Librerías para la resistencia

'Apoya a tu librería' es el lema unánime que rige estas semanas entre libreros y editores locales. Pero las librerías están cerradas y solo atienden de puertas hacia adentro la escasa venta 'online'. Son los prolegómenos del Día del Libro más extraño que se recuerda. De hecho, este 23 de abril no va a celebrarse nada en las librerías españolas. Tampoco en las riojanas. Ni siquiera están abiertas. Hay ciertos establecimientos que sí, los que tienen una mayoritaria proporción de su espacio dedicada a papelería. Pero no las librerías.

Cualquier otro año a estas alturas del mes se habría anunciado ya la campaña especial del Día del Libro, el tradicional San Jordi que en La Rioja cambiaba rosas por botellines de vino. Pero este es un año extraño para todos y especialmente grave para comercios como las librerías, pese a que, con buen sentido, reclaman el libro como bien de primera necesidad en estos tiempos de confinamiento.

«Eso sería lo lógico», afirma Antonio Domínguez, presidente de la Asociación de Librerías Riojanas. «Un libro es la mejor forma de salir de casa sin moverse de casa. No es que protestemos, porque somos conscientes de que la situación es grave y la crisis sanitaria es lo primero, pero nuestra crisis también está siendo muy severa».

La asociación todavía no maneja cifras exactas de las pérdidas que puede estar causando el cierre obligado por la pandemia, pero él calcula que «las ventas han caído aproximadamente un 90%». «Podemos hacer venta a domicilio –matiza– pero no estamos preparados, no hay costumbre por parte de los propios clientes». En cuanto a la venta 'on-line': «Sí, claro que ha aumentado. Igual se ha multiplicado por diez, pero partiendo de una base casi insignificante, con lo cual tampoco sirve de gran alivio».

Otra preocupación importante es la campaña de gratuidad de los libros de texto, pendiente de implantarse el curso próximo en Primero y Tercero de la ESO. La asociación ya ha solicitado una reunión con la Consejería de Educación para gestionar «una campaña que supone el 40% de ventas del año». «Si esto no se resuelve bien –advierte el presidente–, tal como están las cosas, puede obligar a cerrar a algunas librerías».

Con semejante panorama los libreros riojanos no están para ferias y, obviamente, el Día del Libro se aplazará. De momento el 23 de junio es la fecha que se baraja, desde Barcelona y Madrid, en toda España.

Para paliar pérdidas, los libreros han propuesto al Ministerio de Cultura aumentar la dotación de compras para bibliotecas, desgravaciones de la renta en la adquisición de libros para cualquier ciudadano, un bono cultural para menores de 25 años, exenciones de impuestos, rebaja del IVA a cero durante seis meses, ayudas al alquiler, financiación de créditos... «Desde el primer día tenemos el asunto de las librerías sobre la mesa», declara María José Gálvez, directora general del Libro en el Ministerio de Cultura.

Con toda probabilidad las librerías serán los primeros espacios culturales que abran, antes que museos, cines o teatros. Pero aún resulta pronto y no se dan las garantías sanitarias, jurídicas ni económicas, sostienen los gremios, para que funcione.

Hasta ese día, el lema que propone Marta Ochoa es «tu librero te necesita»; subrayando «tu librero, el de tu barrio». Y el de Domínguez: «Si amas tu zona, compra en tu zona». «Son nuestros impuestos –dice el portavoz de la asociación– los que pagan el sueldo de nuestros sanitarios. Apláudeles desde el balcón, pero defiende también a los que contribuimos en España y no en Bruselas. Porque si compras libros a esa plataforma que no quiero ni nombrar, lo único que consigues es hacer todavía más rico al tío más rico del mundo».

«No compres pensando que habrá descuentos por el Día del Libro –añade Ochoa–; no habrá descuentos. No podemos permitírnoslo».

No habrá descuentos ni tampoco botellines de Rioja este 23 de abril, una iniciativa que, por otro lado, la Asociación de Librerías ya se estaba planteando si mantener o no. «En su momento fue una idea magnífica vincular libros y vino, pero hoy en día nos es muy costoso mantenerla. Hemos pasado de regalar 15.000 o 18.000 botellines a tan solo 4.000 y, si además tenemos que hacer un 10%, el librero apenas gana nada».

Lo que sí habrá esta semana en torno al 23 de abril serán actividades diversas en las bibliotecas. La Biblioteca de La Rioja organizará actos de fomento de la lectura a lo largo de toda la semana que podrán seguirse a través de Internet. La presentación de un cómic de 1952 de autor riojano, recuperado después de siete décadas, será una de sus ofertas más destacadas, además de otras iniciativas con numerosos colaboradores. Además, bibliotecas municipales como la Rafael Azcona, en Logroño, y la de Calahorra, también tienen previsto un amplio programa de actividades para seguir desde casa.

