El escritor sueco David Lagercrantz.

«Lisbeth Salander se parece a Batman»

El sueco David Lagercrantz escribirá otras dos entregas de la serie 'Millennium' creada por Stieg Larsson

Miguel Lorenci

Domingo, 6 de diciembre 2015, 07:58

David Lagercrantz (Solna, Suecia, 1962) está encantado de haberse conocido. El escritor y periodista sueco, que tomó el testigo de su compatriota Stieg Larsson en la saga 'Millennuim', luce músculo comercial derrochando seguridad y simpatía. Ha despachado cinco millones de copias en todo el mundo ... de 'Lo que no te mata te hace más fuerte' (Destino), más de 300.000 en España. Trajeado de azul, descorbatado, con desparpajo y una sonrisa perenne, confirma en su visita promocional a Madrid que ya trabaja en la quinta y que escribirá la sexta entrega de la serie creada por el difunto Larsson. La trilogía original vendió más de 80 millones de libros en cuarenta idiomas, cinco millones aquí.

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La cuarta entrega llegó a las librerías el 27 de agosto y agotó en nada los tres millones de ejemplares distribuidos en 40 países. Lagercrantz cuenta ahora que siente como suyos a los personajes de Larsson, el periodista Mikael Blomkvist y la 'hacker gótica' Lisbeth Salander -"Una súper heroína con rasgos de Batman", dice- que movió por infiernos informáticos para vergüenza a los servicio secretos suecos. Eso sí, no suelta prenda sobre las dos futuras entregas ni los detalles de un contrato más propio de una estrella del fútbol. Trabaja ya en la quinta y lo hace, como la anterior, bajo secreto contractual y con un ordenador sin conexión a internet. "Quien quiera 'hackearme' debe demostrar más talento que Lisbeth Salader", ironizó en su presentación en la Embajada sueca.

Mundos ajenos

Escribió la cuarta entrega en pleno estallido del 'caso Snowden' y se puso manos a la obra con la quinta con la crisis de los refugiados, los conflictos religiosos y la cadena de atentados del terrorismo islámico como ruido de fondo. "Pero no creo que haya que ser contemporáneo en exceso, aunque Larsson lo fuera", dice jugando al despiste.

Nada cuenta del argumento, del calendario de publicación de las dos nuevas entregas, ni del detalle de la formidable operación comercial a la que se avino con los herederos de Larsson y sus editores. Pero reitera que se siente más que cómodo con su cometido, y que da lo mejor de sí como escritor cuando trabaja por encargo. "Si me alejo de mí y entro en colisión con otros mundos, es cuando mejor escribo. Mi mejor versión como narrador está en esos mundos ajenos", se justifica.

Asegura que los personajes de la saga "siempre serán de Larsson". "Acertó a crear un icono de la cultura popular con Lisbeth Salander. Cambió la novela negra y el arquetipo de las protagonista femeninas con una mujer que se niega a ser pasiva. Es como una superheroína alejada del patrón de Superman. Es más parecida a Batman, con un pasado oscuro, pero sin explicar nunca por qué protege a los ciudadanos", dice.

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"Sería ridículo copiar el estilo de Larsson", dice Lagercrantz, que asegura ser fiel a la técnica narrativa del padre de Salander y Blomkvist. "Como los grandes narradores rusos, tiene la capacidad para cambiar de perspectiva. Con su estilo directo introducía temas muy de actualidad, pero yo, de lo que realmente me siento heredero es de la construcción mitológica de sus personajes", asevera.

Confiesa que no tuvo dudas para firma el contrato de las dos nueves entregas. "Hice lo mismo que en la anterior, dejarme llevar de mi pasión y mi instinto. Soy un reportero y sentí lo mismo que ante una gran historia para un reportaje". No oculta que con el primer encargo sintió cierto pavor, pero dice que logró revertir el miedo escénico. "La magnitud del proyecto acabó siendo un activo a mi favor. Como para los escaladores, el ascenso es duro pero el miedo te pone en marcha. Estar en el punto de mira de 80 millones de críticos puede ser un incentivo", asegura.

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"Sentí miedo al fracaso, cierto vértigo ante el temor de no estar a la altura, pero lo convertí en un estímulo", insiste Lagercrantz que antes de tomar el testigo de Larsson era conocido por prestarse a escribir la autobiografía del futbolista Zlatan Ibrahimovic, por su investigación sobre suicidio del matemático Alan Turing y por un exitoso libro sobre el ascenso al Everest del aventurero sueco Göran Kropp. En un ataque se sinceridad confiesa que no hizo caso a las novelas de Larsson cuando irrumpieron en el mercado. "Mi padre, escritor y lector muy exigente, me convirtió en un esnob que solo leía a Joyce y a Proust», explicó. «Cuando el fenómeno explotó, me decidí a leerlas y me encantaron», se justificó. «No escribiré una séptima entrega", dice reiterando su admiración por Larsson y diciendo ser "el mayor especialista en su obra". Le igualará en número de títulos "pero Stieg siempre será el ganador. Él creó a los personajes y yo me quedaré en tres libros".

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