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Antonio Paniagua
Lunes, 2 de noviembre 2015, 12:14
La escritora Marta Sanz siempre ha cargado contra la cultura rendida a los pies del espectáculo y la banalidad. Algo de eso hay en su nueva novela, 'Farándula', con la que acaba de ganar el Premio Herralde, que concede la editorial Anagrama. Ante unos intelectuales ... aletargados y desacreditados por haber compadreado demasiado con el poder, el mundo del espectáculo, especialmente los actores, tomaron el testigo de la denuncia ante los desmanes de la crisis. A Marta Sanz, una voz incómoda y a contracorriente en la literatura española, el ejercicio de esa portavocía le suscita dudas y sospechas. La novelista y poeta se pregunta si esas voces eran auténticas y honestas o había en ellas algo de impostura, de elementos con los que los artistas supieron darse autobombo y promocionarse. El ámbito de la cultura también está presente en la obra del finalista, Miguel Ángel Hernández, autor de la novela 'El instante de peligro' que versa sobre un profesor universitario que revive en EE UU un pasado amargo,
La escritora, que se embolsa los 18.000 euros de que está dotado el premio, hace desfilar en su novela a una actriz veterana que cada jueves visita a una vieja gloria del teatro, una nueva e imparable figura del estrellato y un actor ganador de la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia. Daniel Valls, el triunfador de la Mostra, derrocha dinero y glamour que adereza con la tentación de meterse en política. Y eso que a veces le acecha el terrible pensamiento de es que un débil mental. La firma de todos ellos de un manifiesto político será el detonante de una historia en la que Marta Sanz despliega sus dotes para la mordacidad.
Un ictus, el montaje teatral de 'Eva al desnudo' y los enredos que rodean la firma del comunicado componen una historia en el que sobrevuela el pavor de los protagonistas a que le roben el papel. 'Farándula' habla sobre lo que significa hoy ser reaccionario, sobre el desprestigio del artista y su precariedad, sobre los actores ricos que firman manifiestos y los actores pobres que no firman nada porque están sumidos en el olvido.
Marta Sanz apela la risa como herramienta de diagnóstico para urdir una trama paródica, cáustica y punzante, y poner de manifiesto el difícil mestizaje entre glamour y compromiso político.
La escritora, doctora en Filología, ha publicado en Anagrama 'Black, black, black', 'Un buen detective no se casa jamás', 'Daniela Astor y la caja negra' (Premio Tigre Juan, Premio Cálamo y Premio Estado Crítico) y una versión revisada y ampliada de su novela 'La lección de anatomía', que iba precedida de un prólogo de Rafael Chirbes.
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