Sandra Newman, en la biblioteca Eugenio Trías de Madrid. Virginia Carrasco

«'1984' de Orwell tiene tintes misóginos»

La escritora Sandra Newman publica 'Julia', una versión en clave feminista de la novela que ha sido aplaudida por los albaceas literarios del escritor británico

Lunes, 20 de mayo 2024, 00:41

La figura de George Orwell, uno de los escritores que mejor ha retratado el totalitarismo, no suscita unanimidades. Desde hace décadas, algunas feministas han denunciado que el escritor británico era ciego al papel de las mujeres. Tales recriminaciones se basaban en que en '1984' pintaba ... a las mujeres como meros objetos sexuales. Quizá con la intención de mejorar esa reputación, los herederos del autor de 'Rebelión en la granja' pidieron a Sandra Newman que alumbrara una versión del clásico, del que ahora se cumplen 75 años de su publicación. El encargo no era fútil. Newman (Boston, EE UU, 1965) es una renombrada escritora feminista que cuajó en su día una novela en la que imaginaba un mundo sin hombres. Lo gracioso es que, sin varones, todo funcionaba bastante bien. La escritora aceptó el encargo y acaba de publicar 'Julia' (Destino), que ahora ve la luz en España.

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El libro se publica además acompañado de una nueva traducción de la novela original. Cuenta con un epílogo sobre los avatares que sufrió el libro con la censura en la España de Franco, además de un prólogo de la escritora Margaret Atwood. La autora canadiense empezó a escribir 'El cuento de la criada' precisamente en 1984, y su relato tiene similitudes innegables con el de Orwell. Una y otra son ficciones distópicas que hablan de la opresión, el control de los individuos por el Estado y la lucha por libertad en comunidades sojuzgadas.

Sandra Newman supone que algunos pasajes de su novela, sobre todo los referidos a cuestiones LGTBI, serían inaceptables para Orwell. «Tenemos algunas pruebas que establecen que era un personaje bastante homófobo, probablemente debido a experiencias que le sucedieron en el internado. No lo sabemos con certeza. Es muy difícil extrapolar la obra de su contexto histórico y tratar de imaginarnos si Orwell sería homófobo hoy en día. Son preguntas interesantes, pero imposibles de responder», dice Sandra Newman.

Los herederos de George Orwell apostaban por encontrar alguien capaz de acometer la renovación de la obra sin traicionar la memoria del original. A la vista de las palabras del albacea literario de la Fundación Orwell, Bill Hamilton, la familia ha visto colmada sus expectativas con la creadora de la interpretación de '1984' en clave feminista. «Estoy encantado con la imaginativa versión que propone Sandra Newman a través de los ojos de Julia», ha apuntado Hamilton. 

«Tenemos algunas pruebas que establecen que George Orwell era bastante homófobo»

 

 

Y ello pese a que la escritora estadounidense no es indulgente con algunos resabios del escritor. «Definitivamente '1984' es una obra con tintes misóginos». De nuevo, Newman se siente incapaz de dirimir si la misoginia latente en el texto original es atribuible a Orwell o al protagonista de la narración, Winston Smith, que trabaja como censor en el Ministerio de la Verdad, un departamento que revisa la historia para adaptarla a las circunstancias y alianzas del presente.

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«Aprender sobre la misoginia»

Para Newman, si se atiende a ciertos matices o al tono que se imprime en las descripciones, Orwell deja entrever ciertas experiencias psicológicas no muy halagadoras para el género femenino. «Es un libro de muy difícil lectura para las mujeres, pero al mismo tiempo puede ayudarlas a aprender mucho sobre la misoginia. Es solo una suposición mía, pero a través de la escritura de '1984' Orwell tal vez emprendió un viaje para tratar de dejar de lado todos los conceptos negativos que tenía acerca de las mujeres».

La escritora no tiene una visión esperanzadora sobre la situación política mundial a la vista del avance de la extrema derecha y la pujanza de de los regímenes autoritarios. «Hoy en día nos encontramos en un momento particularmente terrorífico, tenemos la impresión de que estamos viviendo los últimos años antes que algo realmente terrible ocurra. Hemos llegado a un momento de consenso más o menos generalizado: el autoritarismo va a volver, ya lo está haciendo. El único desacuerdo que tenemos es el que se refiere a si eso es algo positivo o negativo». 

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«En cuanto las mujeres practicamos el derecho al placer sexual, enseguida lo escondemos»

 

 

La Julia de Sandra Newman adora el sexo, es una mujer desinhibida que ya de niña fantaseaba con tener aventuras eróticas con el Gran Hermano. A estas alturas, en 2024, ¿se sigue viendo con malos ojos a las mujeres que reivindican su goce sexual? «En la actualidad todas tenemos el derecho al placer sexual hasta que lo ejercemos; en cuanto practicamos ese derecho inmediatamente nos sentimos obligadas a esconderlo. Parte de la naturaleza humana es envidiar a los demás, de modo que siempre envidiamos también el placer sexual. Entiendo que de eso deriva la necesidad de castigarlo de alguna manera».

En un régimen en que el matrimonio y el embarazo no autorizado están bajo sospecha, como ocurre en la ficción de Newman, surge inevitablemente la pregunta sobre el aborto en EE UU, donde una de cada tres mujeres y niñas en edad reproductiva vive ahora en estados donde la posibilidad de acceder al aborto es casi o totalmente inexistente. «En EE UU se está tratando de revertir el derecho al aborto: en algunos estados ya es ilegal. Sin embargo, nos encontramos ante la paradoja de que se han producido más abortos este año que el anterior. Eso me lleva a preguntarme si, más allá de un sistema legal que pone dificultades a las mujeres más pobres para abortar, eso es sostenible. Incluso en EE UU, donde este debate es de tremenda actualidad, esas son medidas muy poco populares.

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