó el frenesí de las redacciones para reinventarse como consultor "otra palabra que odio". Recrea diarios o webs "pero jamás me quedo en la parte estética". "El diseño es la palanca para tratar de meter cambios de mayor profundidad; me gusta trabajar con la redacción", dice Errea, para quien "a menos factor humano menos calidad". "Todo lo que es automatización es empobrecimiento. También en lo gráfico si todo son premaquetas es empobrecedor. Es como partir de un prerredactado para la información", dice.