Josu Rodríguez, director de la Biblioteca de La Rioja, acaba de terminar de leer la última novela de Luis Landero, 'Lluvia fina', y es la que él aconseja. «Me ha parecido deliciosa y muy recomendable para los días que estamos viviendo». Entre 'Agosto' e 'Hijos de un dios salvaje', 'Lluvia fina' puede considerarse la novela más trepidante de Landero. «Un drama familiar sobre antiguas querellas entre hermanos que van reapareciendo como una lluvia fina que amenaza con formar un poderoso cauce al límite del desbordamiento».

'La paciente silenciosa', de Alex Michaelides, es la recomendación literaria del escritor riojano Andrés Pascual, autor de 'El guardián de la flor de loto', entre otros muchos libros. «Es un thriller psicológico para todos los públicos y todos los momentos, que busca ante todo entretener pero sin renunciar a unos giros muy originales y un estilo cuidado. No es casualidad que se esté traduciendo a cuarenta lenguas y que Brad Pitt haya comprado los derechos para hacer la película. ¡Leámoslo antes de que llegue al cine!»

La escritora riojana Elvira Valgañón, autora de 'Invierno', recomienda 'Conjunto vacío', de la escritora y artista visual mexicana Verónica Gerber. «Es una novela sobre la pérdida y el exilio y una historia de amor peculiar. Me encantó. Combina texto e imagen», explica Elvira. 'Conjunto vacío' narra la desaparición de la madre del personaje principal, y su historia reconstruye la generación de hijos del exilio, la relación entre imagen y palabra, el desdoblamiento y el juego de espejos que produce el silencio y lo 'no dicho'.

'El ruido del tiempo', de Julián Barnes, es el libro recomendado por el historiador Carlos Gil Andrés: «La novela recrea la vida de Shostakovich, y cómo, durante el Gran Terror de Stalin, el compositor, acusado de desviacionista y decadente, teme por su vida. Barnes describe con maestría el paisaje de un país entero convertido en una celda de castigo, la presión del poder totalitario, la vergüenza, el desprecio y la traición a sí mismo, y la esperanza final en que el arte, el susurro de la historia, se escuche por encima del ruido del tiempo».

Nada es lo que parece, sobre todo la supuesta inocencia, en 'Falsa identidad', la novela de Sarah Waters que recomienda la payasa Merche Ochoa. «Es sorprendente y se lee muy bien porque Sarah Waters ('El lustre de la perla') escribe muy bonito. Y sobre todo tiene un 'momento montaña rusa' digno de ver la cara de sorpresa del lector». La Premio Nacional de Circo y reciente Premio Mujeres en el Arte en La Rioja también aconseja 'La vida entera', de David Grossman, «un canto a la vida a pesar de la dureza de sus circunstancias».

De Nell Leyshon, Amparo Castrillo recomienda 'El bosque'. La directora de la UPL lo explica: «Ya me gustó 'Del color de la leche', pero 'El bosque' es el libro que me ha acompañado en la primera parte del confinamiento y ha sido muy especial. Cuando lo compré no podía imaginar que me iba a sentir tan identificada, salvando las distancias, con una historia en la que la protagonista se encierra en su casa porque es el único sitio donde se siente segura de los nazis. Y son personajes muy potentes con una interesante evolución».

La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Logroño ha escogido 'Aquella tarde dorada', de Peter Cameron. «La razón de recomendar este libro es porque me ha resultado acogedor y reconfortante –comenta Carmen Urquía–. Está ambientado en un paraje existencialista de difícil acceso, donde los pocos personajes que aparecen cohabitan en la distancia y nos hablan de su rico mundo interior, del amor y del concepto de tiempo con otra medida». Cameron también es autor, entre otras novelas, de 'Algún día este dolor te será útil'.

Una novela gráfica es la recomendación de la directora de la Escuela de Diseño (Esdir), 'El árabe del futuro', de Riad Sattouf. Este libro cuenta la historia real de un niño rubio y de su familia en la Libia de Gadafi y la Siria de Hafez el Asad. Según Mónica Yoldi, «es un libro alegre, contado de una forma divertida a pesar de que tiene un punto de encierro que puede recordar al que vivimos ahora, y con un dibujo maravilloso, algo que a mí, como profesora de una escuela de diseño, me parece que tiene mucha importancia».

Parece lógico pensar que a un editor le costaría elegir un solo título, pero Julián Lacalle lo tiene claro: 'La cultura de las ciudades', de su admirado Lewis Mumford, uno de los autores insignia de la editorial Pepitas de calabaza. «Es un libro que quizás se haya leído poco para el interés que tiene y es muy recomendable para estos tiempos propicios para repensar nuestro modelo de vida. Mumford plantea en él la necesidad de revertir la globalización y que las ciudades dejen de ser islas y formen un todo con el campo».

Una última recomendación de la directora del Museo Würth La Rioja: 'Las ventanas del cielo', de Gonzalo Giner: «Es novela histórica situada en el siglo XV –cuenta Silvia Lindner–. Recorre ciudades como Brujas, Venecia o Burgos, con su imponente catedral, pero también lugares más lejanos, como ciudades junto a desiertos africanos. Habla también de la construcción de catedrales y en especial de sus vidrieras. Además hay intriga, amor... Siempre me ha gustado viajar y leer es una forma de hacerlo a través de libros como este».