Laila Ripoll y Mariano Llorente ganan el Premio Nacional de Literatura Dramática

El jurado ha premiado esta obra "por su calidad literaria, una sólida estructura dramática y la relevancia del tema". Los autores se basaron para escribir la obra en el discurso que pronunció el SS August Eigruber en 1941. Los nazis ofrecieron los prisioneros a Franco, pero el Caudillo contestó que "nunca admitiría a unos rojos que lucharon por una España soviética". Así las cosas, los combatientes republicanos adquirieron entonces la condición de apátridas. En los campos se les distinguía por el triángulo azul de los sin tierra, en el aparecía bordada la letra S de 'Spanier' (español).

Los prisioneros vivieron una pesadilla. Cargaban piedras de 40 kilos por los 186 peldaños de que estaba dotada la escalera de la cantera, de modo incesante. Y ese esfuerzo lo soportaban con el único sustento de una sopa de nabos que comían mañana, tarde y noche.

El premio, concedido por el Ministerio de Cultura, reconoce una obra de un autor español escrita en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado y editada en España durante 2014. El galardón cuenta con una dotación de 20.000 euros.

Trayectorias

Laila Ripoll (Madrid, 1964) es licenciada por la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), es titulada en Pedagogía Teatral y amplió su formación con Declan Donellan, Miguel Narros, Josefina García Aráez, María Jesús Valdés o Mauricio Kartún, entre otros. Ha ejercido como actriz, autora dramática y directora de escena. Es autora además textos como 'Basta que me escuchen las estrellas', 'Cancionero republicano', 'Los niños perdidos' y 'Pronovias', entre otros.

De su lado, Mariano Llorente (Madrid, 1965) es actor, director y dramaturgo. Licenciado por la RESAD, estudió dramaturgia con Mauricio Kartún, interpretación con Heine Mix, movimiento con Giovanni Holguin y clown con María José Sarrate. En 2005 recibió el premio Lázaro Carreter de Literatura Dramática. Su obra ha sido traducida al alemán. Ha realizado gran parte de su actividad teatral en la compañía Micomicón, de la que es socio cofundador desde 1992, y con la que ha dirigido varios espectáculos.